domingo, 4 de septiembre de 2016

Los dolores de la guerra. Víctimas del conflicto, emblemas del olvido y la indiferencia

A pocos días de la firma de los acuerdos con las Farc, las víctimas del conflicto no han conocido la Verdad, la Justicia y menos la Reparación. Solo algunas indemnizaciones
Recuerdos dolorosos, sueños tristes, lágrimas cristalizadas, esperanzas marchitas y enojo evidente hacen parte del entorno de los damnificados por el conflicto
Muchos años después de las desapariciones, asesinatos, violaciones y desplazamientos, el recuerdo de las víctimas del conflicto sigue asombrosamente fresco entre sus familiares que esperan en vano una respuesta y un consuelo, acosados por el dolor, en medio de los suspiros de sus corazones y la indiferencia del Estado y de la sociedad.
El gobierno y la guerrilla anunciaron conjuntamente para el próximo 26 de septiembre la firma de los acuerdos pactados en La Habana, en una ceremonia especial que se desarrollará en Cartagena, y que para las víctimas del conflicto son algo así como los relinchos de unos caballos desbocados que pasan arrogantes por  encima de sus dramas y sufrimientos.
Porque desde el momento cuando les arrancaron del corazón a sus seres queridos la vida se llenó de tinieblas profundas, dio un giro brusco hacia la tristeza y cayó en absoluto desamparo. Se les acabaron las esperanzas y también confirmaron que, en el fondo, la desesperación y la pena son solo suyas.
-En Colombia, la insolidaridad del Estado y de la gente es casi absoluta, con bondadosas excepciones, pues las personas no tienen la capacidad para dimensionar el sentimiento de pena y aflicción sino cuando son tocadas por la violencia, dijo con visible enojo, un familiar de los cientos de desaparecidos por las Farc en el Huila.
-Y lo peor, además fuimos perseguidos por denunciar los delitos y entonces nos convertimos en los hermanos de la muerte, añadió.
Sin espacio para el duelo
Entre las víctimas de la guerra que según el acuerdo suscrito entre el alto gobierno y la guerrilla está a punto de terminar, los familiares de los desaparecidos constituyen un grupo singular, con su dolor prolongado de manera permanente en el tiempo por cuanto no tuvieron espacio para la elaboración y trámite del duelo derivado de la pérdida. La terca esperanza de encontrarlos con vida los anima siempre, en un círculo infernal que se renueva y al mismo tiempo los decepciona todos los días.
Por acuerdos internacionales se consagra una definición de víctima que incluye a la persona desaparecida, a toda persona que haya sufrido un perjuicio directo como consecuencia de una desaparición forzada, incluyendo a los familiares de la persona desaparecida.
Los desplazados, los torturados, las víctimas de violaciones, así como los familiares de las víctimas de masacres y asesinatos logran, con el paso del tiempo, la superación del dolor producido por las pérdidas materiales y humanas, mientras que los familiares de los desaparecidos sufren una angustiosa agonía mental que se renueva permanentemente, alimentada por la esperanza de encontrar a sus seres queridos.
Además de la constante floración de la pena, los familiares de los desaparecidos enfrentan otros dramas materiales como la fractura de su economía, pues por lo regular la persona desaparecida es el motor de la atención familiar; nuevas responsabilidades para suplir al ausente y, la más fatal, la persecución motivada por las denuncias y por la búsqueda ansiosa de sus familiares.

Estadísticas espantosas
De conformidad con la coordinadora de la mesa departamental de víctimas del conflicto, Derly Pastrana, en el departamento del Huila existen 195.228 víctimas del conflicto armado, en su mayoría invisibles para el Estado y para las Farc, apenas identificadas y subidas al sistema pero que no han sido objeto de Justicia, ni de Verdad, ni de reparación material. Las cifras son recientes, tienen un corte del 1º de agosto. La relación oficial es la siguiente:
Víctimas totales, identificadas en el Huila, 195.228
Por actos terroristas, 1.430
Amenazas, 10.812
Delitos sexuales, 176
Desapariciones, 2.622
Desplazamiento, 171.820
Homicidios, 21.466
Minas, 322
Reclutamiento, 215
Secuestro, 317
Torturas, 176
Pérdidas de bienes, 3.191
Por géneros, las estadísticas muestran el siguiente comportamiento:
Hombres, 96.098
Mujeres, 96.789
LGBTI, 30
Otros, 2.311
Por edades, la afectación de la violencia ha tenido los siguientes comportamientos en el Huila. Como se podrá observar, más de 17 mil menores de 5 años fueron damnificados por el conflicto, una cifra tan pálida y vergonzosa como para producir escalofríos en cualquier parte del mundo.
Entre 0 y 5 años, 17.205
Entre 6 y 11, años, 24006
Entre 12 y 17, 27.069
Entre 18 y 28, 41.517
Entre 29 y 60, 63.395
Mayores de 61, 12.476
En el Huila, ninguna víctima ha recibido reparación integral y solo se reportaron algunas indemnizaciones, estableció EL DIARIO DEL HUILA.



Marchitamiento de las esperanzas
Don José Arbelay Lozada Fierro, padre de Jose Arbelay Lozada Montenegro, desaparecido por hombres de las Farc en La Tunia, jurisdicción de La Macarena, Meta, el 20 de enero de 2003, interrumpió el silencio del limbo oscuro en el que vive desde entonces para hacer una dolorosa evocación del hecho.
-Mi hijo era un comerciante que viajaba a La Macarena, Meta, y un día, a los pocos minutos de llegar al sitio conocido como “La Tunia” fue abordado por hombres de las Farc que se lo llevaron. Y también se llevaron a los conductores de sus 3 vehículos –dos doble troques y una camioneta- y a dos hermanos de su exesposa, nos dijo con  voz temblorosa por la ira y la mirada en el suelo.
Después del secuestro masivo perpetrado por la guerrilla de las Farc en el edificio Miraflores, el caso del comerciante Lozada y sus trabajadores fue uno de los más sonados, por el número de víctimas, pero con la diferencia de que en el primer caso se trató de un secuestro.
El secuestro supone una privación transitoria de la libertad que comporta normalmente un propósito –económico, político, de presión- a diferencia de la desaparición forzada cuyo propósito es la desaparición misma.
Don José explicó que algunos días después de la retención, la guerrilla envió a un emisario para que recogiera algunas medicinas que supuestamente necesitaba su hijo. Desde entonces, no se supo más de Él, ni de sus trabajadores, identificados como Edwar Ipuz, Camilo Casas, Jesús Alberto López, y de sus excuñados, los hermanos Guillermo y Orlando Cordón.
De acuerdo con normas internacionales, la desaparición forzada es un crimen de lesa humanidad cuando, entre otras características, los hechos se cometan de manera generalizada  o como una práctica frecuente. Bajo estos criterios, los responsables de este delito no podrán recibir beneficios jurídicos excepcionales.
Perspectivas desalentadoras
Para la coordinadora departamental de víctimas y delegada a la Mesa Nacional, Derly Pastrana Yara, “en la actualidad no se ven garantías de decirnos la verdad y no está clara la ruta de la reparación ni de la participación política que hemos demandado ante los negociadores del conflicto.
Para la señora Pastrana, mientras los puntos que han presentado  no estén lo suficientemente claros y acordados por la Mesa Nacional de Víctimas, no habrá terminado el conflicto para ellas y por tanto el camino para la construcción de la paz no estará habilitado todavía.
También se refirió a otro escollo que, según la opinión de las víctimas, tiene el proceso de la paz.
-Mientras nosotras como víctimas directas de las Farc no veamos una paz con justicia social, respeto y principalmente tolerancia por las ideas ajenas, la convivencia estará en el limbo, opinó la vocera de las familias de los desaparecidos.
Oscilando entre la esperanza, la angustia, la incertidumbre y la desesperación, la vida de los familiares de las víctimas del conflicto, pero principalmente de los desaparecidos, transcurre entre dificultades económicas, persecución, calumnias, abandono oficial e indiferencia social, tan crueles que, personalmente, no me explico cómo no han llegado al vencimiento definitivo.
Sentado en un sofá, don José miró con Fe al periodista que se comprometió a presentar su caso ante la Décima Conferencia de las Farc, que será la última como grupo armado, la próxima semana. Y desde el andén, antes de abordar el carro que me esperaba, vi un remolino de polvo que salía de la casa…eran las cenizas de sus sueños!!!
Pero, del mismo modo, vi una cascada de esperanzas que cae sobre Colombia desde la montaña de artículos del acuerdo de paz suscrito en La Habana.
 El dolor transformado en fuerza
La coordinadora de la mesa departamental y delegada por el Huila a la mesa Nacional de víctimas, Derly Pastrana Yara, es una víctima por partida múltiple, que comenzó con el asesinato de su esposo, Gumbaches Pinzón Silva, en 1998, perpetrado por las Farc en San Vicente del Caguán, seguida por 4 desplazamientos forzados, un reclutamiento, despojo de tierras, amenazas y un acto terrorista.

-A mi esposo, reconocido comerciante de San Vicente, lo asesinó alias “Muñeco”, miliciano de la columna “Teófilo Forero”, denuncia con la seguridad que le da el conocimiento del crimen.
Tecnóloga en Gestión Social, creó en el 2006 una fundación para aglutinar a las mujeres víctimas de la guerra y luchar por su visibilización, “dado el abandono, el desprecio y la indiferencia con que somos miradas por el gobierno y la sociedad”.
Madre de 4 hijos, su liderazgo comenzó en el vicariato apostólico de San Vicente del Caguán como auxiliar de trabajo social, desde los 16 años y ya en el 2015 se postuló a la mesa de víctimas del Huila. Más adelante, con el apoyo de 18 organizaciones fue elegida  representante del Huila en la Mesa Nacional. Es, igualmente, la representante nacional de las víctimas del desplazamiento forzado, la mayor afectación sufrida por la población colombiana por causa del conflicto armado.
La señora Pastrana es, asimismo, miembro del comité nacional de rehabilitación de las víctimas, de la comisión nacional de participación política y de la jurisdicción especial para las víctimas.
Por sus gestiones ante el alto gobierno, hizo realidad el museo de memoria histórica del Huila que será inaugurado el próximo 30 de septiembre.
Es gestora de una empresa de muñequería navideña en la que trabajan 12 mujeres víctimas del conflicto.
-Porque ni en la tumba nuestros valores serán derrotados…la lucha es el camino para conquistar la igualdad, como un homenaje a todas las víctimas de la guerra cuyo fin se anuncia con clarines oficiales.










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