jueves, 2 de abril de 2015

Mirando con el espejo retrovisor: una derecha criminal...una izquierda anafrodita


Volviendo los ojos a las luchas de los caqueteños en la década de los años setentas, cuando ayudamos con el pensamiento y con la palabra a la organización y a la unidad de los sectores populares, se espanta el corazón al constatar la dispersión, desorganización y sumisión de los actuales intentos orientados a la satisfacción de las necesidades más sentidas de la población.
Los paros casi recurrentes de los campesinos, la movilización histórica por la interconexión eléctrica y las luchas del magisterio, especialmente la que desembocó con el estatuto docente 2277, son las expresiones más recordadas, los logros más significativos alcanzados tras enfrentamientos vigorosos y organizados contra el abandono oficial, los abusos y el recorte de las libertades colectivas e individuales, en una época muy similar a la del dueño del Ubérrimo.
Como ráfagas, los movimientos populares lucharon contra los oprobios y fabricaron, con el ingenio popular, los instrumentos que permitieron alcanzar importantes conquistas gremiales y políticas, en una inobjetable y exitosa resistencia al despotismo y al olvido de las regiones, entonces conocidas como "Territorios Nacionales".
Una resistencia transformada en combate pacífico pero enérgico, una rebeldía organizada de un puñado de personas que creímos en la vitalidad indestructible de las ideas y con ellas comenzamos lo que pensamos sería el edificio del provenir.
Pero ese despertar de almas amenazadas fue efímero, si tenemos en cuenta que para la historia un lustro es un segundo. Treinta años después, el pueblo está dormido, se distorsionó el sentido de la libertad y el sentido de la lucha no tiene norte porque los dirigentes de la llamada izquierda perdieron la brújula mientras sostienen constantes discusiones que se nutren de teorías afectadas por vicios históricos como el radicalismo, el sectarismo y el individualismo.

Las ráfagas de lucha fueron remplazadas por vendavales que llevaron no solo al Caquetá sino a la nación entera hacia los abismos profundos desde donde parece casi imposible regresar a la superficie. Es un limbo de miedo en donde muy pocos se alzan contra el crimen, la corrupción y la impunidad. Un laberinto donde crece un rebaño dominado por la política tormentosa y criminal de la derecha y por la política anafrodita de la izquierda.
Los espíritus luchadores plegaron sus alas y desde las cumbres de la confrontación cayeron en picada en el fango de la rendición y el conformismo.
Un profundo desencanto me invadió el sábado último con motivo de la visita del gobernador del Caquetá al municipio de Solano, la población con mayor número de necesidades insatisfechas del departamento. La resignación y la sumisión bufa sustituyeron la beligerancia de las épocas que recordamos y su espíritu combativo ha sido transformado en una melancólica, desentonada y ridícula banda de aplausos. Un pueblo olvidado y en el que la corrupción y la incapacidad de sus dirigentes ha campeado a lo largo de sus más de 42 mil kilómetros de extensión, asitió, como palomas que van al grano, a un acto en el que les ofrecieron algunas plantas eléctricas, molinos de maíz, sillas escolares y una carretera cuyo trazado aún es incierto. Ni una sola voz de inconformidad con el gobierno local, ni con el departamental interrumpió la escena de los estómagos ansiosos que concurrieron a la reunión.
Por qué???. Porque muchos de quienes tenemos el privilegio de la palabra fuimos silenciados por la indisciplina, por las amenazas o por el desencanto ante la inanidad de nuestro trabajo.

Entonces, el miedo y la incredulidad son ahora los centinelas que guardan nuestros pensamientos y palabras, y de paso nos convierte en cómplices silenciosos de las sucesivas afrentas públicas que soportamos. La mentira fue coronada como reina, el derecho ha sido asesinado y la justicia aletea hacia lo lejos, con la velocidad y piruetas que describen los aviones de combate despegando desde la base aérea de Tres Esquinas.

Levantémosnos contra la corrupción y contra el crimen!!!...es el deber de la hora actual, revivamos la glorias olvidadas, llavecitas
Estoy triste por la muerte de las luchas...pero más triste por mi incapacidad y por mi silencio.

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