miércoles, 31 de mayo de 2017

Centro Nacional para el estudio del bambú-guadua, la biblia del llamado "acero vegetal"

Los guaduales son una de las más grandes armonías de la naturaleza; cantan o lloran, según cante o llore en nuestro espíritu, la conciencia íntima, nuestro Yo.

Los Quimbayas le dijeron "caña gorda" por su parecido con la planta del azúcar y en la región conocida como "Antioquia grande", pueblos enteros, aferrados de las laderas y de los filos de las montañas, sostenidos en guadua, conforman conjuntos que se ven excepcionalmente en esta zona del país, flotando y soportando el paso de los años. Esta característica fue determinante para que la UNESCO declarará al  "Eje cafetero" como Paisaje Cultural de la Humanidad, pues no solo el verde que tapiza las laderas enmarca la belleza singular que hoy es atractivo para el turismo nacional e internacional, sino la armonía que el mismo conjuga con la arquitectura y colorido de sus edificaciones, tanto en la zonas rurales como en las urbanas.
También se les reconoce con el nombre de "tacuaras"y "cañazas, pero universalmente reciben el nombre de bambú americano. En 1806 fue descrita por Alexander Von Humboldt como bambusa-guadua.

Su uso es tan antiguo que, según el libro ‘Nuevas técnicas de construcción en bambú’, en el Ecuador y Colombia se han encontrado improntas de bambú en construcciones que se estima tienen 9500 años de antigüedad.
Puentes colgantes y atirantados de impresionante precisión de ingeniería, poderosas embarcaciones así como flautas, quenas y marimbas, fueron construidos por los incas con este recurso durante la época de preconquista, y después de ella la especie fue la encargada de proteger a los indios y hasta pequeños pueblos del asedio de los españoles escondiéndolos tras sus espesuras.
La arquitectura regional de la zona cafetera adoptó la tradición indígena del cultivo y el manejo de la guadua en las técnicas constructivas correspondientes, como su fundamento esencial.
En 1988, la Corporación Autónoma Regional del Quindío -CRQ- fue distinguida con el premio nacional del Medio ambiente, por la importancia que ya representaba el Centro Nacional para el estudio del bambú-guadua en el campo de la investigación, y por los logros que se habían obtenido con los estudios de este Bambú Americano como recurso natural e industrial.
Según estudios publicados en Wikipedia, en Colombia la guadua ha sido sometida a grandes presiones deforestadoras; de extensas áreas existentes ha pasado a pequeñas manchas boscosas ubicadas en las orillas de los ríos y en los bosques húmedos de las laderas de montaña, especialmente en los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, Valle del Cauca, Cauca, Antioquia y Santanderes.
La guadua es un vegetal de rápido crecimiento que puede alcanzar 25 metros de altura en 6 meses y hasta 21 centímetros de crecimiento diario en zonas cafeteras. Es una planta que regula la humedad del suelo porque retiene agua en periodos lluviosos y la entrega en periodos secos y tiene registrados más de 1000 usos en Colombia.


Ubicado a tan solo 22 kilómetros en la vía Armenia-Córdoba, el Centro Nacional para el Estudio del Bambú Guadua presta los servicios de capacitación a profesionales, universitarios, estudiantes, agricultores, asociaciones, grupos ecológicos y otros grupos de interés de cualquier región de Colombia y visitantes de otros países. Además, en sus laboratorios se llevan a cabo investigaciones permanentes sobre su mejoramiento, nuevos usos, agentes perturbadores de su desarrollo como coleópteros de distinto tipo y en general sobre todos los aspectos asociados con su cultivo, intervención y usos.
De acuerdo con la ingeniera Eucaris Millán, administradora del Centro, está a punto de terminar un proceso de readecuación de las instalaciones, que estarán de nuevo al servicio de los visitantes a partir del mes de agosto próximo. Inicialmete, dijo, el servicio de acompañamiento y asesoría se prestará mediante inscripción previa.
Exquisitos, tiernos y a veces tormentosos, los guaduales son una de las mayores armonías de la naturaleza. Los paisajes exteriores que moldean, modifican los paisajes interiores de las personas que los disfrutamos. Su perfume penetrante despierta un placer perturbador y el rumor de su movimiento flota mágicamente.


"El aprovechamiento es una práctica silvicultural de mantenimiento y mejoramiento del guadual. Puede definirse como una práctica silvicultural que procura crear condiciones favorables en el guadual, lo que implica el mejoramiento de la regeneración natural y de la composición estructural, que aseguran el máximo rendimiento sostenible, dijo la ingeniera Millán para justificar las actividades de intervención de los guaduales del Centro Nacional de la Guadua. 
"En los bosques de guadua, el proceso de sucesión, se puede considerar como progresivo cuando su manejo muestra el guadual en equilibrio biológico, contrario cuando se produce alguna alteración o deterioro en su estructura, producto de una intervención natural o artificial caso en el cual se considera que el guadual comienza a presentar una sucesión regresiva, lo cual puede ocasionar su completa desaparición", explicó la profesional.

Para evitar el proceso de sucesión es necesario conocer y diferenciar todos y cada uno de los elementos que conforman el guadual. Su conocimiento permite aprovechamientos técnicos, además de conocer su dinámica dentro del proceso de productividad del guadual.
Entre las causas que ocasionan la llamada sucesión regresiva del guadual está el no manejo, ya que si los guaduales no se aprovechan tienden a degradarse por exceso de individuos en determinado momento y/o por disminución de la actividad biológica o dinámica del guadual.
Por lo expuesto anteriormente los guaduales deben intervenirse periódicamente para regular el espacio vital de sus individuos y para favorecer una mayor aparición de rebrotes o renuevos. En Colombia, se han realizado investigaciones sobre aprovechamientos técnicos debido a que la gran mayoría de bosques se encuentran muy densos por falta de manejo, o muy intervenidos por una explotación antitécnica.
Es necesario determinar para cada sitio, el ciclo de corte o periodo de corte a transcurrir entre un aprovechamiento y otro, y la intensidad de corte, o sea la cantidad y clase de individuos a extraer en cada ocasión, siendo esto lo que constituye propiamente el Plan de manejo técnico de un guadual.




Con el aprovechamiento técnico se busca obtener un equilibrio en el bosque, en el ambiente y que a través de él, se obtengan ingresos según el manejo sostenible del recurso. En el Centro Nacional de la guadua se abordan todos estos temas y periódicamente se socializan las conclusiones de los estudios.
Aunque las instalaciones del Centro Nacional de la guadua tienen un aspecto aparentemente conventual, sus amplios corredores enchambranados son la antesala de los guaduales que lo circundan, los mismos queestán en las canciones, que embelecen los valles y montañas, que guardan los arroyos, ríos y quebradas del eje cafetero.
Esos guaduales que baten sus hojas diminutas y se inclinan reverentes por la furia del viento. El conocido empresario Luis Ángel Sánchez asegura haber escuchado el testimonio del célebre compositor Jorge Villamil, quien le dijo pocos meses antes de su muerte que su tema famoso, "Los guaduales" fue compuesto durante una visita a la vereda Versalles, del municipio de Acevedo, en una finca sobre la vía a la inspección de San Adolfo, por petición de una señora que lo reconoció mientras descansaba sobre una hamaca y escuchaba los gemidos del guadual.
Los guaduales que ocultan los secretos, los dolores, las angustias, las alegrías que albergan los espejos de agua en el eje cafetero, que empujan los sueños de los campesinos e inspiran a los poetas, están bien cuidados por el Centro Nacional del estudio de la guadua.
Invocando las habilidades de un poeta para rimar hasta el cansancio inspirado por el acero vegetal y por el arco iris que pone entre paréntesis el casco urbano de Córdoba, me subí al bus, de regreso a Armenia.


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