viernes, 29 de mayo de 2015

Recuerdos, triunfos, nostaslgias y fatigas


- Doctor, vengo a que me baje la potencia sexual.... 
- Pero abuelo, si a su edad la potencia sexual solo se tiene en la cabeza.... 
- Por eso, por eso quiero que me la baje!


Experimentando temores, principalmente asociados a la búsqueda de una vejez menos traumática, con buena salud y en pleno uso de mis capacidades, este cumpleaños me puso en la ventana por donde se miran los cambios y el deterioro que afectan las condiciones sensoriales. En nuestro medio, la vejez no es un proceso natural, sino provocado por los sufrimientos derivados de la violencia, la inequidad, las privaciones, las discriminaciones y las injusticias. Y en mi caso, disfrutada por la dulce indisciplina. En Colombia, el envejecimiento es más cruel que la misma muerte y un alto porcentaje de los ancianos no piensa sino en morirse.
Cuando ya ingresamos por el pórtico de la vejez, por donde entramos a los jardines apacibles de nuestros últimos años, miramos con satisfacción aquellos tiempos cuando apenas cultivábamos nuestras ambiciones...todos los días son válidos para rememorar nuestra juventud, aquellos días cuando nos preparábamos para las batallas que ya ganamos...o que perdimos


Y para alejarme de la lista de señales de advertencia de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia, hice un recorrido por episodios notables de mi muy lejana infancia.


* La felicidad inocente que sentí aquel ya muy remoto día cuando mi hermano Néstor me obsequió un juego de cuchara, tenedor y cuchillo con motivo de mi quinto cumpleaños. Ese día escuché por primera vez la palabra trinche y muchos años después, en el departamento del Caquetá, conocí y me moví por algunas trinccheras. Entonces pensé que mi hermano mayor, de maneara no deliberada, me predispuso con su regalo a la lucha constante que ha sido mi vida.
* La perturbación angustiosa que viví en Girardot durante un paseo escolar, a mis 8 años, al cruzar el puente férreo, en uno de mis primeros desafíos a las prohibiciones. Hoy, siento un placer casi morboso que me empuja a trasgredir, a actuar en contra de las normas, de lo establecido, de los convencionalismos, de los formalismos, de los protocolos hipócritas.
* La frustración provocada por mi profesor de quinto año, Ricardo Gonzáles, al reversar mi promoción al bachillerato, en represalia por un acto que le costó la pérdida de su traje por un corte que le hice -con una cuchilla de afeitar- en la manga derecha de su saco. Mi padre me produjo cortes muy similares en las nalgas, con un rejo conocido como "pretina", utilizado para los castigos más severos.
* El sentimiento combinado de vergüenza y orgullo que experimenté cuando me tocó caminar por las calles de mi natal Armenia, vestido con una sotana como estudiante del Seminario Menor San Pio X. Todavía conservo la estampa ridícula que me tomó un fotógrafo callejero en la carrera 16 de la capital quindiana. Cuatro años después, en esa misma institución y en desarrollo de mi conducta en contravía de lo ordenado, fui acusado de incurrir en actos de apostasía por mis frecuentes y calurosos debates sobre el origen del hombre.
* El enfado de la directivas del mencionado Seminario al conocer un acto calificado como inocultable manifestación de iconoclastia perpetrado con la colaboración del hoy médico Germán Arango, en la continuación de las extravagancias juveniles. Las imágenes de la virgen del Carmen y su niño en brazos, instaladas en la peluquería del claustro, fueron desfiguradas, disfrazadas y ridiculizadas con la colocación de barbas y bigotes usando pelo natural y pegante, que entonces se conocía como goma.


La  molestia del rector del seminario, el cura Julio Ernesto Dávila fue de tal intensidad que durante la asamblea general de estudiantes y padres de familia, convocada para denunciar el hecho, no pudo recobrar la calma y siempre habló con interrupciones espasmódicas, como los tartamudos. A mis padres se les pusieron los pelos de punta con esa historia y una semana después los "iconoclastas" seguíamos desfigurados, disfrazados por las secuelas del castigo que nos infligieron en casa y satanizados por el colectivo escolar.


*Los momentos de intensidad y plenitud que vivieron mis padres y mi hermana mayor, Gladys, durante la ceremonia de graduación como bachiller del colegio Rufino José Cuervo, donde aterricé tras el lanzamiento desde el Seminario. La obtención del grado de bachiller hace 46 años equivale a coronar un postgrado en la actualidad. Fue algo así como la recuperación del muchacho apartado del camino del sacerdocio, de la oveja separada del rebaño, del joven que cada día se alejaba de la conducta ideal diseñada por unos padres ultraconservadores.
*Mi desilusión por el engaño de la Universidad La Gran Colombia que en 1970 abrió en Armenia el pregrado de Derecho, después de una campaña nacional por los medios de comunicación. Al final, la propuesta resultó una tibia imitación de facultad de ciencias políticas que motivó el retiro de muchos de quienes anhelábamos convertirnos en brillantes abogados. El periodismo tiene una deuda con esta universidad de garaje, pues tras mi decepción di un giro hacia esta, la más linda e igualmente peligrosa profesión del mundo.
*La tristeza severamente perturbadora al encontrar a mi padre entre un grupo de sus "amigos", en una bulliciosa repartición de billetes, en el café El Ajedrez, de Armenia, gravemente afectado por el consumo de licor. Esta escena y otras muy frecuentes de sus borracheras semanales provocaron una fuerte vinculación de mi conciencia con esos episodios y lo que inicialmente fue un rechazo, se tornó progresivamente en una aceptación cómplice y -lo más grave- en una conducta aprendida que traspapeló el libreto de mi proyecto de vida.


*Mis largos -pero frecuentemente interrumpidos- sueños en los prados de la universidad de Antioquia, durante una desesperada cacería al hoy brillante y encumbrado abogado Nodier Agudelo Betancurt, quien telefónicamente me ofreció su apoyo para reintentar mi ingreso a una facultad de Derecho. Fue una semana kilométrica de hambre, frío, sueños no conciliados y problemas  con las autoridades a causa de mis merodeos constantes por los mismos lugares. Este trágico itinerario también me empujó hacia el periodismo de alguna manera pues una noche, casi madrugada, llegué hasta los estudios de La Voz de Antioquia, en donde el locutor de turno -nadie menos que el glorioso Pastor Londoño Passos- me dió café con pan y vigiló mi sueño de 4 horas en el sofá de la recepción, después de escuchar atentamente mi película y los relatos sobre mis efímeras incursiones en Radio Reloj de Calarcá y La Voz de Armenia.


En medio de la nostalgia por las ilusiones perdidas, de los amores que no llegaron a ser del todo, por la felicidad apenas probada; por las luchas inanes y convencido de que la falsedad no está en las palabras sino en las personas, me acerco velozmente  al silencio inmaculado de la eternidad, cuando comienza la inmortalidad de lo que dijimos y escribimos antes de ingresar al seno de las tinieblas. Al diálogo silencioso y perpetuo con lo desconocido, sin rodilleras, sin azote, sin conveniencias, sin “engrases”, sin amigos, sin enemigos. La muerte es, por eso, la Libertad absoluta.
Mientras tanto, sigo incondicionalmente aliado con la lectura, la escritura y, naturalmente, con la indisciplina, que me ofrecen una realidad alternativa, libre de la tiranía del tiempo y la mentira.


martes, 26 de mayo de 2015

Museo del oro: trofeos luminosos que protegen la grandeza de los muertos



Convencido de que el tiempo respeta y purifica las tareas del espíritu, llegué temprano, atraído por los perfiles que leí desde mi juventud sobre la calidad de la exposición y en los cuales aprendí que el museo es el espejo de todas las elegancias.
Los esplendores de la belleza evidente y profunda de las piezas expuestas son como rayos de sol que incendian el recinto, colmado de visitantes abrumados  en silencio ante el prodigio de tanta belleza procedente de las fosas húmedas de nuestras sociedades aborígenes prehispánicas.
La historia del oro y otros metales, está organizada en cuatro salas de exposición y una sala de exploración:  -el trabajo de los metales, describe las técnicas de minería y manufactura de la metalurgia antigua.
-La gente y el oro, da a conocer el uso y contexto de los metales dentro de la organización política y religiosa.
La sala de cosmología y simbolismo, explora los temas míticos, el chamanismo y la simbología de los metales.
-La ofrenda, sumerge al visitante en el mundo de las ceremonias de ofrecimiento, y en el recinto exploratorio se promueve la interactividad y la reflexión alrededor de la diversidad y el significado del patrimonio que preserva el Museo.
Todas las piezas son llamas que salen del cráter de nuestros antepasados, son como esas lámparas votivas de las iglesias católicas, que nuestros predecesores históricos encendieron para velar eternamente sus tumbas pero que el apetito sensual de los pillos criollos las convirtió en su objetivo principal a través del saqueo sucesivo y criminal.
El orfebre y el minero transformaron el oro, el cobre y los demás materiales que les ofrecía la naturaleza y crearon obras suntuosas, utilizadas principalmente para reforzar el reconocimiento de sus líderes espirituales y guerreros a quienes, además, enterraron en medio de funerales extraños, con honores supremos y con las piezas fabricadas con delicado esmero por expertos a quienes también  llamaron chamanes, por su sabiduría en la manipulación de los metales.


Desde entonces, el oro está asociado al poder, a la dominación y desde siempre ha despertado la codicia y la ambición que dominan al mundo contemporáneo. Todas las piezas son un homenaje a la orfebrería, pero esos trofeos sobre las tumbas sagradas que enaltecen a los muertos y simbolizan su recuerdo son, de la misma forma, armonías lúgubres que llenan el mundo y que lo estremecen por el refinamiento dominador de los nuevos dueños de la riqueza aborigen, saqueada cobardemente por los llamados descubridores de América.
Ese reconocimiento que mereció el portador del oro, en sus orejas, sobre su cabeza, en su nariz, en sus hombros, en sus manos, en sus pies, en fin, en todo su cuerpo, se mantiene, por extensión, en la actualidad y entonces en la sociedad moderna el triunfo está asociado a la capacidad para obtener objetos. El individuo es importante de manera proporcional a las cosas materiales que posee y esa “importancia” le otorga licencia social para dominar a los demás.
Los refinamientos preciosos y meticulosos de los aborígenes se inmortalizaron con el oro, en una ofrenda encriptada, pero la avaricia de los “conquistadores” violó sus tumbas  y los convirtió en símbolo mundial de dominación y opresión, expresada muchas veces en amaneramientos sofisticados de la vida moderna.


Los objetos expuestos son como los ojos tristes de los indígenas que brillan con las llamas apagadas, en una prolongación histórica del poder y como estímulo permanente a la guerra, al diluvio de sangre por la disputa del poder y del sexo, que caracteriza al materialismo agresivo y conquistador detrás del cual nos movemos y con el cual se convierte al oro en cenizas de barbarie. Cenizas en las que se asfixian la libertad y la justicia.
Aunque he visto muchas cosas lindas, me sorprendí gratamente con esos rayos inmortales y a la vez taciturnos, con esa solemnidad de la historia, cuyos deslumbramientos engendraron la codicia que sostiene el poder, el sometimiento y la injusticia en el universo. Pero que también iluminan el combate eterno de los pueblos en busca de sus propios tesoros pues los hechos confirman que nada es inútil y que todas las exhumaciones son tristes, menos las de los antepasados.
Saliendo del museo y mientras mí hermana Martha reiteró su interés por “una de esas coquitas doradas, como para pedir limosna”, pensé que también el tiempo respeta y purifica el trabajo de las comunidades prehispánicas pero la ambición del hombre ultraja y contamina su legado.

sábado, 23 de mayo de 2015

Los paisajes que me mostró la fiebre


Mi centro regulador hipotalámico, mejor dicho, mi termostato, tuvo un severo desajuste esta madrugada por causa de la gripa que me visita cada 5 o 7 años, pero con una crueldad semejante a la del más áspero y escabroso apostillador de las redes sociales, el desaparecido tetrallavecita Harvey Lopera. Mi madrugada fue amarga, intermitente, entre fiebre y escalofrío, estuve en el limbo, ese espacio extraterrestre en donde, de acuerdo con los curas que nos metieron miedo en la infancia, estaban detenidas las almas de los santos y patriarcas antiguos esperando la redención del género humano, así como los niños que murieron antes de ser bautizados.
Ni los recursos físicos, ni los farmacológicos sirvieron para recuperar y estabilizar mi temperatura corporal: comencé con la aplicación de agua helada, a chorros; seguí con la colocación de toallas húmedas; después utilicé esponjas empapadas con alcohol y hasta recurrí a los enemas con agua fría, de manera simultánea con el acetaminofen y algunos glucocorticoides. Pero seguí altamente afiebrado y asustado.
Mi pieza se oscureció, aunque el bombillo estaba encendido, todo se hizo negro y silencioso y solo volví en mí a las 8, cuando mi mamá me despertó reclamando su tinto mañanero. Pero no pude pararme porque me llegaron las imágenes de mi sueño peligroso, mostruoso, y entonces le pedí a la “cucha” –como le dicen ahora a la Madre- que se sentara para contarle mi aventura febril. Comencemos, le dije.


Vi las figuras de Álvaro Uribe quien, amamantando al “pincher” Arias con paralactosa, le hacía pistola al mapa de Colombia. Sobre el mapa del Caquetá y precisamente sobre la serranía de Chiribiquete pude ver al exgobernador Isidro quien leía una biblia monumental que no podía sostener en sus manos, cuyas páginas eran billetes verdes que se deshojaban lentamente y caían derechito a una urna sostenida por la senadora Moreno Piraquive, quien también se desojaba.Desde el último piso del edificio de la alcaldía de Florencia, salía un pendón adornado, como una cadena de oro, de enormes eslabones, en cuya punta se balanceaba la alcaldesa Susana, como el péndulo de un reloj de pared, pero más veloz. Abajo, en tierra, la multitud encabezada por su esposo le pedía que no se dejara caer, pero por si acaso no se podía sostener le instalaron un colchón de agua potable con el letrero de Servaf y custodiado por el comité pro-revocatoria.
Y algo más ingrato, vi al ProcuraGODO Ordoñez que renegaba porque se lo estaban metiendo con vaselina. Pedía que se la suspendieran pues Él disfruta con todas las suspensiones de sus contradictores políticos y religiosos. Muy cerca estaba Luciano Marín, el otrora humilde profesor del colegio Chairá, a quien también le cambiaron su nombre por Iván Márquez, que gozaba, del mismo modo, con las penetraciones, pero no con las del ProcuraGODO sino con las suyas y las de su grupo en todos los paros actuales y protestas populares.


Vi a los periodistas transformados en apóstoles, con las aureolas de la verdad, admirados y amados por la gente que se desencadenaba con afán, mostraba sus señales de sufrimiento, se ponía de pie y gritaba frente a un paredón en donde los políticos fueron escupidos hasta quedar sepultados por la baba colectiva, la misma que siempre desperdiciaron en sus discursos. El paredón se lleno de moscas cuyo zumbido me despertó, llavecitas.

viernes, 15 de mayo de 2015

Día del Maestro: formar para transformar

Con motivo de la celebración del día del Maestro, renuevo y amplío las  percepciones que tengo sobre el proceso educativo. Y del mismo modo, renuevo y amplío mis sentimientos de gratitud a todos los Maestros, desde don Ramón Velásquez, quien me enseñó a leer en la escuela Jesús María Ocampo, del barrio El Jazmín, de Armenia, hasta mis maestros Germán Santamaría y Juan José Hoyos, a quienes les copié su interés por la simplicidad, detrás de la cual están todas las historias. Y quienes me motivaron en el aprendizaje del arte de encontrar historias y "garrapatear" cuartillas.
Además de la actitud y los contenidos, me parece que mientras los docentes no asuman un compromiso con la transformación de la realidad nacional, seguiremos educando para la rancia burguesía y sus intereses.
Cualquiera que sea la perspectiva desde la cual se mire la práctica educativa, siempre se debe partir del concepto objetivo según el cual este proceso es el conjunto de acciones dirigidas a formar, para transformar.
Y en tal sentido, la educación debe romper con tendencias memorísticas, que priorizan la acumulación de datos aislados de la realidad particular, para acoger todas las ideas venidas del entorno social, de las condiciones particulares que se presentan en el medio en el cual se desarrollan los procesos de aprendizaje.
Como una práctica de coincidencia social, los pobres, los oprimidos, los excluidos, quienes naturalmente tienen su propia ideología, son sujetos específicos que necesitan con urgencia revisiones curriculares y de metodología, para darle a la educación contenidos que realmente estén ligados a las necesidades de esas comunidades.
En la actualidad, la educación tiene un carácter “bancario”, una sumatoria de datos universales que  olvida circunstancias particulares de las comunidades, sus intereses y sus anhelos.
La verdadera pedagogía es la capacidad de convertir la escuela en un espacio para el conocimiento, en donde se enseña y se aprende. Porque enseñar ya no es la transmisión del conocimiento acumulado y aprender no es, exclusivamente, la recepción de contenidos.
Se trata de comprender el mundo, los objetos, los fenómenos, percibir la belleza, comprender la exactitud científica, despertar el sentido común y, de manera especial, asimilar los comportamientos ciudadanos, el respeto de los demás.
Porque a un estudiante de Corinto, Cauca, o al de una escuela rural de Solano, Caquetá; al de la escuela del Líbano, en Algeciras, Huila, o al de la escuela La Mariela, de Pijao, Quindío, les sirve muy poco saber de memoria las biografías de Simón Bolívar y de Cristóbal Colón, si no tienen competencias para comprender el origen de la violencia que se vive en su entorno. No comprenden por qué el Derecho, la justicia y la ley han sido sustituidos por la fuerza. Y aunque, de memoria, aprendieron qué son la Libertad, la Igualdad y la fraternidad, no han podido conocerlas. No comprenden por qué  los negros son discriminados; por qué no hay comida suficiente y de buena calidad en sus mesas y mucho menos por qué el ejército y los guerrilleros viven enfrentados en un combate que involucra y destruye a la población campesina, a sus papás y a sus hermanos.
La rica diversidad del medio ambiente tiene que ayudar a los jóvenes a comprender la diversidad de los individuos, que, a su vez, genera las distintas posturas y opiniones sobre los fenómenos de la vida cotidiana. Y a partir de la comprensión de esa diversidad, se promueve el respeto, la tolerancia y comienza el desarrollo de otras habilidades como la capacidad de réplica y el reconocimiento de los errores, la autocrítica sana y oportuna.


Si en nuestra época de juventud, como sostienen los expertos, hubiéramos hecho un examen crítico del ejercicio docente, algunas conquistas tendríamos 30 años después pero, lo reconozco sin palidecer, quedamos absortos ante la ruta violenta que tomó la cotidianidad del país. Los dirigentes callaron, los periodistas quedamos cautivos ante la presión de los grandes medios para los cuales trabajamos, o nos embelesamos con la novedad de unos luchadores armados que fracasaron precisamente por errores en su pedagogía, en su comunicación con la gente que decían representar.
Desde la primaria, los currículos son recetas que deben ser aplicadas en todos los contextos y quizás esa condición es la responsable de la calidad de la educación puesto que este modelo ha impedido el desarrollo de competencias que estimulen no solo el conocimiento sino la imaginación y la creatividad, tanto en los alumnos como en muchos docentes pegados a los mandatos oficiales.
A propósito, creo que la formación de los formadores, los contenidos, sus formas de actuar y de relacionarse con el mundo, las reflexiones críticas de sus prácticas y de las reformas que implementa el Estado, se ha debilitado en los últimos años y, particularmente, veo una tendencia a la capacitación en el manejo de los avances tecnológicos por encima de otros contenidos.


Personalmente pienso que por encima de contenidos y metodologías, se deben proponer reflexiones sobre el papel de los docentes en el proceso formativo. Además de su preparación académica, el maestro debe prepararse física y emocionalmente. Su tarea es un compromiso y una actitud. Creo que no se puede enseñar, sin la capacidad de construir canales de comunicación con los más vulnerables para trasladar sus experiencias desde el aula a otros espacios en donde también se necesita la formación para la transformación social.
Porque mientras el mundo tiembla bajo las garras de un capitalismo salvaje, el pueblo desplumado, harapiento y con hambre, vive engolosinado con las limosnas de acción social, por ejemplo, en medio de un conformismo que dispersa los intentos de organización y de lucha. La actitud sumisa del pueblo se explica por la dominación ideológica que es capaz de convertir las mentiras en verdades, todo a consecuencia de la formación acrítica que se ofrece en los planteles educativos. La educación, como parte del aparato ideológico del Estado, está dirigida a homogenizar el pensamiento, a poner de acuerdo a toda la gente sobre los programas oficiales, a pensar de la misma manera sobre los problemas y temas de la coyuntura nacional.
Apoyados en la teoría conductista según la cual el entorno no es más que un conjunto de estímulos y respuestas, que surgió de las investigaciones evolucionistas de Carlos Darwin con las que demostró que el individuo se adapta a su medio, los ideologistas burgueses diseñan mecanismos –léase trampas- con las cuales conducen a las masas hacia los puntos de vista, hacia los anhelos de los poderosos, hasta crear sentimientos como el falso patriotismo o patrioterismo, según el cual, por ejemplo, quien no apoye a la selección Colombia es un apátrida. En otras palabras, es poner a la gente del común a pensar, a sentir y a esforzarse para vivir como los miembros de la clase dominante.
Desde el punto de vista práctico, ¿de qué le sirvió a una persona del tumulto que nuestra selección clasificó al mundial del Rusia?. ¿En qué la perjudican sus derrotas?. Para una persona del común, que se emborracha tras la victoria o la derrota, su rutina  y sus dramas de pobreza serán los mismos aunque Colombia sea campeón mundial.
La dominación ideológica precede a la dominación económica y se ejerce a través de los Medios masivos de comunicación, de la Iglesia y de la educación con el fin de crear un monopolio del pensamiento que facilite la manipulación de las masas, grandes consumidoras de mercancías y también de ilusiones conformistas.
Los grandes Medios de comunicación, como instrumento ideológico complementario de la educación, y los periodistas como responsables del apostolado de la palabra, profanaron su oficio. 
Este año. el día del profesor se celebra en medio de protestas por el incumplimiento de los acuerdos suscritos con motivo del paro del año pasado. Las condiciones salariales y la asistencia en salud, son temas que provocaron la anormalidad académica y que, inevitablemente, atentan contra la calidad de la educación.
La resignación ante el vencimiento es la expresión inobjetable de los procesos educativos actuales que, como dicen repetidamente los analistas,"ofrecen un mar de contenidos con un centímetro de profundidad", con los que la gente aprende a leer pero no a pensar.







viernes, 8 de mayo de 2015

Parque de la vida, un jardín abandonado que pierde su encanto



El parque de la Vida, un regalo de los cafeteros a la ciudad de Armenia con motivo de su centenario en 1989, considerado como el lugar de máxima personalidad ambientalista en la ciudad por haber superado la mediocridad ultrajante de otros espacios de recreación popular, es hoy el gran jardín abandonado que despierta un triste placer entre sus visitantes.
La visita al parque me provocó una expectación grande, por la belleza absorbente que se aprecia desde la avenida Bolívar, camino al norte de la capital quindiana. Inquieto y ansioso, tomé el sendero que conduce al corazón del parque y me impresioné gratamente con la perspectiva que ofrece el descenso al lago y la visión de las cascadas artificiales cuyas aguas, a lo lejos, semejan enormes cabelleras que caen apacibles sin generar admiración por su estilo repetido, desgastado y previsible, como un decreto.
El lago, turbio y con evidentes señales de revolturas dudosas, mantiene la admiración de su aislamiento adornado por los peces, patos y gansos de distintas especies, atractivo principal de niños y adultos que los alimentan con trozos de pan y galletas lanzados en distintos ángulos para estimular bruscos movimientos de las aves en su disputa por la comida.
Las altas y verdes siluetas proyectadas por los guaduales se alzaron delante mío, se mostraron majestuosamente y brillaron con el sol perpendicular del medio día, como engrandecidas para llamar la atención de los visitantes, Pocas cosas tan bellas como esa estampa llena de sensualidad que domina el paisaje del parque con una mirada controladora y alegre.
Los senderos de la periferia, musicales, llenos de armonías extrañas producidas por el viento, pájaros, grillos, insectos, mariposas brillantes y por la inesperada y numerosa presencia de guatines de distintos tamaños, pierden su encanto por falta de mantenimiento, como la finca de las viudas, y cuando en un recodo se asoman a la orilla de una quebrada impresionantemente contaminada con aguas negras, una cloaca pestilente que desarma los espíritus y nos llena de enojo. Es una mancha combinada de ira y de tristeza, es un fantasma denso y venenoso. Es un madrazo contra el medio ambiente. Siento, y veo el esfuerzo de la gente para transitar por este sector, como si se enfrentara a una desviación del camino y entonces un sordo rencor los empuja a salir de ese paraje.
El triunfo por el contacto de la naturaleza se torna angustioso y pensé que en estas condiciones, al parque le ha pasado la edad para provocar emociones, es un sitio sin ambiciones después de una época amada por los cuyabros y por miles de  visitantes. Es una gran superficie para homenajear a la negligencia y al desamor. La negligencia, principalmente, de la Sociedad de Mejoras Públicas que se olvidó de ese joven de apenas 23 años que hoy luce como un viejo que por cansado de tantas victorias, ya no merece  otras.

Entre la sombra de los guaduales y el gorjeo de los pájaros, me siento como en medio de una pompa celestial y desde las ventanillas naturales por donde entra el sol del medio día, veo unas garzas meditativas y muchos gansos que hunden sus plumas y sus picos en el lago tranquilo que empieza a recibir el tributo de las cascadas ficticias y silenciosas. Y en la densidad del follaje, una pareja que empieza la ceremonia tempestuosa del amor, tranquila, alejada de la vista del público, indiferente a los comentarios,  en la sinfonía de las promesas, encendida por la pasión. El parque tiene todas las virtudes, me dije.
Los asistentes son rigurosamente disciplinados en el manejo de los desechos y el piso permanece limpio, con contadas excepciones en los kioscos y en los senderos cercanos al sitio de ingreso. Los vendedores ambulantes y estacionarios son igualmente celosos en el manejo de los residuos y es evidente que se han apropiado de su cuidado.
Recobrada la calma y serenada la atmósfera, tomamos otro sendero que, poco a poco, pierde sus señales de transitabilidad, lleno de musgo y con tímidas signos de vegetación, nos indicó que el flujo de personas es poco, tal vez por la pérdida de atractivos. Al devolvernos, tomamos un nuevo rumbo que nos puso después de unos pocos minutos en la pista de patinaje, en donde resucitaron las sensaciones emocionantes, por su magnituid y belleza, por la espectacular vista del histórico cerro de las antenas y otros picos de la cordillera central, así como algunos edificios del norte de Armenia que con indiferencia se asoman en el paisaje.
El crepitante malabarismo de los patinadores de todas las edades nos elevó la pasión de esta visita y sus gritos triunfales refrendaron el éxito de la jornada mientras el sol avanzaba en su apoteosis de las 2 de la tarde.
Los responsables del mantenimiento del parque aparentemente han cambiado los objetivos de este espacio de 8 hectáreas y le han otorgado importancia especial a su decoración navideña, considerada como la más fantástica del departamento. Cientos de miles de personas visitaron el parque en diciembre, en las horas de la noche, para disfrutar del espectáculo de luces y colores que las empresas públicas montan anualmente. Es decir, que la belleza del campo, la limpieza de su perspectiva, la novedad del paisaje, su vegetación, sus atractivos naturales ya son menos importantes que las luces artificiales.

Palomas y gallinazos, sobre los altos cerros, lejos de la ciudad, dibujan figuras con sus acrobacias, la bruma de la contaminación es evidente y la hora vespertina se extiende melancólica sobre esa fiesta de colores armoniosos y naturaleza. Un joven enérgico que ruge formidable,  con una rima de poema, que reclama una manito que le cambie su lúgubre encanto. Porque si persiste la negligencia, el cartel que se exhibe a la entrada, con un texto de Alejandro Gonzáles, en el que se invita al funeral de la naturaleza, podría ser, muy pronto el epitafio para el parque de la Vida.
Con todo su irresponsable abandono, así descuidado, el parque conserva su esplendor magnífico y al momento de salir sentí un aire de satisfacción al volver la mirada y encontrarme con el lindo contraste entre la enorme sombra vespertina y la luz intensa de la mañana...disfruté ese paisaje como un beso de placer e imaginé su belleza si fuera retocada por un gesto de solidaridad del gobierno municipal.

domingo, 3 de mayo de 2015

¿Libertad de prensa ?



“Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”
Albert Camus (1913-1960)
En la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa (3 de mayo), la FLIP informa cuáles son los medios de comunicación, las zonas y los contextos en los que resulta más riesgoso ejercer el periodismo en Colombia. Este informe se basa en los ataques a la libertad de prensa registrados por la FLIP entre el 3 de mayo de 2013 y el 3 de mayo de 2015.

En Colombia, todas las formas de Libertad están contempladas en la Constitución y en las leyes. Pero, como decía mi papá, “del dicho al hecho, hay mucho trecho”.
Claro que hay Libertad y puedes hacer lo que quieras, pero siempre serás satanizado y castigado si lo que haces no encuadra dentro de los esquemas, dentro de las reglas de manejo, de comportamiento, establecidas por la cultura dominante, lo que se denomina como el manual de interacción del ser humano.
En la hipócrita conducta social, la ley establece lo que se debe hacer y la moral dice qué se hace, cómo se hace,pero siempre proyectadas dentro de unas reglas de manejo de los seres humanos,determinadas en correspondencia con los intereses de los dueños del país y de su gobierno.
Todas las formas de Libertad y los derechos que la garantizan, escritos y proclamados, no son recíprocos, son verticales, desde arriba hacia abajo. Es así como los derechos a la educación, a la vivienda, a la salud, al vestido, a la alimentación, a la movilización, a la opinión, la información, entre otros, que alimentan la conducta de la gente y garantizan su permanencia, son parciales y claramente sectorizados.
Sin embargo,  el Estado y la política  modelan estructuras mentales e imponen formas de visión de la realidad y legitiman unos estilos de pensamiento trasformados posteriormente en códigos, rituales, cultos y otras obediencias con las cuales se refuerza la cultura dominante.
La concentración del capital económico, va de la mano  con el llamado capital informacional, mediante el cual el Estado elabora, concentra y maquilla la  información, con la ayuda de los grandes Medios de comunicación, las Iglesias y los poderes económicos. Es decir, se homogenizan las formas de comunicación, se establecen unos patrones que producen impacto ideológico sobre las masas, que regularmente los asimilan sin cuestionamientos. El conformismo y la indiferencia ante la realidad, son las principales conductas obtenidas por esta técnica de sometimiento.


En el caso concreto de la Libertad de prensa y la libertad de información de la gente, es claro que existen pero para aquellos que estén sometidos a los patrones impuestos, para quienes actúen en correspondencia con los esquemas diseñados por quienes monopolizan el pensamiento oficial. Y como los grandes medios de comunicación hacen parte del Establecimiento, sus periodistas deben actuar de conformidad con sus objetivos de refuerzo ideológico. Para lograrlo, se establecen currículos de formación academicista y acrítica, complementadas con la fijación de condiciones labores miserables que obligan a los comunicadores a reforzar sus ingresos con los llamados “engrases” o coqueteos con sus fuentes de información, con los gobernantes, con los empresarios y con los políticos.
El silencio de los labios y de las manos ante la corrupción, la inequidad y los problemas generales de la población, es la consecuencia nefasta de tales coqueteos y entonces cuando algún periodista lanza sus flechas de combate, es desarmado prontamente por el dueño del medio, por sus mismos colegas que sienten amenazados sus ingresos y alejadas sus fuentes de información y, desde luego, por quienes se sienten lesionados con sus publicaciones. Y los oyentes y lectores, siguen ciegos, ante el delito.
La gravedad dolorosa del momento histórico que vive el país tiene su origen en el silencio ante los hechos perturbadores y en la manipulación y maquillaje de las informaciones, pues es a su sombra que el delito avanza. El “tapen, tapen”, se hace con al apoyo de periodistas sobornados, amenazados, silenciados o eliminados.
La musa inmaculada de la verdad, como le aprendí a uno de mis profesores, es degollada de manera permanente con el hacha del Establecimiento y la politiquería o con la del miedo y la cobardía de muchos periodistas menesterosos  del “engrase” porque no tienen otra forma de subsistencia.
Porque -también lo aprendí en mi formación- los periodistas no podemos mentir aunque tengamos delante de nosotros los aplausos y detrás, la cuchilla de un verdugo.


viernes, 1 de mayo de 2015

Canto al PER -Proyecto Educativo Rural


Uno de los esfuerzos más notables  del Ministerio de Educación durante los últimos años fue el Proyecto de Educación Rural, PER, iniciado en 2000, que tuvo sus principales desarrollos hasta el 2007.El Proyecto se formuló para ampliar el acceso de la población del campo a la educación básica de calidad, avanzar en la formación para la convivencia y la resolución pacífica de conflictos, y apoyar la formulación de una política de educación técnica.
El PER se puso en marcha de la mano de otra estrategia gubernamental denominada aceleración del aprendizaje, para aquellos muchachos que se encuentran por fuera del rango de edad en la educación básica  porque tuvieron que abandonar la escuela a causa de distintos motivos, principalmente por la violencia.
El programa de fortalecimiento de la cobertura con calidad para el sector educativo rural - PER fase II, se implementa desde el año 2009 como parte de las acciones que adelanta el Ministerio de Educación Nacional para mitigar los problemas que afectan la cobertura y la calidad educativa en zonas rurales ayudando a superar la brecha existente entre la educación rural y urbana. Las acciones se orientan al diseño e implementación de estrategias flexibles que faciliten el acceso de los jóvenes rurales a la educación; y al desarrollo de procesos de formación y acompañamiento a los docentes que les permitan mejorar la calidad, pertinencia y relevancia de sus prácticas.
Con motivo de la Pandemia del Covid, algunos docentes de distintas regiones le han propuesto al MEN retomar el PER en muchas instituciones educativas del Caquetá, en cuyas zonas de influencia se tipifican condiciones como las que inspiraron la mencionada estrategia.
Durante dos semanas tuve la oportunidad de conducir este programa en el 2004, en la Institución Educativa Campo Elías Marulanda, de Solano, Caquetá  y entonces hice esta nota para el periódico que elaboramos con los muchachos y el cual bautizamos con el nombre de PERsistencia. En la búsqueda de notas antiguas, me la encontré y decidí publicarlo por su eventual interés para los docentes y para la comunidad educativa en general.

 PERmítanme hacer un recorrido por este PER, el curso de los que aparentemente estaban PERdidos a causa de los PERcances sucesivos que enfrentaron algunas PERsonitas durante su PERmanencia en las aulas, sin PERcibir los PERjuicios que se proyectaban en su PERegrinaje por  la vida.

 En una posición PERniciosa de algunos docentes y autoridades educativas, estos pequeños PERsonajes –un alto porcentaje con PERfiles excepcionales- fueron calificados como indisciplinados y PERezosos. Debido a sus potencialidades invertidas y especialmente por su hiPERactividad fueron forzados al aplazamiento indefinido de su PERicia y su transición a niveles  suPERiores de la educación básica.



PERturbados sus proyectos de vida y en medio de imaginativas PERipecias para mantenerse vigentes entre sus familias y amistades, y prácticamente desPERdiciados en un medio caracterizado por la PÉRdida de los valores, estos muchachos fueron rescatados por el PER, un programa que los puede llevar la PERfección, que tiene como objetivo canalizar las energías de estos preadolescentes, salvarlos de las tendencias PERversas  y, con una dosis de cariño y tolerancia, PERfumar sus vidas con el aroma del PERdón y la solidaridad.
Como una PERla cayó esta iniciativa que desde ahora tiene su expresión escrita en el PERiódico PERsistencia, como un PERgamino a sus esfuerzos, como un reflejo de su PERseverancia, como una actitud de PERtenencia y como un grito PERentorio de su actitud imPERecedera de triunfo.
PERmiso,
Jesús María Cataño Espinosa
PERiodista