sábado, 24 de octubre de 2015

Solano, Caquetá, 84 años. Una belleza abandonada en el corazón de la selva


Desde "la bocana", en donde el río Orteguaza se encuentra con su hermano mayor, el Caquetá, y en medio de una turbulenta contradicción devalúa sus ímpetus para entregarse, casi sensual, con todas sus espumas, peces, vegetación, mariposas multicolores, historias de vida y muerte, y también con su contaminación, se ve Solano como un pesebre encumbrado sobre el majestuoso horizonte del gigantesco afluente.
Solo, entre la inmensidad de la selva caqueteña, Solano es también otro socio del club de municipios abandonados por un Estado excluyente, mentiroso, corrupto y déspota que solo los reconoce como suyos cuando una de sus postales hermosas causa sensación en círculos internacionales, cuando los buscan en el mapa para definir alguna estrategia militar o para el diseño de planes demagógicos que nunca tienen impacto sobre sus habitantes.

El club de pueblos perdidos en la fascinante amazonia, fundados casi todos por compatriotas expulsados de sus territorios nativos por la violencia, el hambre y la falta de oportunidades. O simplemente atraídos por el misterioso encanto de la manigua.


Llegando al muelle, y mientras el conductor de la "voladora" le busca refugio entre un bosque de canoas y otros deslizadores, se siente el rumor de la gente, de los transportadores, y hasta hace pocos  años de los bañistas y de las lavanderas con sus cantos, carcajadas y gritos descomplicados. Niñas, mujeres adultas y algunas ancianas, con sus blusas traslúcidas por la humedad, lavaban, nadaban y jugaban en un espectáculo que desapareció con la apertura del servicio de acueducto.


En el río han comenzado muchas historias de amor y también han terminado muchas ilusiones.El bullicio del puerto, el viento que sopla enérgico, los pescadores que llegan con sus cosechas, los botes que pitan al zarpar y el tropel sonoro de una bandada de loros que pasa casi rasante y veloz, despiertan una sensación combinada de libertad y miedo.

La gratificante llegada a estos pueblos ribereños, cuyos habitantes vivieron históricamente de la caza y la pesca acompasadas con sus canciones y bailes, contrasta con las expectativas, que saltan como los nicuros, ante el inminente escrutinio de los misterios que la selva esconde.

Desde la "bocana" hasta el puerto; desde el muelle hasta el colegio; desde el parque principal hasta las veredas de la carretera en construcción que irá hasta La Unión Peneya, en cualquier parte, se obtiene una copia fiel de la naturaleza, seductora, llena de halagos, tenebrosa pero cautivadora.


De conformidad con los testimonios de los más antiguos residentes, los primeros aventureros llegaron a Solano en los años 30 y poco después de su fundación, el 12 de noviembre de 1936, fue eregido a inspección del municipio de Puerto Leguízamo, que años más tarde se segregó del Caquetá. Sus habitantes, ya enamorados del territorio, se quedaron en el Caquetá, en una de las primeras manifestaciones de regionalismo.

Solano es un municipio, con 43.112 kkms cuadrados, un poco menos del 50% de la extensión total del departamento y está formado principalmente por llanuras bajas y húmedas, cubierta de selvas vírgenes que vienen de la amazonia por las escarpas y serranía del Araracuara y por la serranía de Chiribiquete.

 En el mapa, Solano se ve como el extremo sur-oriental del departamento y presenta graciosos apéndices que bordean el río Caquetá, como la raíz de una muela, y en el extremo opuesto se mete coqueto en territorios vecinos para configurar los límites con Valparaíso, Milán, La Montañita, Cartagena del Chairá y San Vicente, en el Caquetá, y con los departamentos de Guaviare, Vaupes, Amazonas y Putumayo.


Solano es la capital de la belleza. De la belleza natural y humana, de su paisaje, de sus mujeres y de su río portentoso que se recoge, se represa, se  encrespa y rompe la escarpa de la serranía del Araracuara con la furiosa desesperación de sus aguas, que en medio de un espectáculo alternativamente tenebroso y placentero la parten en dos, como una potente motosierra en un tronco podrido.

Pero es, del mismo modo, el único municipio del departamento que no tiene vía terrestre para su acceso, es la región del departamento con el mayor número de necesidades insatisfechas y hace apenas un par de años fue interconectado al sistema eléctrico nacional. Entre todas sus necesidades insatisfechas, hay dos que deben ser resueltas de manera urgente, con el apoyo del alto  gobierno: la disposición final de los residuos sólidos, que se hace a campo abierto, a pocos metros del matadero local y de la Institución Educativa, y el pésimo servicio de acueducto, por calidad y por cobertura. El agua que se suministra en la actualidad no es apta para el consumo humano por causa de las limitaciones de su planta de tratamiento. El servicio se ofrece cada dos días, durante 3 horas y el líquido contiene partículas en suspensión muy visibles.


Durante los últimos años se ha registrado una dramática disminución de los caudales de los ríos Orteguaza y Caquetá, atribuida a procesos erosivos, únicas vías de acceso al municipio. Expertos en la materia calculan que en pocos años estos afluentes perderán sus condicione de navegabilidad durante el verano y entonces numerosas comunidades podrían quedar aisladas.


Al estilo de los viajes de Maqroll, el viajero, del genial Alvaro Mutis, a Solano, "los productos, los dolores, la enfermedades y hasta las pequeñas soluciones llegan en oxidados planchones empujados por un remolcador que asciende la corriente con una  lenta y terca dificultad de asmático".

 El río es la vida de este pueblo. Es su belleza, es su medio de comunicación, de sobrevivencia. En él se han tejido miles de historias dramáticas  amorosas,  mágicas y hasta de terror. La explosión de un carguero por causa de la obstrucción de su vaporizador, que lanzó a algunos de sus habitantes varios kilómetros adentro de la selva, hace 50 años, es una de las leyendas más contadas por los más antiguos residentes del pueblo.

Son muy mentados aquí, igualmente, los llamados "bakaki" uitoto, los mitos y leyendas de esta etnia, muy numerosa en las riberas del río.


Pocos metros antes del puerto principal, una isla obliga al río a dividir su caudal y solo durante los inviernos implacables es inundada por el afluente. Le dicen Cuba y guarda muchos secretos de travesuras infantiles, juegos de adolescentes y encuentros furtivos. "Muchas veces contemplé a la luna errante que subía al cielo y yo encontraba morada para mis pasiones en esa isla", me dijo hace un par de años el senador Jorge Guevara.

 El poeta León Gerumano también confesó haber visto en esa isla "la sombra  aumentada de los barcos y sentido el agua hechizada que ardía en su pecho" durante aventuras juveniles. "El viento y el amor soplaban con fuerza en ese pedazo y desde allí mirábamos los cocuyos de luz mortecina en el muelle", relató el poeta, quien vivió su juventud muy cerca de la finca de Toño Perdomo.


Hace 20 años, los recorridos por los afluentes tributarios del río Caquetá, se hacían entre paujiles, pavas, micos, tentes, loros y hasta culebras amenazantes. Los pescadores capturaban presas de tamaños colosales, de las cuales no quedan sino las fotografías de los gringos con sus trofeos. Los paujiles son una reliquia, los micos son muy escasos y los tentes que las señoras adoraban porque cuidaban a los niños como a Zoro, en la novela de Jairo Aníbal Niño, son puro recuerdo

La gente sueña con la carretera y los más optimistas creen que ahora, en el posconflicto, se acabará el laberinto de promesas, corrupción, politiquería y disculpas que ha enredado el rumbo de las soluciones para este lejano pero paradisíaco rincón de Colombia. Actualmente existe la trocha que llegando a La Unión Peneya, municipio de La Montañita, conectará a Solano con Florencia. Hace apenas dos semanas, un motociclista aseguró haber hecho un viaje desde la capital del Caquetá hasta Solano, en solo 4 horas y media, por la trocha, transitable solamente en tiempo  seco.

Como otras  poblaciones de Colombia, Solano también es reconocido por su condición de escenario importante del conflicto armado y muchos de sus moradores, especialmente de la zona rural, han sido víctimas de la violencia. Durante los últimos meses se advirtió la presencia de grupos armados pertenecientes a las llamadas "disidencias Farc"  o "Nueva Marquetalia" y de hombres  que se han autoproclamado como miembros del cartel mejicano de Sinaloa, que hace apenas dos semanas ocuparon el centro poblado de Yurilla, a solo dos horas en yate desde Solano.

Solano tiene dos tesoros naturales y culturales, las serranías de Araracuara y Chiribiquete. La primera, con atractivos naturales exóticos principalmente por la espectacularidad del río Caquetá a la entrada y salida del cañón abierto por sus aguas. La furia y la desesperación del río se perciben en toda su dimensión desde “El infierno”, pocos metros abajo de la salida de las aguas del estrecho, desde donde se esparce el rocío refrescante de la vaporización.
Por su parte, la serranía de Chiribiquete, declarado Parque Natural Nacional, con 50 especies de flora y fauna nuevas para la ciencia, y pictografías de 20 mil años de antigüedad que contradicen la historia de la presencia del hombre en América, es uno de los lugares que merecen mayor atención por parte de investigadores de todo el mundo.



Solano también tiene otro atractivo que lo distingue, es  el embrujo de su tradición oral, contada y desatada por indígenas uitoto, pescadores, motoristas de yates, canoas y botes; por campesinos, por ancianos, por niños, que dejan en silencio a los visitantes que los escuchan atentos en la maloca o en cualquier esquina del pueblo. Todos narran sus historias apoyados en atractivos lingüísticos y simbologías muy particulares. Son verdaderas películas amorosas, dramáticas, mágicas y algunas llenas de terror.
Las desgracias, la pobreza y la exclusión se abaten sobre los habitantes urbanos y rurales de este municipio. Pero la tragedia y el olvido los han engrandecido y, como la corriente de su río poderoso, la gente va es "pa´adelante con toda".
Y la grandeza de su sacrificio consiste en apartarse de las cosas muertas y de aquellos que por años les han mentido. Los ideales del pueblo viven ahora entre los jóvenes porque la lucha contra las viejas mañas de la politiquería es el el objetivo.








































5 comentarios:

  1. Chuchito,bien implementada la crónica, el escritor tiene la opción de tomarse sus libertades para decir lo que le nace del fondo del corazon, las fotografiaas sacan la cara por el texto, me gusto en toda su extension. Esa es su impresión,su sentir. Bien Venido. FELICITGACIONES.

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  2. Amigo, como me agrada que te refieras de la forma mas cariñosa al terruño que un día te ofreció hospitalidad a ti, y tu hermosa familia.
    Esta radiografía valerosa que muestras al mundo, es un pequeño bosquejo de la majestuosidad de la manigua embrujadora de la cual has experimentado, te felicito!, por sus hermosas palabras en defensa de las regiones que se tienen en cuenta, solo en los tiempos de proselitismo politiquero. con aprecio Alvaro...

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  3. Don Jesús, lindo su texto. Tengo ganas de irme a trabajar a Solano y no encontraba una referencia. Veo que hay mucho trabajo por hacer en ese hermoso pueblo, si la vida me da la oportunidad allá estaré reescribiendo en las páginas de mi vida las palabras de su crónica. Un saludo.

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  4. Donde se hubica el ejercito en solanó

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  5. Que lindo encontrar un gran amigo escribiendo y haciendo historia de mi querido Solano

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