El Polo Democrático registró de esta manera la muerte de Alonso Orozco, ocurrida hoy hace 4 años
“El Comité Ejecutivo Nacional del Polo Democrático Alternativo, su presidenta Clara López Obregón; el secretario general, Gustavo Triana Suárez, lamentan el sensible fallecimiento de nuestro compañero y dirigente del Caquetá, Alonso Orozco Gómez, acaecido este miércoles 17 de septiembre en la ciudad de Bogotá, donde fue atendido de letal enfermedad”
Padrino de los huérfanos del poder, de quienes solitarios se enfrentan día a día a la indolencia oficial, de aquellos que sufren constantemente los abusos del Estado y de los patronos; de los marginados, de las mujeres cabeza de familia, de los enfermos, de los pensionados, es decir, del pueblo, de la gente de a pie, para quienes su vida es un calvario, Alonso Orozco adquirió esta condición y la maduró al calor de las luchas populares.
Pero, del mismo modo, fue el asistente eficaz, el intermediario persistente que mostró las ruinas de la democracia, de los derechos fundamentales, del bienestar general del pueblo, de los derechos de las mujeres, de las minorías y las del medio ambiente, como circunstancias proporcionales al auge de la ineptitud, del peculado, de la corrupción, de la opresión, de la inequidad y de la politiquería.
Haciéndole cortejo a la espantosa dominación del pueblo por parte de los poderosos, sostuvo Alonso, llegan la pobreza desastrosa, la exclusión, la pérdida de las libertades y las calamidades derivadas del olvido, la imprevisión y la ambición de quienes acceden al gobierno movidos por sus ávidos intereses personales y grupales.
Alonso fue uno de los precursores -en el Caquetá- de la inclusión del pueblo, de la ciudadanía, en las actividades asociadas con la solución de sus necesidades fundamentales y de manera progresiva involucró a la gente en los actos relacionados con las decisiones que lo afectaban y a las mujeres en la lucha por la defensa de sus derechos.
Históricamente, la política se ejerció de manera excluyente, caracterizada por unos caudillos que manipularon a las masas, cuyo anhelo principal era recibir beneficios del Estado y de los actores de la política. El conocido y fatal asistencialismo, basado en el amiguismo. Aunque estas condiciones no se han modificado sustancialmente, Alonso trabajó de manera importante en ese terreno, aún en la etapa siniestra de la llamada “guerra del Caquetá”.
Orozco hizo parte del puñado de dirigentes heroicos que durante la década de los años setentas libró las más enconadas luchas sindicales y sociales, principalmente con los campesinos y por los servicios públicos, jalonadas por el magisterio desde el otrora glorioso sindicato AICA. Fue la época cuando las masas desplazaron a los jefes políticos y le dieron un drástico giro al estilo de hacer política y, actuando con convicciones apasionadas, pusieron en marcha un proceso verdaderamente revolucionario al invertir la práctica política.
Alonso es considerado por los analistas políticos como el diputado estrella, por su honestidad, compromiso y, principalmente, porque siempre actuó en correspondencia con su pensamiento político. En su discurso y en sus posiciones políticas siempre señaló al Estado corrupto y a la oligarquía como generadores de las injusticias y desigualdades que incuban el odio y la desesperanza entre la gente.
Siempre controvertido, poseedor de especial habilidad para la crítica mordaz y la réplica inmediata, lideró un movimiento permanente de los sectores populares que, como es usual en Colombia, fue derrumbado por las estructuras montadas por los sectores dominantes que administran la región. Perdió su aspiración a la alcaldía de Florencia con Susana Portela.
Convencidos como nuestros antepasados indígenas de que el tiempo respeta y purifica las tareas del espíritu, confiemos en que podamos convertir este doloroso silencio corporal de Alonso en una lámpara votiva de esas que todavía hay en las iglesias católicas, para velar eternamente su pensamiento.
Pero, más aún, para ponerlo en práctica, para sembrar el inconformismo, para mantener vigente la capacidad de denuncia y de lucha; para cultivar el debate y la controversia como instrumento que nos permita superar las diferencias, cuando algunas fuerzas oscuras le apuestan a la continuación de la confrontación sangrienta a pesar de la firma de los Acuerdos de Paz con la guerrilla más antigua del planeta..
Te recuerdo con mis ojos tristes pero con honores supremos, compañero de muchas batallas. Te devolvemos a la tierra, pero solo tu cuerpo quedará encriptado porque tus ideas nos permitirán sobrevivir al materialismo agresivo y conquistador contra el cual seguiremos en la lucha, iluminados por tu recuerdo y esperanzados en el cumplimiento, en la implementación de los Acuerdos firmados por el Estado y las FARC.
¡Hasta pronto, mi hermano!!!
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