Emocionado por las manifestaciones de admiración, cariño y
apoyo, recibidas de un grupo estudiantes, docentes, algunos padres de familias
y vecinos de la vereda “Potreros”, que circunda un espejo de agua de casi 35
hectáreas, eje de una riqueza natural subdimensionada, don Arcesio Albino
reversó la anunciada suspensión de su programa de protección, reproducción y
liberación de las tortugas de río que adelanta desde hace 14 años sin ningún
apoyo oficial.
Todo pasado, malogrado o exitoso, impone el deber de una
revisión, más que una rectificación, dijo don “Tortuarcesio”, como lo
bautizaron los jóvenes apasionados que concurrieron a la que sería a última
ceremonia de liberación de tortugas que anualmente hace el señor Albino sin
importarle la indiferencia de los gobiernos local, departamental y nacional, y
de las cientos de instituciones que “trabajan” por la preservación del Medio
Ambiente.
Vimos las lágrimas sinceras de un campesino que sintió la
necesidad de frenar las actividades de explotación y aprovechamiento abusivo de los recursos en
su entorno y decidió dedicarse al cuidado de las tortugas de río o charapas que
abundaron en los afluentes amazónicos hasta hace una década. Las charapas son
un recurso de amplia presencia en la Amazonia, aprovechado históricamente por
los grupos indígenas del medio y bajo Caquetá, importante no solo como fuente
de proteína sino también dentro de su cultura, como elemento recurrente en sus
cosmovisiones, mitos y leyendas. En La Pedrera, Amazonas, por ejemplo, se
realiza cada año el llamado “Festival de la Charapa”. Don Arcesio le dio
lineamientos artísticos a la recolección de huevos, a la incubación y al
cuidado –como de jardín infantil- de las tortugas de río, que este año nacieron
en febrero.
Afirma que las actividades asociadas a su proyecto, ejercen
influencias decisivas sobre su vida y la de su familia y cuando llega el
momento de devolverlas a su hábitat natural, siente que le llegan las horas más
serenas y diáfanas de su vida y el horizonte se ensancha con perspectivas de
infinito.
Esa diversión espiritual contrasta con un sentimiento de
abandono al verificar la ausencia de las entidades, instituciones, gobiernos y
académicos que producen diagnósticos desde la comodidad de sus escritorios
mientras el país se derrumba por el abismo profundo de las ilusiones. Cada año, desde el 2007 cuando
comenzó su proyecto, don Arcesio recibe felicitaciones y aplausos que no han
hecho transición a un apoyo real y, al contrario, ha sido víctima de engaños
por parte de personas y entidades que le prometen acompañamiento. La inspección
de “Potreros” pertenece al municipio de Solano y sus alcaldes no lo han apoyado
porque políticamente el señor Albino no es de sus afectos.
Solano, un municipio con más de 40 mil kilómetros cuadrados
de extensión, es considerado como el corazón de la selva caqueteña y, entre
otras riquezas naturales, tiene la Serranía del Chiribiquete y la región del
Araracuara, dos joyas de la Naturaleza. Es increíble el desprecio y la
negligencia –derivados del desconocimiento y de la politiquería- de las
administraciones locales por la importancia de los recursos naturales. No
existe siquiera un video elaborado por el gobierno local para mostrarle al
mundo estos trofeos naturales. En esa medida, es iluso pensar en un apoyo real
al proyecto de cuidado de charapas porque, además, el señor Albino es concejal
elegido por un grupo que hace oposición al actual alcalde.
En el tortugario se cuidan 3 tipos de charapas de la especie
podocnemis: la unifilis, la expansa y la mata-mata, cuyos huevos son
recolectados entre finales de noviembre y diciembre, con 60 días de incubadoras
especiales, construidas con el único apoyo exterior, el de la Pastoral Social.
Desde su nacimiento hasta la liberación, las crías consumen altas cantidades de
bore, plátano, maíz y yuca, principalmente. El éxito de la incubación alcanza
el 95% en dos especies, pero es considerablemente bajo en el manejo de las
mata-mata, de las cuales, este año brotaron apenas 34 de 400 huevos
recolectados.
Estas charapas también son conocidas como tortugas de cuello
lateral, debido a su incapacidad para meter completamente las cabezas dentro de
sus caparazones; en su lugar, doblan el cuello hacia los lados para meterla,
siempre dejando una parte expuesta.
Paz con la Naturaleza
En momentos de auge de la carreta –no de las acciones- sobre
la Paz, es necesario recordar que el concepto de la Paz Ambiental se propone
como un enfoque del concepto de Paz que trasciende las relaciones netamente
humanas hacia las relaciones entre los seres vivos y en el que se recomienda el
uso de los problemas ambientales como puntos comunes para enfrentar la solución
de conflictos humanos cotidianos, este proyecto puede convertirse en elemento
aglutinador de las comunidades históricamente golpeadas por la violencia, por
el abandono oficial y hasta por la misma Naturaleza.
Desde hace varios años, las comunidades de la zona han
diseñado diferentes estrategias para el cuidado de los recursos del entorno,
como la protección de aves, micos y peces, lo cual ha fortalecido su unidad
alrededor de los problemas comunes pero la falta de apoyo les ha debilitado sus
iniciativas.
Los asistentes propusieron la realización de una firmatón
entre ambientalistas, estudiantes, docentes, habitantes de la región, líderes
comunales y otros sectores, a través de la cual se le pedirá al gobierno local
que adopte el proyecto dentro del Plan de Desarrollo Municipal y a los
gobiernos departamental y nacional que reconozcan esta iniciativa como una
verdadera acción de Paz y le entreguen recursos para su funcionamiento.
Recursos naturales como modelo económico
En esta perspectiva del bosque ilimitado, con esa sinfonía
de sonidos y del viento, con la quietud de la laguna, con el rumor del río
Orteguaza y el lenguaje multifonético de la selva, pensé en los artificios de
la burocracia y la politiquería, una simbiosis letal de tramitología e indiferencia,
se agiganta el dolor de un país excluyente que desperdicia estos recursos como
fuente económica del futuro cercano.
La belleza embriagadora del paisaje, la calma y el silencio
de la selva, el sol poniente ensangrentado, la colosal desembocadura del río
Orteguaza al Caquetá y la perspectiva de Solano, a lo lejos, como un pesebre,
reafirman el concepto según el cual la Naturaleza es la mejor obra de arte, es
una revelación constante, y tenemos que detenernos ante ella para admirarla, no
para destruirla. Es increíble que en medio de esta rica biodiversidad existan
personas olvidadas, en absoluta pobreza, mientras se habla de la construcción de Paz desde los territorios. Mucha carreta, mucha mentira, dicen los campesinos…
De todas maneras, “Tortuarcesio” ya es un personaje, cuya
sensibilidad hacia la Naturaleza lo pone
por encima de asuntos electoreros y por encima del común de los campesinos
colombianos, es un ejemplo mundial y se siente orgulloso, como un autor por sus
libros, aunque le toque pagar un precio muy alto por su terquedad que ya es una
utopía.
Nunca antes en mis trabajos de campo vi a una persona tan
enamorada de su ideal que, por percepción personal, creo que le viene de la
intensidad de la contemplación que lo lleva al límite del mundo real, a la
perfección, en donde desaparecen las pasiones, los odios, los desamores, la
corrupción y la violencia.
Arcesio Albino es un hombre felizmente imperturbable porque
vive lejos del rumor de las cosas, sentado ahí al pie de las charapas con su
corazón fatigado pero no amortajado, con una calma infinita que parece que no
estuviera vivo.
La vida de este campesino auténtico es un contraste entre la
armonía del paisaje, el sonido de los animales, el rumor del viento tibio de la
laguna "Potreros", la agitación de la boa que sacude con fuerza las
aguas del caño por donde ingresamos hasta su casa, y la dulzura de su cara
arrugada pero vigorosa.
Mientras pasaban los últimos vítores y aplausos de los
asistentes, le puse mi brazo izquierdo sobre sus hombros y sentí que su cuerpo
temblaba de la emoción.
-Hay momentos en que la fortaleza nos impide llorar, me dijo
al oído…pero en los momentos felices es mejor soltar las lágrimas y esconderlas
en las amarguras, añadió.
Pero también sentí enojo al mirar el paisaje de un país que
desprecia los valores de la gente, así como desprecia el valor de la Libertad y
de la Vida, un país ensangrentado que los campesinos intentan limpiar con su
trabajo pero, como siempre, no les dan oportunidad y solo les queda la capacidad
de resistir para no volverse invisibles como los campesinos, indígenas y
colonos de la inspección de "Potreros".
Saliendo por el caño que saca las aguas de la laguna, en una
pequeña canoa que se mueve lentamente, por entre parásitas que cuelgan de las
ramas de un “manglar amazónico”, don Arcesio nos mostró el sitio donde vive una
boa gigante que se enloquece por momentos y revuelca el agua del espejo de
agua.
-Es una pesadilla constante, dijo
-Bueno, ya están acostumbrados, como los colombianos lo
estamos al actual gobierno, una pesadilla de la Libertad.
Esperemos que las voces juveniles que hicieron reversar la
decisión de don Tortuarcesio se mantengan vigorosas y el Establecimiento las
acoja porque la Paz ambiental comienza con el respeto y el apoyo de las
comunidades que construyen y reconstruyen sus poderes locales.
El Medio Ambiente va más allá del agua, el bosque, los
animales. Es la convivencia la que determina la Paz con la Naturaleza.