Cuando el EME sustrajo la espada de Bolívar, el 17 de enero de 1974, la gente supo que, de verdad, se había iniciado la eliminación de los gusanos y parásitos producidos en el estercolero de la vida nacional y de la gangrena moral que desde el aparato estatal también los incubaba. El M-19 empezó a cambiar la historia con acciones que interpretaron el sentimiento popular de entonces y las masas se enamoraron de ese estilo espectacular.
Pocos meses después, la barca de la vida me llevó al Caquetá y desde las modestas páginas de El Zurriago, el ejercicio periodístico que nació en el entonces corregimiento Cartagena del Chairá, en 1975, expresado en hojas tamaño oficio, impresas en mimeógrafo, previa "picada" del papel esténcil en el que se estampaban las letras y los dibujos para que la tinta pasara a través de los cortes que se hacían con las teclas de las antiguas máquinas de escribir, también sin proponérmelo, desarrollé la "línea" del EME, que todavía no llegaba a esa región. El mimeógrafo fue el multicopista de la época.
Tengo a la vista una edición del periódico Mayorías, con sus hojas amarillentas en las que observo la alusión y el facsímil que ese Medio hizo de nuestro Zurriago, como un milagro en "la profundidad de la selva", gracias al informe que le hizo a ese medio Gerardo Lozada, un docente ya retirado, quien visitó el corregimiento durante algunos días, sin mencionar que se trataba de un "espionaje" exploratorio por parte del EME.
Con el paso del tiempo y después de la pérdida de la batalla con el cura José Manca, quien logró sacar del colegio y, desde luego de la pequeña población, al equipo responsable de El Zurriago, y tras la cualificación sindical y política, nos adherimos al movimiento político Organicémonos, bajo cuya carpa participamos en distintos procesos dentro de la lucha sindical y social, en medio de la lluvia de fuegos y cenizas en una de las más sombrías etapas de la historia reciente, bajo crueles restricciones de las libertades fundamentales y la violación permanente de los Derechos Humanos. Fueron los tiempos del macabro "Estatuto de Seguridad".
Trabajo en la elaboración de un capítulo de la serie Estoy a punto de olvidar dedicado a mostrar un resumen de esas luchas y de las propuestas políticas y la metodología de Organicémonos que, sin lugar a dudas, fue el mayor tributario para el proceso de expansión del EME, para el enriquecimiento de su propuesta política, para el "endoso" de masas probadas en la la lucha y, claramente, para el aumento de sus tropas. La influencia de Organicémonos fue notoria en mi ejercicio como miembro de la junta directiva del sindicato de Maestros y como periodista.
Efectivamente, coincidiendo con la instaslación del Congreso por parte del recién posesionado presidente Betancur, con su elocuencia de soñador, Bateman sorpendió a sus tropas con el anuncio de la propuesta de Paz, luego de hacer un análisis de la coyuntura política nacional:
-La inspiración de la guerra está agotada, gritó en el patio de armas después de hacer un recorrido por las luchas, las pérdidas y la persistencia de las condiciones de pobreza e inequidad entre los colombianos. Mencionó los principales operativos, los más sonados, pero también lloró por las pérdidas de vidas; también autodefinió al EME como el más audaz políticamente pero sin muchos resultados militares de importancia.
Dispersas las tropas como por una tempestad, quedó un vacío perceptible fácilmente por el silencio que caracterizó las horas siguientes y algunos de los "guerrillos" custodios me dijeron que para ellos el fin de la lucha armada era como una herida en su alma, sobre su rebeldía tormentosa.
-Yo quiero morir combatiendo, no perdonando, porque tengo sangre luchadora me dijo en tono suave uno de los muchachos encargados de mi seguridad.
Al día siguiente, Bateman llegó hasta mi "cambuche", acompañado por Iván Marino Ospina y la periodista Ligia Riveros, con la propuesta de Paz firmada por los dirigentes, dirigida a Belisario Betancur:
-Esta propuesta de Paz, esta mano tendida hacia la negociación, se irá con ustedes...la besó y cerro el sobre de manila, en una ceremonia semejante al padre que despide a sus hijos rumbo a la construcción de sus proyectos de vida.
-Y tu paisita, creo que entendiste ese rollo de la decadencia de la lucha armada pero, no lo olvides, en ningún momento, antes de un acuerdo bajaremos la abnegación, los sacrificios y la alegría que le hemos consagrado a esta lucha...y aún en la eventual legalidad, permaneceremos firmes en la lucha por la justicia social.
Todavía hoy tengo fresca la figura de ese hombre que en mis notas de entonces definí como una especie de analista, cruel con sus ojos pero generoso y divertido con su actitud.
Ese hombre legendario cuya muerte produjo dolor nacional, pero que la voz de su alma resuena y empuja todavía un gran movimiento de liberación nacional.
Porque con una sentencia entre filosófica y pragmática, el comandante "Pablo" también dijo -durante la ceremonia de instalación de la Octava Conferencia- que "mientras exista un solo hombre dispuesto a morir por una causa justa, habrá esperanza para el pueblo".
!Y esa sentencia fue más allá de una frase de mercadotecnia: es la linea vigente del M-19 cincuenta años después!!!