A
solo una hora de Neiva, este municipio es considerado como el epicentro
astronómico del sur del país y el desierto de La Tatacoa escenario de complejos
procesos de investigación paleontológica
El
desierto de La Tatacoa es una cripta prodigiosa de seres prehistóricos y un
sitio ideal para la observación de la bóveda celeste gracias a su localización
y a la escasa contaminación lumínica
La réplica de un megaterio
–mamífero que vivió en el periodo geológico del cuaternario- con su mirada
triste y en posición de asalto, bajo las sombras de una ceiba exuberante en el
parque principal, nos pone los ojos en el pasado, nos anuncia que en Villavieja
quedaron muchas huellas de la existencia perdidas en la neblina del tiempo y
nos mete, de una, entre los murmullos de la paleontología o de la simple
curiosidad.
Desde el atrio de la iglesia
Santa Bárbara, la más antigua del Huila, declarada Monumento Nacional en 1982, y con la mirada de admiración en la “Casona”,
emblemática construcción en donde
pernoctó el libertador Simón Bolívar las 3 veces que pasó por esta población,
se sienten muy cerca, casi que se ven, los caracteres indelebles que señalan
episodios de la historia reciente, en una combinación de los orígenes de la
vida con la historia emancipadora de nuestros pueblos.
A pocos metros, a la espalda
del megaterio, está el museo antropológico en donde reposan 900 muestras de
fósiles que datan del periodo del Mioceno, es decir, de aproximadamente 6 mil millones
de años, que es el comienzo de la eternidad y nos remontan a los tiempos cuando
todavía no existían ni el amor ni el odio. Y menos la injusticia. Porque el
origen de la humanidad es más incierto de lo que siempre hemos creído.
La mayoría de los fósiles
corresponden a tallos solidificados que se conocen como xilopalos, así como
astroperidos, fémures de magaterios, omoplatos, radios, tibias, cráneos, partes
de mandíbulas de animales gigantescos, caparazones de tortugas, colmillos de
cocodrilos, entre otros. La totalidad de las muestras fueron encontradas en La
Tatacoa, una cripta monumental.
Como en todos los parques de
los pueblos pequeños, en verano el piso está empolvado, lleno de hojas
mezcladas con basura, la gente observa con mirada exploratoria y en
cuestión de minutos el forastero está
rodeado por personas amistosas que lo indagan sobre su procedencia y los planes
de la visita.
Las huellas del tiempo
Desde Neiva, el recorrido se
hace por la carretera que conduce a los municipios del norte del Huila y desde
el mismo momento que se cruza por el barrio Galindo, comienza el
desvanecimiento del verde, la decadencia de la agricultura, el paisaje se torna
agreste, con muchas piedras grandes, el aire es más caliente y nos ponemos
alerta porque arden la nariz y los labios.
Adelante de Fortalecillas
tomamos la variante, una carretera pavimentada de un poco más de 20 kilómetros
sin demarcación ni señalización y en muchas curvas peraltes incorrectos. Un
corredor turístico tan importante como este amerita la intervención de los
gobiernos municipal, departamental y nacional a fin de mejorar el acceso con
una vía que corresponda con las expectativas del destino. Los últimos
kilómetros están descompuestos y muchas personas aseguraron que los accidentes
son frecuentes en esta carretera.
Poco a poco el entorno nos
confirma que Villavieja es la zona más árida de Colombia, después del Cabo de
la Vela, en la Guajira. Predominan el paisaje ocre y gris, con algunos
pincelazos verdes dibujados por los nink, los patillos, los cactus, los pelá,
los naranjuelos y los cuji, únicas especies que crecen en las condiciones
hostiles del suelo seco. Aumentan el calor, la sed, la curiosidad y el espíritu
crítico ante los misterios y enigmas que giran alrededor del origen de la
vida…y de la vida en otras latitudes.
De los ríos Fortalecillas y
Villavieja no quedan sino sus lechos y por el segundo corre un hilo delgado con
agua prestada del Magdalena, extraída por los arroceros mediante bombeo y
depositada en ese cauce para utilizarla, por gravedad, en sus cultivos.
De “Valle de las Tristezas”
a epicentro científico
Por su incapacidad para
interpretar los símbolos que muestra la singular topografía del desierto, el
codicioso “conquistador” Gonzalo Jiménez de Quesada, lo bautizó despectivamente
como “el Valle de las Tristezas”, cuando realmente es –como está comprobado- el
valle del carnaval, del júbilo, y de la
esperanza, pues no solo contiene información sobre los antepasados sino que,
además, es un punto estratégico para la observación de los cuerpos celestes.
A través de potentes
telescopios, gracias a su condición de cercanía con la línea ecuatorial y por
la escasa contaminación lumínica y auditiva, es un sitio ideal para la
observación de la esfera celeste y los cuerpos interplanetarios.
El alma desfallecida se
rejuvenece con la brisa caliente y resurge el corazón de niño que llevamos en
el alma, todo es hermoso y nada nos importa, ni las amenazas, solo vivimos ese
momento.
-Este sitio es una ventana
ideal para asomarnos a otros mundos, a zonas especialmente enigmáticas, un
viaje donde lo que aparenta ser una mezcla infernal de piedras y arena esconde
misterios no develados por la inteligencia humana, dijo el investigador y
experto en asuntos astronómicos Javier Fernando Rua Restrepo, quien conduce a
los turistas hasta Júpiter y sus dos lunas, a la vía láctea, a numerosos
asteroides…hasta a Saturno y sus anillos.
Hace apenas dos semanas, el
desierto alojó a varios miles de turistas y aficionados a la astronomía que
llegaron desde distintos lugares del país y el extranjero para la observación
de la legendaria “lluvia de estrellas de las perseidas”, los momentos cuando la
tierra pasa por la cola de los escombros dejadas por los cometas. Los escombros
chocan contra la atmósfera y se produce la lluvia de estrellas, que son
lágrimas del dolor de los cuerpos celestes.
Del mismo modo, La Tatacoa
es un gran laboratorio en donde científicos de todo el mundo recogen muestras y
adelantan investigaciones dirigidas a desentrañar los misterios del planeta,
sus orígenes y los seres prehistóricos que lo habitaron, a partir de los restos
de los seres vivos encontrados en su lecho.
“Nos va a tocar ponernos a
vender leña”
A pesar de los recursos
potenciales del municipio, el turismo no es el medio de subsistencia para sus
habitantes, ni tampoco genera recursos de importancia para la administración
local. No existe visión empresarial y
tampoco se percibe un interés creciente por convertir en fuerza de atracción
las bondades del desierto y sus condiciones de evidente interés científico y
turístico.
Los productores de arroz,
principal renglón de la economía local lanzaron un llamado a los gobiernos
nacional y departamental para que los apoye con la reparación y ampliación de
los canales de riego pues, dijeron, el sistema está fracturado y se producen
pérdidas de agua equivalentes al 40%, lo cual eleva los costos de la operación.
José Ferney Tovar Vanegas,
gerente de la asociación de usuarios del distrito de riego El Porvenir dijo que
los canales abiertos, a lo largo de 8 kilómetros, no tienen revestimiento y
además sus fracturas facilitan la filtración del agua que extraen por bombeo del
río Magdalena. También demandaron el apoyo oficial para la nivelación de los
suelos mediante el uso de nuevas tecnologías que les permitan “pisciniar” el
agua, con lo cual se hace su uso más racional.
Asimismo, reclamaron la
continuación de las obras de adecuación y rehabilitación del río Villavieja, a
la altura del casco urbano, detenidas sin explicación y expresaron temores por
los eventuales daños que se puedan presentar en el invierno pues las bases
fueron debilitadas para la ejecución de las obras proyectadas.
-Al paso que vamos, nos va a
tocar ponernos a vender leña, hasta los guácimos, declaró Oscar Pascuas
Murillo, tesorero de la asociación.
Artesanos, músicos y hasta científicos
El talento humano y la
simpatía se palpan desde el comienzo del viaje, con un conductor simpático que
lleva el vehículo hasta el parque del municipio. Es la síntesis de la calidad
de las personas que en los pueblos de Colombia, de manera anónima son eslabones
importantes del desarrollo.
El
rey del totumo
En el caso urbano, Gabriel
Rodríguez es conocido como el rey del totumo, y su museo hace parte del grupo
de entidades de ese género certificadas de todo el país. Además, en convenio
con la secretaría de salud del Huila, en su taller se capacitan 52 muchachos
con problemas de drogadicción y alcoholismo. Con la pulpa del totumo produce
vino y aromáticas; con la madera, construye muebles y camas y con la totuma o
cáscara, produce collares, bolsos y otras artesanías. Totumo total, dice, y
como todos los artistas se queja de la falta de apoyo oficial.
El
emperador de los cactus
En
el corazón del desierto, dos kilómetros adelante del observatorio astronómico,
vive el hombre que descubrió los valores agregados del asombroso cactus nopal y
de sus aportes a la salud provenientes de sus ricos componentes y de si fibra.
-El
Nopal es esencialmente un alimento sin grasa, alto en fibra, y con la energía
de carbohidratos complejos, reduce el colesterol, ayuda en la asimilación de
nutrientes para regular los niveles de glucosa en la sangre, reduce la
formación de placa en las venas y las arterias mejorando la circulación, ayuda
a prevenir la osteoporosis y su alto contenido de fibra ayuda a mejorar todo el
sistema digestivo, entre otros beneficios nos dijo Márquez.
Pero
a pesar de sus estudios y de las combinaciones que realiza para optimizar los
beneficios del nopal, Márquez no ha recibido apoyo oficial y, por el contrario,
es objeto de persecución por parte del Invima que lo acusa de la elaboración de
productos sin licencia previa.
Su
caso nos trajo a la memoria la situación que vivieron 3 muchachos que descubrieron hace
algunos años en la cera de las abejas un superconductor más rápido que el oro y
el coltán y por falta de apoyo oficial emigraron a Corea en donde se
convirtieron muy pronto en reconocidos empresarios.
Un
personaje como Márquez merece atención especial del gobierno para convertirlo
en el eje de un proceso de industrialización del cactus y sus derivados que a
la vez generaría empleo en una zona en donde la gente no ha querido ver la
riqueza que hay bajo las espinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario