¿Acaso el dolor es una parte de nosotros mismos?
La reflexión transforma el dolor, pero somos masoquistas y a veces, con los recuerdos, sufrimos por haberlo superado
La muerte pone en evidencia la tormentosa impotencia de todos los esfuerzos que hacemos en la vida y entonces no sabemos cómo vengarnos de la parca.
Cada amigo que se va es un campanazo sobre la cercanía de las sombras de la noche que están a punto de atraparnos.
Cuando en septiembre de 2016 compartimos varios días con los miembros de la colonia de caqueteños en Ibagué, fuimos reiterativos en el abordaje del tema de los recuerdos como una manifestación inconsciente del miedo que le tenemos al pórtico de la vejez, ya próximo, por el cual ingresamos a los jardines de los años postreros.
Y en medio de esta paz triste y precaria que vive Colombia, revivimos los vuelos apasionados de la juventud, como una coraza protectora del terror que le tenemos a la parca.
Y sobre ese valle feliz de griterías, todos supimos que el ala misteriosa de la muerte se extendía entre nosotros, ya por las edades, por las enfermedades, por las contingencias cotidianas, por los accidentes, por el cierre del ciclo generacional.
Hermanos en la alegría, en el ensueño de los recuerdos, en el espectáculo de nuestras vidas, hoy la parca nos demostró que la vida es un columpio desde el cual no podemos saber lo que ocurrirá en los próximos minutos. Las sorpresas, los hechos imprevistos e inexplicables hacen parte de llavero que llevamos en el bolsillo o en la mano. El vértigo del dolor y del mal está ahí pero no lo vemos porque no resuena con la intensidad de las alegrías.
Nunca estaremos suficientemente preparados para el rompimiento de los lazos afectivos que nos unen con muchas personas, en especial con aquellas más cercanas porque muchas veces nos ponemos lejos de la visión de los dolores ajenos y caemos en la insolidaridad derivada de la ingratitud.
La decoración del encuentro de Ibagué fue engalanada por la sonrisa fresca de Mariluz, quien durante varios meses trabajó con intensidad al interior del comité organizador, a pesar de las limitaciones físicas ya impuestas por la enfermedad, para asegurar el éxito de ese proyecto que creció hasta lograr la presencia de más de 130 caqueteños. En el salón, su rostro encantador como el de una niña, con una extraña belleza y su personalidad funcionando como un imán que atrajo a los asistentes, se ganaron la admiración y el respeto. De hecho, los asistentes le rindieron homenaje con un largo aplauso a instancias del propio comité organizador que destacó su esfuerzo en el proceso de organización del encuentro..
Hoy concluimos que se trataba de una tempestad escondida por las nubes de la falsa serenidad que no dejaba ver a la parca emboscada en el recodo de la mitad del año.
Sin embargo, debo confesarlo, Yo adiviné que esos ojos inquietos de Mariluz habían llorado pues existen almas que no pueden escapar ni un solo momento a las miserias de la vida. Fui a uno de los baños y con una cerveza en la mano también estuve a punto de entrar en llanto. No por sus limitaciones, sino por su valor, por su fraternidad espiritual, a pesar de la penas y dolores que crecían en su interior.
Me guardé ese momento de aflicción que reviví hace una semana cuando Toño Marín me informó sobre la agudización de las condiciones de salud de la querida esposa de Bernardo. Fue un secreto inviolado hasta este momento, tras una corta visita al apartamento de la familia Marín-López, en Ibagué, en compañía de Luis Angel Sánchez, "Eusajo".
Convencidos del fatal e inapelable desenlace, nos miramos durante horas al fondo de nuestros corazones. De manera no deliberada, hablamos como con los ojos vendados, espantados por una realidad que no admitimos, en la sala de su apartamento, esperando a la muerte intrusa que no habíamos invitado.
Fue como una rara fraternidad con la parca que por momentos me hizo pensar en la fraternidad con la violencia que hemos practicado por años en este país casi inviable.
Todas la virtudes, toda la bondad, toda la resistencia del mundo entrarán con Mariluz a la eterrnidad y florecerán sobre ella como un manojo de lirios abiertos para perfumar el sendero que inevitablemente tomaremos -más temprano que tarde- quienes le hemos sobrevivido.
La mano asesina de la parca mandó un batacazo muy cercano, el hedor de su paso nos estremece y sus garras flotan todavía en los contornos. ¡Pongámonos de pie para verla pasar...y para vencer el dolor!!
¡¡Hasta luego, Mariluz!!!
Hola Chucho Cataño que importante tu publicación. Lamento profundamente la partida de este mundo terrenal de Mary Luz López mi amiga lo mismo de su esposo Bernardo Marín. Que Dios la tenga en su santo Reino. Paz en su tumba. Gracias Cataño por informar. Pues por este medio me intere de su enfermedad y deceso. Un saludo de condolencias y solidaridad para su familia.
ResponderEliminarRurt
ResponderEliminarEste comentario fue enviado a mi correo por Luis Ángel Sánchez,"Eusajo" y me pidió que lo pusiera en este sitio.
ResponderEliminarComo un asiduo lector de las crónicas de Cataño, les indico; que se ha convertido en el escritor con gracia, conocimiento, voluntad y causa sobre esos eventos que profundizan en el sentimiento las valoraciones a los costos de nuestro escaso disfrute a la comunicación de amistad y familia entre humanos; porque en la nostalgia de la historia nos saca de la s entrañas la cuenta de haber buscado durante la vida en este paraíso el peor de los infiernos, dentro del cálculo egoísta de nuestras ambiciones. Valoro además, el compartirnos tan excelentes trabajos periodísticos en la trama de su fina y pulcra escritura.
Amigos: El ocaso de nuestra existencia nos ha puesto de frente los ilusos soles de futuras realizaciones, que proclamamos mentalmente o a cuatro vientos sin entender que estamos de pronto tratando de existir sin vivir, manteniendo la alegría a años luz de nuestras vivencias. Ahí va la caravana de la muerte uniéndonos con sus virtuales eslabones en el imán de una parca que tratamos de apartar con muros formados por débiles lumbres ahorradas en el desgaste de los años. Mary Luz, ha puesto un o de los mas tiernos en esa cadena férrea de la partida de los seres humanos, su amor por la música, por la familia, los amigos y el trabajo con el disfrute la felicidad, así fuera la peor de las inclemencias le entrega hoy el recorrido eterno por esas auroras celestiales como premio a su excelente desempeño en vida. A toda su familia mis afectos y mi solidaridad en el dolor fraterno de esa esposa y madre buena..................Gracias Catañito, abrazooooooooooooos a todos