A
pocos días de la firma de los acuerdos con las Farc, las víctimas del conflicto
no han conocido la Verdad, la Justicia y menos la Reparación. Solo algunas
indemnizaciones
Recuerdos
dolorosos, sueños tristes, lágrimas cristalizadas, esperanzas marchitas y enojo
evidente hacen parte del entorno de los damnificados por el conflicto
Muchos años después de las
desapariciones, asesinatos, violaciones y desplazamientos, el recuerdo de las
víctimas del conflicto sigue asombrosamente fresco entre sus familiares que
esperan en vano una respuesta y un consuelo, acosados por el dolor, en medio de
los suspiros de sus corazones y la indiferencia del Estado y de la sociedad.
El gobierno y la guerrilla
anunciaron conjuntamente para el próximo 26 de septiembre la firma de los acuerdos
pactados en La Habana, en una ceremonia especial que se desarrollará en
Cartagena, y que para las víctimas del conflicto son algo así como los relinchos
de unos caballos desbocados que pasan arrogantes por encima de sus dramas y sufrimientos.
Porque desde el momento
cuando les arrancaron del corazón a sus seres queridos la vida se llenó de tinieblas
profundas, dio un giro brusco hacia la tristeza y cayó en absoluto desamparo.
Se les acabaron las esperanzas y también confirmaron que, en el fondo, la
desesperación y la pena son solo suyas.
-En Colombia, la
insolidaridad del Estado y de la gente es casi absoluta, con bondadosas
excepciones, pues las personas no tienen la capacidad para dimensionar el
sentimiento de pena y aflicción sino cuando son tocadas por la violencia, dijo
con visible enojo, un familiar de los cientos de desaparecidos por las Farc en
el Huila.
-Y lo peor, además fuimos
perseguidos por denunciar los delitos y entonces nos convertimos en los
hermanos de la muerte, añadió.
Sin espacio para el duelo
Entre las víctimas de la
guerra que según el acuerdo suscrito entre el alto gobierno y la guerrilla está
a punto de terminar, los familiares de los desaparecidos constituyen un grupo
singular, con su dolor prolongado de manera permanente en el tiempo por cuanto
no tuvieron espacio para la elaboración y trámite del duelo derivado de la
pérdida. La terca esperanza de encontrarlos con vida los anima siempre, en un
círculo infernal que se renueva y al mismo tiempo los decepciona todos los
días.
Por acuerdos internacionales
se consagra una definición de víctima que incluye a la persona desaparecida, a
toda persona que haya sufrido un perjuicio directo como consecuencia de una
desaparición forzada, incluyendo a los familiares de la persona desaparecida.
Los desplazados, los
torturados, las víctimas de violaciones, así como los familiares de las
víctimas de masacres y asesinatos logran, con el paso del tiempo, la superación
del dolor producido por las pérdidas materiales y humanas, mientras que los
familiares de los desaparecidos sufren una angustiosa agonía mental que se
renueva permanentemente, alimentada por la esperanza de encontrar a sus seres
queridos.
Además de la constante
floración de la pena, los familiares de los desaparecidos enfrentan otros
dramas materiales como la fractura de su economía, pues por lo regular la
persona desaparecida es el motor de la atención familiar; nuevas
responsabilidades para suplir al ausente y, la más fatal, la persecución
motivada por las denuncias y por la búsqueda ansiosa de sus familiares.
Estadísticas espantosas
De conformidad con la
coordinadora de la mesa departamental de víctimas del conflicto, Derly
Pastrana, en el departamento del Huila existen 195.228 víctimas del conflicto
armado, en su mayoría invisibles para el Estado y para las Farc, apenas
identificadas y subidas al sistema pero que no han sido objeto de Justicia, ni
de Verdad, ni de reparación material. Las cifras son recientes, tienen un corte
del 1º de agosto. La relación oficial es la siguiente:
Víctimas totales,
identificadas en el Huila, 195.228
Por actos terroristas, 1.430
Amenazas, 10.812
Delitos sexuales, 176
Desapariciones, 2.622
Desplazamiento, 171.820
Homicidios, 21.466
Minas, 322
Reclutamiento, 215
Secuestro, 317
Torturas, 176
Pérdidas de bienes, 3.191
Por géneros, las
estadísticas muestran el siguiente comportamiento:
Hombres, 96.098
Mujeres, 96.789
LGBTI, 30
Otros, 2.311
Por edades, la afectación de
la violencia ha tenido los siguientes comportamientos en el Huila. Como se
podrá observar, más de 17 mil menores de 5 años fueron damnificados por el
conflicto, una cifra tan pálida y vergonzosa como para producir escalofríos en
cualquier parte del mundo.
Entre 0 y 5 años, 17.205
Entre 6 y 11, años, 24006
Entre 12 y 17, 27.069
Entre 18 y 28, 41.517
Entre 29 y 60, 63.395
Mayores de 61, 12.476
En el Huila, ninguna víctima
ha recibido reparación integral y solo se reportaron algunas indemnizaciones,
estableció EL DIARIO DEL HUILA.
Marchitamiento de las
esperanzas
Don José Arbelay Lozada Fierro, padre de Jose
Arbelay Lozada Montenegro, desaparecido por hombres de las Farc en La Tunia,
jurisdicción de La Macarena, Meta, el 20 de enero de 2003, interrumpió el
silencio del limbo oscuro en el que vive desde entonces para hacer una dolorosa
evocación del hecho.
-Mi hijo era un comerciante
que viajaba a La Macarena, Meta, y un día, a los pocos minutos de llegar al
sitio conocido como “La Tunia” fue abordado por hombres de las Farc que se lo
llevaron. Y también se llevaron a los conductores de sus 3 vehículos –dos doble
troques y una camioneta- y a dos hermanos de su exesposa, nos dijo con voz temblorosa por la ira y la mirada en el
suelo.
Después del secuestro masivo
perpetrado por la guerrilla de las Farc en el edificio Miraflores, el caso del
comerciante Lozada y sus trabajadores fue uno de los más sonados, por el número
de víctimas, pero con la diferencia de que en el primer caso se trató de un
secuestro.
El secuestro supone una
privación transitoria de la libertad que comporta normalmente un propósito –económico,
político, de presión- a diferencia de la desaparición forzada cuyo propósito es
la desaparición misma.
Don José explicó que algunos
días después de la retención, la guerrilla envió a un emisario para que
recogiera algunas medicinas que supuestamente necesitaba su hijo. Desde entonces,
no se supo más de Él, ni de sus trabajadores, identificados como Edwar Ipuz,
Camilo Casas, Jesús Alberto López, y de sus excuñados, los hermanos Guillermo y
Orlando Cordón.
De acuerdo con normas
internacionales, la desaparición forzada es un crimen de lesa humanidad cuando,
entre otras características, los hechos se cometan de manera generalizada o como una práctica frecuente. Bajo estos
criterios, los responsables de este delito no podrán recibir beneficios
jurídicos excepcionales.
Perspectivas desalentadoras
Para la coordinadora
departamental de víctimas y delegada a la Mesa Nacional, Derly Pastrana Yara,
“en la actualidad no se ven garantías de decirnos la verdad y no está clara la
ruta de la reparación ni de la participación política que hemos demandado ante
los negociadores del conflicto.
Para la señora Pastrana,
mientras los puntos que han presentado
no estén lo suficientemente claros y acordados por la Mesa Nacional de
Víctimas, no habrá terminado el conflicto para ellas y por tanto el camino para
la construcción de la paz no estará habilitado todavía.
También se refirió a otro
escollo que, según la opinión de las víctimas, tiene el proceso de la paz.
-Mientras nosotras como
víctimas directas de las Farc no veamos una paz con justicia social, respeto y
principalmente tolerancia por las ideas ajenas, la convivencia estará en el
limbo, opinó la vocera de las familias de los desaparecidos.
Oscilando entre la esperanza,
la angustia, la incertidumbre y la desesperación, la vida de los familiares de
las víctimas del conflicto, pero principalmente de los desaparecidos,
transcurre entre dificultades económicas, persecución, calumnias, abandono
oficial e indiferencia social, tan crueles que, personalmente, no me explico
cómo no han llegado al vencimiento definitivo.
Sentado en un sofá, don José
miró con Fe al periodista que se comprometió a presentar su caso ante la Décima
Conferencia de las Farc, que será la última como grupo armado, la próxima
semana. Y desde el andén, antes de abordar el carro que me esperaba, vi un
remolino de polvo que salía de la casa…eran las cenizas de sus sueños!!!
Pero, del mismo modo, vi una
cascada de esperanzas que cae sobre Colombia desde la montaña de artículos del
acuerdo de paz suscrito en La Habana.
El
dolor transformado en fuerza
La
coordinadora de la mesa departamental y delegada por el Huila a la mesa
Nacional de víctimas, Derly Pastrana Yara, es una víctima por partida múltiple,
que comenzó con el asesinato de su esposo, Gumbaches Pinzón Silva, en 1998,
perpetrado por las Farc en San Vicente del Caguán, seguida por 4
desplazamientos forzados, un reclutamiento, despojo de tierras, amenazas y un
acto terrorista.
-A
mi esposo, reconocido comerciante de San Vicente, lo asesinó alias “Muñeco”,
miliciano de la columna “Teófilo Forero”, denuncia con la seguridad que le da
el conocimiento del crimen.
Tecnóloga
en Gestión Social, creó en el 2006 una fundación para aglutinar a las mujeres
víctimas de la guerra y luchar por su visibilización, “dado el abandono, el
desprecio y la indiferencia con que somos miradas por el gobierno y la
sociedad”.
Madre
de 4 hijos, su liderazgo comenzó en el vicariato apostólico de San Vicente del
Caguán como auxiliar de trabajo social, desde los 16 años y ya en el 2015 se
postuló a la mesa de víctimas del Huila. Más adelante, con el apoyo de 18
organizaciones fue elegida representante
del Huila en la Mesa Nacional. Es, igualmente, la representante nacional de las
víctimas del desplazamiento forzado, la mayor afectación sufrida por la
población colombiana por causa del conflicto armado.
La
señora Pastrana es, asimismo, miembro del comité nacional de rehabilitación de
las víctimas, de la comisión nacional de participación política y de la
jurisdicción especial para las víctimas.
Por
sus gestiones ante el alto gobierno, hizo realidad el museo de memoria
histórica del Huila que será inaugurado el próximo 30 de septiembre.
Es
gestora de una empresa de muñequería navideña en la que trabajan 12 mujeres
víctimas del conflicto.
-Porque
ni en la tumba nuestros valores serán derrotados…la lucha es el camino para
conquistar la igualdad, como un homenaje a todas las víctimas de la guerra cuyo
fin se anuncia con clarines oficiales.
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