Rendimos honores a Pablo Beltrán Polanía
Oficial de Bolívar
Coronel del Pueblo
Compañero del M-19
¡Hasta siempre, Robert!
Después de haber creído por muchos años que la justicia social y la libertad se conseguían y se amparaban con la lucha armada, y de haber actuado en sincera correspondencia con ese precepto, Pablo Beltrán Polanía, el compa “Robert” del M-19 -en donde muchas veces vio la muerte saliendo de los fusiles del enemigo- regresó a la legalidad y cambió el fusil por la Palabra, como instrumento para degollar la desigualdad que nos priva de la felicidad.
Y llegó a la Asamblea del Caquetá en donde, movido por su amor desenfrenado por la libertad, luchó constantemente hasta convertirse en un referente, en un guía político de muchas personas que sin haber sido militantes del “Eme”, se congregaron alrededor de sus principios democráticos tras la amnistía y entrega de armas por parte del movimiento guerrillero.
Abatido por el caciquismo, la
politiquería, la perfidia de muchos de sus compañeros y desencantado de un
pueblo conformista y cómplice de sus desgracias políticas, pero siempre
consagrado de manera casi obsesiva a las tareas de combate por la equidad y la
democracia, “Robert” entró prematuramente a la tumba abrazado a sus ideales,
con la nostalgia que despierta la ingratitud del olvido.
Si las palabras de los muertos
tienen doble resonancia, nos corresponde a quienes fuimos sus compañeros de
lucha, enarbolar sus banderas para que su ejemplo y su tenacidad no se vuelvan
cenizas como el cuerpo que yace en las entrañas de la tierra desde esta semana.
Toda acción política sincera
es una lucha por la defensa de los derechos de los más
vulnerables y ahí quedan tus huellas eternas del inconformismo, la persistencia
y el atrevimiento como señales en la vía, siempre mostrando la meta de la
igualdad, la solidaridad y el buen genio.
Crisantemos majestuosos
crecerán en tu tumba bajo el cielo de tristeza que ha quedado entre nosotros,
compa “Robert”. Personalmente, con la noticia de tu muerte sentí que una ráfaga
de infinito pasó muy cerca de mí, como una balada del último sueño en honor a
un grande luchador que ha caído.
Es tanta la procesión de
amigos muertos que en el crepúsculo de la vida ya caminamos por una avenida de
tumbas, buscando la nuestra. La lista de quienes se anticiparon en el viaje de
la muerte es más grande que la de los
que todavía recorremos el huerto espinoso de la vida.
Duerme en paz discípulo de
Bateman, idólatra de la libertad, compañero de la cruz que hoy recuerda el
cuerpo de hombre que luchó con pasión por la justicia y la convivencia.
Cuando ya hemos calmado casi
todas las ambiciones, más temprano que tarde te seguiremos en el viaje al
corazón de la eternidad. Mientras tanto, sobre tu tumba germinarán las semillas
de la convivencia, abonadas por la lluvia de lágrimas de tus compañeros
angustiados por tu temprana partida.
Llegará el día cuando no sea
necesario morirse para que los reconocimientos dejen de ser como un sudario,
como un lienzo que se pone sobre aquello que ya no es.
Muy sentida despedida. Un abrazo solidario para Chucho y quienes compartieron trozos de vida con Robert.
ResponderEliminar¿Un soñador desencantado? Somos muchos, desde distintas vertientes. Paz en tu tumba, Pablo, y a todos tus compañeros una voz de solidaridad para continuar adelante hacia la Eternidad, a donde ya has trascendido...
ResponderEliminarEs muy grato y doloroso leer tan bonitas palabras hacía mi padre, el era mi héroe y siempre lo sera...
ResponderEliminarBuscando el bien por él prójimo con un corazón soñador de paz y mucho amor
Gracias, Chucho, por la crónica. Saludos.
ResponderEliminar