miércoles, 7 de mayo de 2025

Cataño en TransMilenio



Solo, en medio del tumulto; resignado ante el frío que sopla quemando; atento a las palpitaciones del corazón que retumban en mis oídos; con una respiración sucia, de aire contaminado por los gases de los automóviles y por una cloaca gigante paralela a la avenida, espero impaciente la llegada del alimentador del Transmilenio mientras observo las caras de preocupación y ansiedad  en ese grupo inquieto por el paso de los minutos.
Me asombro ante  la disputa feroz por el ingreso y, empujado, casi levantado por el grupo, caigo a una de las sillas del bus, que se pone en movimiento después de los sonidos intermitentes que anuncian el cierre de las puertas.Es un retrato fiel del individualismo voraz que se asume como un instrumento de supervivencia en las grandes ciudades, en una clara deshonra de la organización social de la raza humana, en una apostasía colectiva contra la solidaridad. Es un espanto que se agita a medida que el automotor se sacude en los huecos de las vías y en los arranques de los semáforos.
En medio de esta anarquía y como movidos por un pánico general, los ocupantes se lanzan veloces a la plataforma para iniciar una nueva disputa: el acceso a los vagones de los buses articulados. Algunos tienen tarjetas, otros hacen cola para comprarlas, angustiados, cobijados y temblorosos.
En el interior de la estación del portal norte siento un aire de devastación porque todo el mundo corre, nadie habla, pero la mayoría mira sus relojes y los tableros de las rutas en el horror de esa hora pico de la mañana. Es un apuro instintivo pero emblemático de la lucha por la supervivencia de un pueblo que no tiene tiempo para la reflexión.
Movidos por gestos espontáneos y con desconfianza mutua, los viajeros entran igualmente veloces a los vagones y aquellos que encuentran una silla vacía se sienten vencedores en ese fugaz momento, previo a las horas de desesperanza que siguen en su actividad cotidiana.
Me senté junto a una jovencita. Su belleza y agradable fragancia mañanera fueron un premio para este heroico triunfo presentido de obtener puesto entre 200 aspirantes que, como náufragos, se disputan las últimas opciones, los últimos palos, las últimas tablas. Que empujan y presionan ferozmente en busca de un lugar en el vagón que está a punto de arrancar.
La voz lenta y plana producida por el ingenio electrónico para manipular sonidos, anuncia las primeras paradas y el destino del gusano que avanza veloz por su carril exclusivo ante la mirada envidiosa de los cientos de conductores atascados en un embotellamiento monumental en la autopista norte. En cada estación se repite la disputa, un vómito abrupto, un desembarco y una invasión colectiva ajena a los pasajeros que, sentados o de pie, sienten en su corazón la esclavitud de la rutina y algunos de ellos, como Yo, pensamos en los caudillos que se proclaman redentores, o soñamos con algunos métodos para construir, la justicia social, la equidad, el bienestar y la felicidad en un país que se preocupa mucho más por la piernas de algunos futbolistas que por sus necesidades insatisfechas, Y hasta nos reímos y dibujamos memes sobre las payasadas y manipulaciones mediáticas de toda la clase política. ¡Colombianadas!


A diferencia del  chofer del bus convencional, quien representa al trabajador multifuncional por las diversas operaciones que ejecuta de manera simultánea con manos, pies, ojos y su procaz locuacidad, el conductor de Transmilenio solo mueve su pie derecho, entre el acelerador y el freno, pues las máquinas son automáticas. Y su mano izquierda presiona un botón para la apertura y cierre de las puertas. Por reglamento, no puede hablar con los pasajeros y entonces es apenas una silueta representativa de la amarga y creciente automatización de nuestras vidas. Muchas personas piensan que las voces  robotizadas que anuncian las estaciones y próximos destinos, son las de los conductores imperturbables y elegantes que manejan esas larvas rojas que forman una gran mancha en calles y avenidas de la nevera bogotana.
Los que sí echan mano de su capacidad multifuncional son los pasajeros que cuidan sus bolsillos, sus pertenencias, miran con recelo y miedo al vecino, mientras escuchan atentos los anuncios automáticos, se prenden con fuerza y con cuidado a la vez. Son momentos de tensión, pánico, insolidaridad; de soledad y ansiedad que viven los usuarios de este servicio público de transporte. Las mujeres sufren el doble pues, además de los robos de celulares principalamente y otros objetos, se han denunciado numerosos casos de acoso sexual y abusos reales en el interior de las vagones
Al desembarcarme en la estación "Corferias", tuve un sentimiento combinado de asombro y satisfacción por la rapidez del viaje, y de soledad cuando, a lo lejos,  apenas pude distinguir el vivo color de esa oruga gigante y anillada, que levanta multitudes sin convencerlas y las  riega en una expectoración crónica que se desvanece en las estaciones finales. ¿En qué frío rincón del mundo estamos?, le pregunté al paisa "Eusajo" al salir de la estación en medio de una llovizna suave, caminando hacia la Filbo 2025, pero no encontré retórica posible  porque el silencio, la soledad y el temor no son la vida…tres minutos después, sentí un fresco alentador cuando vi la torre del Hilton Corferias.

viernes, 18 de abril de 2025

Aquellas Semanas Santas...

 


Quienes nacimos antes de los años 60 del siglo pasado, sufrimos restricciones severas que afectaron nuestro desarrollo, derivadas de llamado "Pacto Social", del modelo, de los estereotipos impuestos por los sectores dominantes y por la Iglesia através de sus aparatos ideológicos, soportados principalmente en el miedo y el terror como instrumentos de dominación y opresión.

Aleccionados y atados fuertemente por los empresarios de la religión, y su doctrina judeocristiana, nuestros padres, fueron prisioneros voluntarios y reproductores de sus mitos y rituales muy cercanos al chamanismo de los indígenas, con sacerdotes y pastores proclamados como intermediarios entre sus feligreses y un ser espiritual infinitamente superior que domina el universo.

Desde el miércoles de ceniza, que en el calendario litúrgico marca el comienzo de la cuaresma -según la leyenda, 40 días antes de la última cena de Jesús con sus apóstoles- fuimos sometidos al bombardeo de contenidos sobre el hombre-Dios y advertimos un ligero cambio en la apariencia de las personas. Un cambio superficial, postizo, pues aunque aumentaban los rezos, las oraciones, las jaculatorias y otros gestos como santiguarse, signarse y persignarse, en su cotidianidad, en su relación con los demás, en sus comentarios, la vida seguía igual. La hipocresía que finge sentimientos distintos a los que se tienen realmente.

Su mundo impuesto al nuestro y, lo peor, aceptado, asimilado y ejercido porque no tuvimos ni el conocimiento ni la opción de la duda, la precursora de la Verdad. Mutilada nuestra imaginación, reducidos a la observación de cómo se extendía como una ola esa condición homogénea del pensamiento y la acción. Todo el mundo pensando de la misma manera.

En téminos prácticos, fuimos sometidos a la tortura del silencio, el recogimiento y la tontina durante los jueves y viernes santos, principalmente, cuando  no se podía hablar ni con sus propios hermanos, ni desarrollar actividad alguna; las emisoras de radio apagaban sus equipos, los comercios, los bares y cantinas no abrían. Recuerdo dos frases de la época, utilizadas para expresar gráficamente la situación: "Más sacudido que domingo de Ramos"...y "más pelado que puta en Semana Santa". Entre otras costumbres, las más conocidas eran las advertencias para no tener relaciones sexuales, bañarse en ríos, cortar carne o usar cuchillos y mamachetes; quien lo hiciera se podía quedar pegado con su pareja, convertirse en pez, en árbol o incluso ser víctima de desgracias. Todas funcionaban como normas morales "para fomentar el respeto y el recogimiento durante los días santos", en medio de ayuno obligatorio, primero, y algunos años después, con una pequeña porción de pescado. 

Entre los años 1964 y 1968, y como producto del deseo vehemente de mis padres católicos por tener un cura en la familia, me matricularon en el seminario San Pio X, de Armenia. Mis pobres conocimientos de Latín y Griego los recogí allí y también desarrollé mi vocación por el culto de la palabra y la elocuencia. Todos los de mi generación escucharon el famoso sermón de las siete palabras, pronunciado durante 40 años por monseñor Augusto Trujillo Arango con su voz timbrada, nítida y sonora. Eran un par de horas solemnes con el manejo magistral de los tonos, bajándolos, subiéndolos o moderándolos según el sentido de la frase. Y con un mensaje de alto contenido social. Creo que también a partir de la escucha de sus sermones, nació mi afición por la radio.

Además de traducir a Virgilio en las lecciones de latín, através de su viaje por el purgatorio y el infierno en la Divina Comedia de Dante, empecé a leer a Nietzsche, Dostoyevky, Darwin, Vargas Vila, Voltaire y Dawkins, entre otros, casi de manera frenética y entonces sentí el vértigo de las intuiciones metafísicas y de la dialéctica. Cuando empecé a revelarme a mí mismo, empecé a rebelarme contra los lirismos apasionados de las llamadas sagradas escrituras.

De a poco, y naturalmente como producto del desarrollo tecnológico, el proselitismo religioso y la servidumbre consecuente, así como la costumbre de imponerla a la familia, se han devaluado, aunque todavía se observan padres de familia y docentes que persisten en imponer los mitos y leyendas basadas en fábulas, metáforas e hipérboles adoptadas como normas de vida. La Constitución del 91 también deslindó los asuntos religiosos con la libertad personal:
  • Nadie puede ser molestado por sus convicciones o creencias.
  • Nadie puede ser obligado a actuar contra su conciencia.
  • El Estado no puede establecer una religión oficial.

Actualmente, la semana santa no es otra cosa que unos días de asueto, las actividades normales de la gente no se interrumpen, las emisoras de radio transmiten toda clase se música y los canales de TV también mantienen un programacion normal.

Es evidente la disminución de la clientela en las iglesias católicas y la ganancia de las sectas cristianas, pero la tendencia indica que los vendedores de Fe están en decadencia.

Este viernes santo hago una oración a la Naturaleza para que frene al avance de todas las formas de dominación disfrazadas bajo sectas y grupos, que cultivando la resignación, la indiferencia y el silencio, facilitan la opresión...Si toda la gente piensa y percibe la realidad de la misma manera, se le hace un favor a los sectores más retardatarios.

¡El poema y la fábula son el padre y la madre de los únicos dioses: los creados por la imaginación de los escritores.





domingo, 9 de febrero de 2025

Día del Periodista. "Los periodistas no podemos mentir aunque tengamos delante de nosotros los aplausos y, detrás, la cuchilla de un verdugo".


“Los hechos son independientes de la noticias”, aprendí cuando, desertado de la facultad de derecho de la universidad La Gran Colombia en Armenia, fui contagiado con el dulce veneno del periodismo. Y aprendí, además, que “un hecho requiere la intervención de un operador semántico para convertirse en noticia”.
Con el desarrollo de la tecnología, la segunda parte de mi aprendizaje inicial se devaluó progresivamente y entonces los operadores semánticos fueron menos indispensables para la transformación de los hechos en noticias. Desaparecieron los “cuartilleros” –embriones de cronistas y escritores- que fueron remplazados por los perifoneadores de las cabinas de radio con sus oraciones atropelladas y en los medios escritos se hizo más evidente la escasez de los añorados cuartilleros, en cuyas páginas surgieron los “razoneros” que algunas veces no pueden construir las noticias que correspondan fielmente a los hechos, enredados en galimatías semánticos, sintácticos y morfológicos que convierten sus escritos en verdaderas adivinanzas.
El vertiginoso auge de las redes sociales pulverizó, del mismo modo,  al operador semántico y con un solo “trino” en twitter o una línea en el muro de facebook, un hecho alcanza la categoría de noticia. En muchos casos, los ciudadanos corrientes conocen los hechos primero que los periodistas y pasan de su condición de receptores a emisores de la información, con una sencilla, fría y mal ejecutada operación semántica.
Este derrumbamiento de los procesos tradicionales  de la información que parecían inmodificables, provocó también el hundimiento de otras condiciones clásicas para el ejercicio periodístico en medio de la marea futurista, tales como la formación académica, la pasión por la Verdad y la Libertad, el compromiso con el dolor ajeno, la investigación, la duda y el interés por la cotidianidad y por las historias de vida que caminan por ciudades y campos del país.
Además, el deber y el compromiso del periodista con la verdad fueron lesionados por los empresarios de la información  que, al imponer condiciones laborales de hambre, obligaron  a los trabajadores de la palabra a convertirse en constructores de perfiles baratos, a maquillar los hechos, a decir mentiras a cambio de falsos reconocimientos, pautas publicitarias  y prebendas de distinto tipo para completar sus salarios. Aquellos que no pueden arrastrar la cadena de la pauta y la mentira, “no dan la talla” y son sustituidos cruelmente por asesores comerciales que originaron un híbrido muy peligroso para la Verdad y para el derecho de información. Desaparecieron, asimismo, los brillantes y vehementes editorialistas en la radio y en la prensa, aquellos periodistas que arrojaron la semilla del inconformismo y ante los cuales temblaron los politiqueros, los corruptos, los incapaces y los criminales. Fueron como águilas anunciadoras que, cumpliendo con su deber de voceras del pueblo, pusieron sus garras sobre las llagas de los destinatarios de las arengas. Fueron remplazados por ruiseñores que le cantan al poder. Es la prensa mediocre y venal que le hace coro y le dibuja muecas de satisfacción a los déspotas y traidores que engañan a la gente que dicen representar.
La verdad dejó de florecer en los labios y en las manos de muchos periodistas, quienes guardan en sus gargantas y en sus computadoras las palabras libres ante el soborno, el chantaje o las amenazas. La corrupción, la injusticia, la violencia, la indolencia y la politiquería marchan erguidas y soberbias, escoltadas por el silencio cómplice de los grandes Medios de comunicación y de algunos periodistas. El poder de los grandes Medios se refuerza con el ejercicio del periodismo de biberón que se alimenta de los presupuestos oficiales y por tanto es acrítico, complaciente y mentiroso.
El avance y la reconocida influencia de las redes sociales, que produjo los operadores semánticos espontáneos, no convencionales, abrió el camino para el ejercicio del periodismo alternativo que ya es más que una ilusión, es una esperanza para un país dominado por el despotismo, el crimen y la fuerza.
El periodismo alternativo es, pues, una opción que nos permite cortarle la carótida a la politiquería en la información y romper esa cadena que condena a los comunicadores a su dependencia del gobierno, de los poderosos, del comercio y hasta de las congregaciones religiosas.
Un periodismo alternativo que, además, por su carácter horizontal, se retroalimenta de manera constante y pone la controversia fraternal como elemento fundamental en la dinámica informativa que, del mismo modo, genera grupos de estudio y de trabajo que no solo contribuyen al registro verdadero de los hechos, sino que también impulsa procedimientos dirigidos a transformar la realidad en donde se ejercita.
La gravedad dolorosa del momento histórico que vive el país tiene su origen en el silencio ante los hechos perturbadores y en la manipulación y maquillaje de las informaciones, pues es a su sombra que el delito avanza. El “tapen, tapen”, se hace con al apoyo de periodistas sobornados, amenazados, silenciados o eliminados.
Entonces, el torrente informativo se nutre de hechos triviales que alejan a los receptores de la realidad nacional. Por eso, las piernas de James y las tetas de Sofía Vergara, entre otros, reciben un tratamiento amplio en todos los medios, mientras que las muertes de niños wayúu en la Guajira, el asesinato de líderes sociales, el incumplimiento de los Acuerdos de Paz, la reiterados hechos de corrupción y los sufrimientos de los usuarios de las EPS,  apenas son mencionadas brevemente. 


La duda, que es el estado perfecto del espíritu periodístico, dejó de ser una forma de enseñarle a pensar a la gente porque los periodistas asumen como cierto el contenido de los boletines oficiales, de los cuales son sus multiplicadores...y hasta sus incensarios.
El periodista alternativo es un generador de ideas, un inquieto creativo de circunstancias, un inventor de nuevas formas de mostrar los hechos y de explicar sus implicaciones, un analista permanente y a su vez autocrítico que corrige las fallas en un aprendizaje permanente.
En medio de los avances, los trabajadores de la palabra debemos mantener el grito de alerta aunque seamos derrotados, aunque caigamos salpicados de sangre porque el silencio y la indiferencia son crímenes contra la verdad, porque son más nocivos que la violencia y la corrupción. Porque la verdad existe, es un hecho, pero no siempre alcanza la categoría de noticia ante los sobornos, el chantaje y la violencia contra los operadores semánticos.
Porque -también lo aprendí en mi formación- los periodistas no podemos mentir aunque tengamos delante de nosotros los aplausos y detrás, la cuchilla de un verdugo.
Somos hombres de palabra, ¡HAGÁSMOSLA CUMPLIR!!!!

miércoles, 5 de febrero de 2025

Parque de la Vida, un jardín abandonado que perdió su encanto



El Parque de la Vida, un regalo de los cafeteros a la ciudad de Armenia con motivo de su centenario, en 1989, considerado como el lugar de máxima personalidad ambiental en la ciudad, es hoy el gran jardín abandonado que despierta un sentimiento combinado de tristeza y enojo entre sus pocos visitantes. Y deja al descubierto la tiranía de la burocracia, la negligencia y la politiquería, que hace imposibles las cosas posibles, como una esclavitud de la ciudadanía.
Hicimos la visita al parque en medio de la expectativa derivada de la belleza absorbente que se aprecia desde la avenida Bolívar, camino al norte de la capital quindiana. Inquietos y ansiosos, tomamos el sendero que conduce al corazón del parque y nos impresionó gratamente la perspectiva que ofrece el descenso al lago y la visión de las cascadas artificiales cuyas aguas, a lo lejos, semejan enormes cabelleras que caen apacibles sin generar admiración por su estilo repetido, desgastado y previsible, como un decreto.

El lago, turbio y con evidentes señales de revolturas dudosas, mantiene la admiración de su aislamiento, adornado por peces, patos y gansos de distintas especies, atractivo principal de niños y adultos que los alimentan con trozos de pan y galletas lanzados en distintos ángulos para estimular bruscos movimientos de las aves en su disputa por la comida.

Las altas y verdes siluetas proyectadas por los guaduales se alzaron, se mostraron majestuosamente, brillaron con el sol perpendicular del medio día y también hicieron reverencias, movidas por el  viento, como engrandecidas para llamar la atención de los visitantes, Pocas cosas tan bellas como esa estampa llena de sensualidad que domina el paisaje del parque con una mirada controladora y alegre.



Los senderos de la periferia, musicales, llenos de armonías extrañas producidas por el canto de pájaros, grillos, insectos, mariposas brillantes y por la numerosa presencia de guatines -guaras, en otras regiones- de distintos tamaños, pierden su encanto por falta de mantenimiento, como las fincas de las viudas. Una quebrada impresionantemente contaminada con aguas negras, una cloaca pestilente, desarma los espíritus y nos llena de enojo. Es una mancha, un fantasma denso y venenoso, un madrazo contra el medio ambiente. Sentimos y percibimos el esfuerzo de la gente para transitar por este sector, como si se enfrentara a una desviación del camino y entonces un sordo rencor los empuja a salir de ese paraje.

El triunfo por el contacto de la naturaleza se torna angustioso y entonces pensamos que en estas condiciones, al parque le ha pasado la edad para provocar emociones, es un sitio sin ambiciones después de una época dorada, amada y disfrutada por los cuyabros y por miles de  visitantes. Ahora es una gran superficie para homenajear a la negligencia y al desamor. La negligencia, principalmente, de la Sociedad de Mejoras Públicas que se olvidó de ese joven 36 años que hoy luce como un viejo que por cansado de tantas victorias, ya no merece  otras.


Entre la sombra de los guaduales y el gorjeo de los pájaros, nos sentimos como en medio de una pompa celestial y desde las ventanillas naturales por donde entra el sol, vimos garzas meditativas y muchos gansos que hunden sus plumas y sus picos en el lago tranquilo que empieza a recibir el tributo de las cascadas ficticias y silenciosas. Un ibis café oscuro se posó cerca al lago y con su pico curvo y largo nos trajo a la memoria la novela de Vargas Vila, en la que Teodoro, apasionadamente enamorado, es traicionado por Adela, su mujer. Como el pueblo, traicionado y burlado por los políticos que menosprecian la imporancia de este trofeo de la Naturaleza. Y en la densidad del follaje, una pareja que empieza la ceremonia tempestuosa del amor, tranquila, alejada de la vista del público, indiferente a los comentarios, en la sinfonía de las promesas, encendida por la pasión. El parque tiene todas las virtudes, comentamos .

Los pocos asistentes son rigurosamente disciplinados en el manejo de los desechos, pero los excrementos generados por la superpoblación de palomas se esparcen por todo el parque, como mancha grisácea.



Recobrada la calma y serenada la atmósfera, tomamos otro sendero que, poco a poco, pierde sus señales de transitabilidad, lleno de musgo y con tímidos signos de vegetación, nos indicó que el flujo de personas es poco, tal vez por la pérdida de atractivos. Al devolvernos, tomamos un nuevo rumbo que nos puso después de unos pocos minutos en la pista de patinaje, en donde resucitaron las sensaciones emocionantes, por su magnituid y belleza, por la espectacular vista del histórico cerro de las antenas y otros picos de la cordillera central, así como algunos edificios del norte de Armenia que con indiferencia se asoman en el paisaje.

El crepitante malabarismo de los patinadores de todas las edades nos elevó la pasión de esta visita y sus gritos triunfales refrendaron el éxito de la jornada mientras el sol avanzaba en su apoteosis de las 4 de la tarde.


Miles de personas visitaron el parque en diciembre, en las horas de la noche, atraídas por la campaña publicitaria Navidad Encantadora para disfrutar del espectáculo de luces y colores que las "Empresas Públicas" montan anualmente. Es decir, que la belleza del campo, la limpieza de su perspectiva, la novedad del paisaje, su vegetación, sus atractivos naturales y sus distintos espacios para la realización de eventos especiales y permanentes, ya son menos importantes que las luces artificiales.

El escenario principal es un tapete de excrementos de palomas, porque no existe agenda para que los artistas populares actúen diariamente, los espacios de exposición están vacíos, mientras artesanos, músicos, pintores y escultores exhiben sus trabajos en las calles.

Los estudiantes de las distintas Instituciones educativas deben ser los usuarios permanentes de sus instalaciones, pero es urgente la recuperación y aseo del parque. El tema de las palomas y su manejo debe ponerse al orden del día pues estas aves son transmisoras de graves enfermedades a través del contacto con sus heces, de forma directa o indirecta, pues los excrementos, al secarse y convertirse en polvo, pueden ser inhalado por las personas o contaminar las superficies, el agua o los alimentos, sostienen los expertos. Es urgente una labor interinstitucional para el manejo de la creciente densidad poblacional de esas aves y en general para la recuperación de esta joya medioambiental.

El parque es un joven enérgico que todavía ruge formidable,  con una rima de poema, que reclama una manito que le cambie su lúgubre encanto. Porque si persiste la negligencia y el desinterés, el texto de Alejandro Gonzáles, en el que se invita al funeral de la Naturaleza, podría ser, muy pronto, el epitafio para el parque de la Vida.

Con todo su irresponsable abandono, así descuidado, el parque conserva su esplendor magnífico y al momento de salir sentimos un aire de satisfacción al volver la mirada sobre este espacio ideal para los espíritus fatigados en busca de reposo. Disfrutamos ese paisaje, que aunque está a punto de convertirse en un antro tenebroso, es como un beso de placer, e imaginamos su belleza si fuera retocada por un gesto de solidaridad y responsabilidad del gobierno municipal.










domingo, 22 de diciembre de 2024

Mercado de Bazurto, compendio de la otra Cartagena
Aunque los colombianos solo conocen la Cartagena amurallada, mágica, turística, industrial, la anfitriona de los encuentros del llamado Jet Set nacional e internacional, la ciudad soñada como destino de vacaciones y para la celebración de matrimonios sonados y fiestas de quinceañeras hijas de papi y mami; la de las playas inolvidables, la de playa Blanca, Islas del Rosario, Bocagrande; la de la India Catalina, el monumento a los zapatos, la de las gordas de Botero, la de los museos y, en fin, la de los glamuros centros de belleza especializados en el perfeccionamiento de la belleza física,.es evidente que existe la otra Cartagena, la raizal, la de calles destapadas, casi intransitables; la de las casas humildes, la del 65% de los cartageneros que viven en extrema pobreza, entre pandillas barriales y la criminalidad organizada.
La otra ciudad, que como la mayoría de las urbes colombianas azotadas por la corrupción y la politiquería, sufre por el cierre o restricciones de sus hospitales, que se inunda cada vez que llueve, en cuyas esquinas proliferan las basuras y los grupos delincuenciales que imponen fronteras invisibles y en donde además, como factor común, su población sufre de hambre y por la insatisfacción de sus necesidades fundamentales.

Las dos Cartagenas están separadas apenas por unos pocos metros después de la plazoleta de la India Catalina y en donde, justamente, se sufre por causa de una crisis de movilidad, ruido y ocupación del espacio público que no he visto en ninguna de las ciudades que he visitado en mi vida ya crepuscular.
Y en el corazón de esa otra ciudad que se mueve en medio de la mayor anarquía de tránsito vehicular, la avenida Pedro de Heredia, su columna vertebral, nos condujo al famoso mercado de Bazurto.
El viaje en bus urbano desde la otra Cartagena nos puso al borde del miedo y la desesperación como consecuencia de las altas velocidades, las piruetas, los quites, el alto volumen del radio, los gritos del “sparring"-el ayudante, en otras regiones del país- y la invasión de los vendedores y "rebuscadores" de distinto tipo que, curiosamente, aquí entran libremente a los automotores, sin pedir autorización de sus conductores.
El mercado de Bazurto es como una isla independiente en donde el desorden y el caos son parte de sus componentes esenciales que hacen de este lugar un punto combinado entre el encanto y el miedo.
En medio de una vetusta y gigante construcción, las carpas y toldas sucesivas en las que se venden toda clase de artículos, están metidas entre un laberinto de callejones por los que, por minutos, me sentí más desamparado que un niño separado de su madre.
La lucha de los concurrentes es más feroz por el espacio que la disputa por los productos ofrecidos a gritos como “mera regalía, el que compra de noche y vende de día“. 
-Aquí algunas mañanas no hay espacio ni para los pensamientos, me dijo Luis Carlos Vasquez, un vendedor de verduras que crió a sus 9 hijos con el producto de su trabajo en un negocio donde vende de todo.
Hombres, mujeres, niños y jóvenes, algunos sin camisa, atienden las ventas en esta vitrina singular que ofrece desde una aguja, frutas, yerbas, verduras, granos, repuestos de segunda, yuca, plátanos y carnes en medio de aguas negras. Pero, la simpatía y la cordialidad a todo momento, confirman que los cartageneros son hombres y mujeres alegres y descomplicados. Con algunos de ellos, nos tomamos fotos y compartimos varios minutos mientras nos refrescamos con agua helada.

Me sorprendió una vendedora de bocachico quien dijo que sus pescados los importan de Argentina. De la misma forma como el café que tomamos en algunas regiones del país, lo traen de Vietnam.
Durante los primeros minutos del recorrido, sentí desazón y fastidio por este lugar, pero poco a poco me metí en el cuento, ante la calidez de los vendedores y la paciencia de los visitantes a quienes no les escuché ninguna manifestación de inconformidad.
De acuerdo con un relojero, quien por causa de los avances tecnológicos se vio obligado a desarrollar otras habilidades como la reparación de celulares y relojes digitales, en la esquina de ingreso a Bazurto, sobre la Pedro de Heredia, las autoridades ambientales han encontrado hasta 90 decibles de ruido.
El mercado de Bazurto se instaló en su lugar actual desde 1978, cuando los vendedores fueron trasladados allí desde el lote donde se construyó el lujoso centro de Convenciones y varias administraciones han intentado su reubicación, pero, como sucede con otros asuntos locales, como la modernización de la ciudad, la planeación de su crecimiento y la terminación del Metro Caribe, se disolvieron en los escritorios de las administraciones. Mientras tanto, los habitantes de la otra Cartagena seguirán felices con este motor de contaminación de las playas donde se divierten los moradores ricos y los visitantes de la otra “Heroica“.
Y como ocurrió pocos años después de la fundación de la ciudad, cuando las murallas no solo sirvieron para su defensa sino también para la discriminación, hoy a los pobres -que en un alto porcentaje es la población negra- se les esconde, se les aleja, se les desconoce.

                                                            

jueves, 5 de diciembre de 2024

Requiem por la muerte de los sitios non sanctos de Armenia

 Es injusto el olvido que se extiende como un laberinto sobre la tumba de los otrora rimbombantes tertuliaderos y sitios de diversión de la gente non sancta de la capital quindiana.

En un recorrido lleno de ansiedad morbosa por los sitios en donde funcionaron aquellos refugios de regocijo y descuadernación de la gente de a pie, de “mano pueblo”, esos falsos altares de belleza y cariño en donde  muchas personas se postraron para meter sus penas entre el torbellino del alcohol y la prostitución, no encontramos señales de esos triunfos efímeros, de esas rosas de pantano, de aquellas lágrimas arrancadas por la traición o por la muerte de un ser querido.

                          Foto de Diana Maria Duquev facebook Eje cafetero memoria fotográfica

Desde la antigua galería o plaza de mercado –hoy sede del CAM- y a lo largo de las carreras 18 y 19, hasta Tres Esquinas y Arenales, existió el principal cordón del licor y el pecado que amarró fatalmente a varias generaciones de cuyabros pero en donde, del mismo modo,  nacieron y crecieron numerosas manifestaciones artísticas y literarias en medio del aguardiente “tapetusa”, fabricado en el sacatín de Rincón Santo muy cerca del Parque Uribe.

Veteranos contertulios, retoños de críticos, periodistas, políticos y hombres de radio, así como empleados oficiales, obreros de la construcción, choferes y hasta estudiantes, alimentaron sus musas entre la euforia de los tragos y la ardiente pero postiza sensualidad de mujeres de todas las edades que también disfrutaron con la virtuosidad de la rima, el canto, la controversia encendida, o con la simpleza de la charla sobre la cotidianidad.

Otros, dominados por el impulso apasionado del olvido o por sus ímpetus de orgullo, le dieron la espalda a las celebraciones colectivas y se disolvieron frenéticamente en sus soledades, en un rincón de los muy famosos cafés Las Olas, Lux, El Ajedrez, El 5 y 6, La Montaña, el Polo, El Pielroja, El Águila, El Bengala y El Partenon, en el centro; El Caribe, de Sixta Tulia;  o en la cadena de cantinas situadas entre las calles 36 y la 50, en los contornos de la cárcel San Bernardo.

Obedientes de la sentencia popular según la cual “después de prendido -picado- uno va a cualquier parte”, muchos contertulios y algunos solitarios terminaron atados por el nudo taciturno pero efervescente formado por esa otra gran colonia de antros de placeres deshonestos en los contornos de la antigua estación del ferrocarril, cuyos vestigios se observan actualmente, transformados en macabras guaridas del vicio y el delito, con La Aldea como máxima expresión y en donde murieron lentamente sus ímpetus y sus presupuestos.

Foto de Samuel A. Osorio Eje cafetero memoria fotográfica

Después de la calle 30, por las mismas carreras 18 y 19, también funcionaron famosos eslabones del placer y la concupiscencia, que encadenaron a muchos paisanos en medio del rumor de la música de carrilera, boleros, rancheras y damiselas de distinta arquitectura corporal, perversas, y hasta de lindas jovencitas recién ingresadas a la profesión más antigua del mundo.

El “pastuso”,  doña Bertha y su hija Dolly, Carmenza, la coja Ligia, la Pisahuevos, la Jeep, una enana reconocida en el medio de la rumba, proclamaron su hegemonía como los lugares de “mayor pasión, a los mejores precios”. Pero Tulia Rendón Guzmán, conocida como La Ñata Tulia, mujer excepcional en ese negocio que manejó durante 60 años la más famosa casa de ‘citas’ de la región del Quindío, en el sector de Arenales. Por su casa, y por su lecho, pasaron los más famosos hombres de la política, la economía cafetera, el gobierno, el poder judicial y ciudadano de Armenia.  Es la más mencionada por numerosos hombres, ya en decadencia, consultados por el cronista y muchos de ellos se refirieron a ella con inocultable nostalgia y emoción. “El mejor colegio”, dijeron algunos al recordar sus faenas etílico-sexuales.

Carrera 18, calle 22

Fueron como una impronta desgraciada de las energías juveniles a través de esas casas artificiosas, disimuladas, encantadas de idealidad en donde se ofrecieron amores ficticios con el peligroso efecto de provocar fanatismos dolorosos entre muchos de sus visitantes. Algunos recordaron episodios puntuales, como su llegada a esos antros, cuando las “muchachas” se abrieron en dos filas para saludar al entonces triunfador feliz. En algunas oportunidades le lanzaron flores y a ninguna de las anfitrionas se le ocurrió disputárselo, pues era un macho colectivo.

Algunos de los consultados compararon sus visitas a esos sitios con el recorrido de un arroyo, manso y rumoroso, que viaja tranquilo por el valle, pero que en ocasiones tiene sobresaltos con ingredientes de violencia que los hicieron romperse en espumas abundantes. Uno de ellos se enamoró de una linda jovencita que encontró en la casa de Arenales, en el sur de la ciudad, de la cual se había vuelto cliente habitual. El encanto de su charla y el de sus carnes le cambió el destino porque “la saqué a vivir juiciosa” y a pesar de ese fondo de tinieblas, siguió amándola toda la vida y con ella tuvo 3 hijos que ya son profesionales.

Cafe Pielroja, carrera 18, calle 22. Su segundo piso fue convertido en la mayor "olla" de la ciudad hasta su demolición. Foto de Diana Maria Duquev facebook Eje cafetero memoria fotográfica.

De tales vuelos de curvas armoniosas, de esas playas que recibieron los besos de todas las olas, que por momentos tuvieron rostros de poesía, que funcionaron escoltados por los celos y por el miedo, no queda sino el recuerdo pues el desarrollo urbanístico los empujó a sitios desconocidos por los héroes gloriosos de entonces que somos los prostáticos de hoy, que rumiamos esas imágenes con emociones impotentes entre sueños y sonambulismo.

Los contertulios vigorosos, quienes persiguieron tanto a las mujeres que los conquistaron por sus perfumes sugestivos, por las sonrisas rebuscadas y por el contacto de sus manos cuando recibieron el dinero, entraron en aislamiento, se separaron de esos reinos de la mentira y aterrizaron en la vida real sin los tormentos de esos pasajes de la existencia regalada y sensual.

Foto deDiana Maria Duquev facebook Personajes de Armenia en Eje cafetero memoria fotográfica

Durante esas maratones de gimnasia etílico-sexuaal, muchos personajes populares de la ciudad se cruzaron por esos caminos: Repollito, El Mocho Jaramillo, Pinga Pérez, Buche, entre otros.

Y aunque fueran repotenciados, ya solo queda, de ese abanico del vicio, el bar El Pescador, en la calle 18, a pocos metros de  la esquina de la carrera 18, junto al cadáver de su hermano, el café El Polo, resucitado como un almacén de mercancías. El Pescador no alcanzó a ser pecador y hoy es un negocio pasivo, nostálgico y casi anónimo entre el bullicio del concurrido comercio de la cuadra.

Y es evidente, en la plazoleta del CAM y en las esqunas de sus contornos abundan las ofertas sexuales porque, a diferencia de ayer, hoy la mayoría de prostitutas no trabajan en grupo en sitios especializados que entraron en decadencia, sino en las calles, y muchas de ellas se disfrazan de damas de compañía con acceso a los más lujosos hoteles y sitios de recreación. Existen las prepago VIP, de agencias, las independientes y las modelos a la carta, surgidas de la insdustria del entretenimiento.

Esos campos de batalla fueron famosos. Pero, como en casi todos los casos, el más ingrato homenaje que recibe la fama, es el olvido, el silencio, el marchitamiento de sus laureles.

Y los viejos morimos evocando las visiones de nuestro pasado ingenuo, sobre las ruinas de la vida.

sábado, 2 de noviembre de 2024

Luis Ángel Sánchez, Eusajo, culto apasionado y trepidante de la oralidad y el mamagallismo

Una de las tareas más frecuentes durante mi ejercicio periodístico fue la fabricación de perfiles, muchos de ellos evidentemente inflados, porque hicieron parte de la vitrina en la que son expuestos, como maniquíes, por los grandes Medios de comunicación, los falsos personajes de la vida nacional, principalmente de la política. Pero, del mismo modo, algo aprendí para la construcción de perfiles de cientos de personas justas que merecen un reconocimiento por sus victorias. Son los verdaderos personajes de la vida cotidiana.

Cuando hace poco más de un mes me informaron que Luis Ángel Sánchez, el popular Eusajo, cumpliría 70 años en noviembre, me sentí "metido en la grande", como decíamos de jóvenes cuando nos planteaban un gran reto. Porque ya lo he dicho, hay momentos en la vida cuando uno lo siente todo pero no puede decir nada, cuando las emociones son tan fuertes que tardamos más tiempo para asimilar la complacencia que se nos sale de los sentidos. 

Tengo la misma sensación de impotencia verbal que cuando me propuse la elaboración del perfil de mamá Alicia, con motivo de sus 90 años. Porque, de alguna manera, Lucho también ha sido mi mamá, mi papá, mi Maestro y mi hermano del alma en mis tristezas, en mis tragedias, en los laberintos de mi vida y en mis pocas victorias. 
Se trata dibujar el perfil de un personaje que fue estrella durante la locura colectiva que asaltó el alma del pueblo caqueteño después de que otros amigos inquietos convirtieron en teoría política el pensamiento del obispo Ángel Cuniberti, a partir de sus homilías y mensajes episcopales dirigidos principalmente a los campesinos, en los que les mostró la importancia de la organización como herramienta para defender sus derechos.

Pero es que también Lucho es un apasionado del pensamiento, de la oralidad y del mamagallismo; un reconocido caracterizador de personas y momentos; un filósofo de la vida, un insolente con los vencedores y un reclamador vehemente de los derechos de los vencidos.

En momentos en que el país vive una desbandada de los ideales, el paisa Luis ha estado a punto de sucumbir ante una indigestión producida por la revoltura de sus chistes, anécdotas, opiniones y su escepticismo burlón, reprimidos  en su cabeza durante años porque, dice, "ya no tenemos tiempo para temas trascendentales, tenemos que bajarnos de aquella profundidad que nos privó de muchas cosas buenas...un fiambre pequeño nos alcanza para el corto camino que nos queda".

Reconocido por su informalidad extrema que algunas veces invade los terrenos de la imprudencia, sostiene que muchas personas, incluidos algunos amigos suyos y nuestros, son esclavos de las reglas y los convencionalismos; que viven en una especie de servidumbre y esclavitud mental; que se empeñan en imponer sus puntos de vista a quienes los rodean.

Siempre fue un rebelde indomable...pero ya, definitivamente está domado, porque las ilusiones idealistas del jovencito profesor del poblado de Remolinos del Orteguaza en los años 70´s del siglo pasado, ya son apenas una pintura de crepúsculos sensitivos bajo el yugo del tiempo. Pero su esencia, lo que siempre lo caracterizó, su innata destreza para las frases y las actitudes equívocas y maliciosas, antes que disolverse, se ha robustecido con el paso implacable del tiempo y actualmente es una de sus virtudes candorosas, como dicen las damas: tan querido don Luis, siempre tiene una anécdota, un apunte para alegrar el día.

Es increíble, pero gracias a esa facilidad para el gracejo, me gradué como normalista superior en 1977...Es la historia de un fraude académico que arrancó de un impulso espontáneo de “Eusajo” y desembocó de manera no deliberada en la validación de mi nota de Educación Física, requerida para la graduación como bachiller Normalista. Perdí  la materia por inasistencia absoluta; el profesor de Educación física nunca  vio mi rostro. De paso por la Normal de Florencia, en desarrollo de los formalismos para su grado, también de Normalista, Lucho vio mi nombre en una lista de estudiantes con deudas académicas y, entonces, empujado por su habilidad para divertirse, se presentó ante el profesor, después de cancelar los derechos de validación, en una genial usurpación de mi deber académico y deliberada suplantación de identidad.
-Dele 50 vueltas a la cancha de baloncesto, le dijo el titular de edufísica.  Dos horas después, en la sede de AICA, en el barrio 7 de Agosto, con la cara adusta me reprendió severamente por mi supuesta "irresponsabilidad como estudiante y mal ejemplo como dirigente del magisterio". Cuando mi réplica se endureció por su crítica, soltó esa risotada congénita que lo caracteriza, me enteró de su exitosa picardía y me cobró los $20 de entonces que pagó como valor por la validación. Sacando pecho, me gradué como Normalista y ascendí en el escalafón docente.

Atendiendo peticiones de sus amigos y familiares cercanos, “El sombrerón de la Mentira”, como también le decimos, puso, por fin, el aguijón y la chispa sobre el computador y comenzó la escritura de sus paisajes. Nos quiere demostrar que no solo su palabra hablada tiene poder…también, escribiendo, nos produce las emociones que despierta con su pensamiento audaz y sus metáforas atrevidas.

Caracterizado  por su mamagallismo, que es algo más serio de lo que la gente cree, sin un ejercicio en la escritura y menos en la literatura, apoyado por su memoria prodigiosa, empezó a pagar la deuda que tiene con sus amigos cercanos, quienes desde hace muchos años le hemos pedido que comparta las fantasías completas correspondientes a los fragmentos que relata durante las charlas con la gente.

La chispa repentista y creativa que posee Lucho produce frases que recogen la cotidianidad de manera simple pero explosiva que, irremediablemente arrancan sonrisas y aproximan a sus interlocutores. Y muchas veces, del mismo modo, son  tempestades devoradoras llenas de sátiras implacables que destruyen monumentos ideológicos y posiciones políticas.

En la decoración personal de Lucho, y entre los sueños desvanecidos de la lucha social por la posibilidad de construir sociedades ideales, sobrevive su capacidad para acercarse a las personas tocadas por la soledad y el abandono. El dolor ajeno lo pone pensativo y hasta solemne; personalmente, lo he visto demasiado sensible con asuntos penosos que aunque no son de su incumbencia les pone el alma con la misma actitud imperiosa e infatigable que tiene para sus asuntos personales y familiares.

Su rigurosa disciplina lo marcó como uno de los dirigentes sindicales y políticos distintos, ajeno al licor y a las farras, con una constante pedagogía sobre la mística que debían cultivar quienes defendían la utopía de convertirse en elementos fundamentales para reflexionar sobre la sociedad, la política y la naturaleza humana. La utopía de la justicia y la igualdad. 

Ha sido un animador permanente de reuniones y encuentros de amigos y académicos porque es un idólatra de la fuerza y de la sublimidad del afecto que, del mismo modo, le permitió la construcción de una familia vigorosamente unida no solo en los momentos tormentosos sino en los éxitos profesionales y comerciales.

Hoy, cuando la mayoría de sus coetáneos –que fuimos volcanes rugientes- estamos transformados en inofensivos “cuchachos” líricos que rumiamos recuerdos; cuando el paso del tiempo nos transformó en gocetas observadores de laureles y dolores, el querido Eusajo nos quiere acompañar con sus relatos, en la casa o durante los viajes. Es como otro canto que se les agrega al manual del buen vivir.

Secretos que hace 45 años fueron parte de la Seguridad Nacional y de la guerra misma del Estado contra los rebeldes armados, y de estos contra las instituciones, ya se pueden hacer públicos, del mismo modo como el fraude académico mencionado. Sueños, pilatunas, amores, arrepentimientos, imprudencias y una que otra infidencia respetuosa, desfilan iluminados por la chispa o por la tiranía, ambas exquisitas, del viejo Lucho, con destino a todo público, pero principalmente para los individuos de su generación que hemos llegado a la época de la vida cuando comienza el desaprendizaje y el olvido forzoso por cuenta del enemigo alemán. Para quienes disfrutamos de las buenas conversaciones, para quienes saben reír y, especialmente, para quienes sabemos reírnos de nosotros mismos. Porque el buen humor es una expresión de la genialidad para las personas que charlamos por pasatiempo, que le otorgamos demasiada importancia al hecho de reír con los demás y a quienes nos gusta, igualmente, volvernos objetos mismos de la risa. Como una selfie del mamagallismo.


Para quienes hemos sobrevivido a la violencia y a las injusticias, y hoy cultivamos la más alta forma de la belleza y la armonía que se llama amistad. Estoy seguro que estas ilustraciones de Eusajo serán escoltadas por la risa y la gratitud, que son las sombras de este viejo parsimonioso que todavía lleva en su interior una cordillera volcánica con las llamas y el humo de  sus propias combustiones.

Estamos seguros de que sus textos tienen el vértigo misterioso e hipnotizante, derivado de la influencia notoria recibida por Eusajo de la tragedia griega; de Homero con sus héroes de 15 codos de altos, o de Esquilo, cuyo tema predilecto es el sufrimiento humano. El contagio del genio es imposible de ocultar.


Muchos lingüístas afirman que el mamagallismo es una de las formas remotas de la seriedad. El caso de Lucho es la comprobación de esa teoría pues con su disciplina, laboriosidad, imaginación y análisis, logró forjar, con su hermano Hernando, la empresa símbolo de los huilenses, Gaseosas Cóndor, que logró sobrevivir a pesar de los ataques leoninos de los empresarios del monopolio en el mercado de las gaseosas. A punto de sucumbir, Lucho convirtió la empresa en un referente comercial y, lo más importante, la metió en el corazón de los opitas. Es decir que, muy seriamente, les mamó gallo a Postobón y a Coca-Cola.
La informalidad de Lucho también desemboca en la simplicidad y es repetitivo sobre la necesidad de fomentar el gusto por las cosas y temas aparentemente elementales, detrás de los cuales se esconden muchas historias, emociones, frustraciones, dramas e ilusiones. Aunque simple, cada cuadro de la realidad y principalmente del paisaje, tiene trascendencia. Con frecuencia, se pregunta: ¿dónde encontrarán placer aquellos que no le dan importancia a las cosas sencillas, aquellos que no tienen sensibilidad para disfrutar el olor del bosque, el color de los animales, el perfume de las flores, el golpe del viento y la voluptuosidad de la neblina?; quienes viven pegados a los bienes materiales, los que luchan por cosas que no necesitan, aquellas personas solemnes, excesivamente formales, que solo tienen tiempo para sufrir, que van por la vida a toda velocidad?. Y los exhibicionistas o "vitrineros" que vuelan con los vientos de la publicidad?
Al ver las sombras del crepúsculo que se prolongan de manera vertiginosa, muchos sentimos la fuerza de atracción misteriosa de la muerte y vemos impotentes cómo avanza la cola hacia la ventanilla de la eternidad. Pero, de ninguna manera, seremos vencidos prematuramente porque existen personas como Eusajo que le ponen palos a las ruedas de la parca, que nos animan para no perder las ilusiones, ni la memoria que nos permite disfrutar de los laureles cosechados...y también de los dolores sufridos.

Porque la sabiduría de Lucho nos repite con frecuencia que los paisajes, las personas, acontecimientos y especialmente las risas, alcanzan dimensiones formidables con la recordación, aunque muchas veces un vaho doloroso se escapa de las praderas del recuerdo y hace temblar las voces de los relatores...

Es un gran contraste con los campos ya lejanos de la juventud bajo el sol efervescente de la lucha, del heroísmo, del sacrificio por un ideal de justicia social que no pudimos materializar mediante la movilización de voluntades y de masas, y nos puso a dudar sobre el secreto de los veredictos históricos arrancados con la fuerza de las armas. 

Hoy, al recorrer la vida de Lucho, me atropelló una gran duda, sin resolución: ¿Las luchas fueron miserablemente estériles  porque, igualmente, fueron cándidamente heroicas?


Con las manos en el teclado, mirando el último párrafo de esta nota de cumpleaños para Lucho Sánchez me consolé:
-¡La soledad no es refugio seguro para nuestras almas...y menos para la parca!!!  
Imitemos a Lucho y transformemos el huracán de la vida en armonía permanente a través de la risa. 
Porque el mamagallismo es el abrevadero de los genios!!.