domingo, 9 de febrero de 2025

Día del Periodista. "Los periodistas no podemos mentir aunque tengamos delante de nosotros los aplausos y, detrás, la cuchilla de un verdugo".


“Los hechos son independientes de la noticias”, aprendí cuando, desertado de la facultad de derecho de la universidad La Gran Colombia en Armenia, fui contagiado con el dulce veneno del periodismo. Y aprendí, además, que “un hecho requiere la intervención de un operador semántico para convertirse en noticia”.
Con el desarrollo de la tecnología, la segunda parte de mi aprendizaje inicial se devaluó progresivamente y entonces los operadores semánticos fueron menos indispensables para la transformación de los hechos en noticias. Desaparecieron los “cuartilleros” –embriones de cronistas y escritores- que fueron remplazados por los perifoneadores de las cabinas de radio con sus oraciones atropelladas y en los medios escritos se hizo más evidente la escasez de los añorados cuartilleros, en cuyas páginas surgieron los “razoneros” que algunas veces no pueden construir las noticias que correspondan fielmente a los hechos, enredados en galimatías semánticos, sintácticos y morfológicos que convierten sus escritos en verdaderas adivinanzas.
El vertiginoso auge de las redes sociales pulverizó, del mismo modo,  al operador semántico y con un solo “trino” en twitter o una línea en el muro de facebook, un hecho alcanza la categoría de noticia. En muchos casos, los ciudadanos corrientes conocen los hechos primero que los periodistas y pasan de su condición de receptores a emisores de la información, con una sencilla, fría y mal ejecutada operación semántica.
Este derrumbamiento de los procesos tradicionales  de la información que parecían inmodificables, provocó también el hundimiento de otras condiciones clásicas para el ejercicio periodístico en medio de la marea futurista, tales como la formación académica, la pasión por la Verdad y la Libertad, el compromiso con el dolor ajeno, la investigación, la duda y el interés por la cotidianidad y por las historias de vida que caminan por ciudades y campos del país.
Además, el deber y el compromiso del periodista con la verdad fueron lesionados por los empresarios de la información  que, al imponer condiciones laborales de hambre, obligaron  a los trabajadores de la palabra a convertirse en constructores de perfiles baratos, a maquillar los hechos, a decir mentiras a cambio de falsos reconocimientos, pautas publicitarias  y prebendas de distinto tipo para completar sus salarios. Aquellos que no pueden arrastrar la cadena de la pauta y la mentira, “no dan la talla” y son sustituidos cruelmente por asesores comerciales que originaron un híbrido muy peligroso para la Verdad y para el derecho de información. Desaparecieron, asimismo, los brillantes y vehementes editorialistas en la radio y en la prensa, aquellos periodistas que arrojaron la semilla del inconformismo y ante los cuales temblaron los politiqueros, los corruptos, los incapaces y los criminales. Fueron como águilas anunciadoras que, cumpliendo con su deber de voceras del pueblo, pusieron sus garras sobre las llagas de los destinatarios de las arengas. Fueron remplazados por ruiseñores que le cantan al poder. Es la prensa mediocre y venal que le hace coro y le dibuja muecas de satisfacción a los déspotas y traidores que engañan a la gente que dicen representar.
La verdad dejó de florecer en los labios y en las manos de muchos periodistas, quienes guardan en sus gargantas y en sus computadoras las palabras libres ante el soborno, el chantaje o las amenazas. La corrupción, la injusticia, la violencia, la indolencia y la politiquería marchan erguidas y soberbias, escoltadas por el silencio cómplice de los grandes Medios de comunicación y de algunos periodistas. El poder de los grandes Medios se refuerza con el ejercicio del periodismo de biberón que se alimenta de los presupuestos oficiales y por tanto es acrítico, complaciente y mentiroso.
El avance y la reconocida influencia de las redes sociales, que produjo los operadores semánticos espontáneos, no convencionales, abrió el camino para el ejercicio del periodismo alternativo que ya es más que una ilusión, es una esperanza para un país dominado por el despotismo, el crimen y la fuerza.
El periodismo alternativo es, pues, una opción que nos permite cortarle la carótida a la politiquería en la información y romper esa cadena que condena a los comunicadores a su dependencia del gobierno, de los poderosos, del comercio y hasta de las congregaciones religiosas.
Un periodismo alternativo que, además, por su carácter horizontal, se retroalimenta de manera constante y pone la controversia fraternal como elemento fundamental en la dinámica informativa que, del mismo modo, genera grupos de estudio y de trabajo que no solo contribuyen al registro verdadero de los hechos, sino que también impulsa procedimientos dirigidos a transformar la realidad en donde se ejercita.
La gravedad dolorosa del momento histórico que vive el país tiene su origen en el silencio ante los hechos perturbadores y en la manipulación y maquillaje de las informaciones, pues es a su sombra que el delito avanza. El “tapen, tapen”, se hace con al apoyo de periodistas sobornados, amenazados, silenciados o eliminados.
Entonces, el torrente informativo se nutre de hechos triviales que alejan a los receptores de la realidad nacional. Por eso, las piernas de James y las tetas de Sofía Vergara, entre otros, reciben un tratamiento amplio en todos los medios, mientras que las muertes de niños wayúu en la Guajira, el asesinato de líderes sociales, el incumplimiento de los Acuerdos de Paz, la reiterados hechos de corrupción y los sufrimientos de los usuarios de las EPS,  apenas son mencionadas brevemente. 


La duda, que es el estado perfecto del espíritu periodístico, dejó de ser una forma de enseñarle a pensar a la gente porque los periodistas asumen como cierto el contenido de los boletines oficiales, de los cuales son sus multiplicadores...y hasta sus incensarios.
El periodista alternativo es un generador de ideas, un inquieto creativo de circunstancias, un inventor de nuevas formas de mostrar los hechos y de explicar sus implicaciones, un analista permanente y a su vez autocrítico que corrige las fallas en un aprendizaje permanente.
En medio de los avances, los trabajadores de la palabra debemos mantener el grito de alerta aunque seamos derrotados, aunque caigamos salpicados de sangre porque el silencio y la indiferencia son crímenes contra la verdad, porque son más nocivos que la violencia y la corrupción. Porque la verdad existe, es un hecho, pero no siempre alcanza la categoría de noticia ante los sobornos, el chantaje y la violencia contra los operadores semánticos.
Porque -también lo aprendí en mi formación- los periodistas no podemos mentir aunque tengamos delante de nosotros los aplausos y detrás, la cuchilla de un verdugo.
Somos hombres de palabra, ¡HAGÁSMOSLA CUMPLIR!!!!

miércoles, 5 de febrero de 2025

Parque de la Vida, un jardín abandonado que perdió su encanto



El Parque de la Vida, un regalo de los cafeteros a la ciudad de Armenia con motivo de su centenario, en 1989, considerado como el lugar de máxima personalidad ambiental en la ciudad, es hoy el gran jardín abandonado que despierta un sentimiento combinado de tristeza y enojo entre sus pocos visitantes. Y deja al descubierto la tiranía de la burocracia, la negligencia y la politiquería, que hace imposibles las cosas posibles, como una esclavitud de la ciudadanía.
Hicimos la visita al parque en medio de la expectativa derivada de la belleza absorbente que se aprecia desde la avenida Bolívar, camino al norte de la capital quindiana. Inquietos y ansiosos, tomamos el sendero que conduce al corazón del parque y nos impresionó gratamente la perspectiva que ofrece el descenso al lago y la visión de las cascadas artificiales cuyas aguas, a lo lejos, semejan enormes cabelleras que caen apacibles sin generar admiración por su estilo repetido, desgastado y previsible, como un decreto.

El lago, turbio y con evidentes señales de revolturas dudosas, mantiene la admiración de su aislamiento, adornado por peces, patos y gansos de distintas especies, atractivo principal de niños y adultos que los alimentan con trozos de pan y galletas lanzados en distintos ángulos para estimular bruscos movimientos de las aves en su disputa por la comida.

Las altas y verdes siluetas proyectadas por los guaduales se alzaron, se mostraron majestuosamente, brillaron con el sol perpendicular del medio día y también hicieron reverencias, movidas por el  viento, como engrandecidas para llamar la atención de los visitantes, Pocas cosas tan bellas como esa estampa llena de sensualidad que domina el paisaje del parque con una mirada controladora y alegre.



Los senderos de la periferia, musicales, llenos de armonías extrañas producidas por el canto de pájaros, grillos, insectos, mariposas brillantes y por la numerosa presencia de guatines -guaras, en otras regiones- de distintos tamaños, pierden su encanto por falta de mantenimiento, como las fincas de las viudas. Una quebrada impresionantemente contaminada con aguas negras, una cloaca pestilente, desarma los espíritus y nos llena de enojo. Es una mancha, un fantasma denso y venenoso, un madrazo contra el medio ambiente. Sentimos y percibimos el esfuerzo de la gente para transitar por este sector, como si se enfrentara a una desviación del camino y entonces un sordo rencor los empuja a salir de ese paraje.

El triunfo por el contacto de la naturaleza se torna angustioso y entonces pensamos que en estas condiciones, al parque le ha pasado la edad para provocar emociones, es un sitio sin ambiciones después de una época dorada, amada y disfrutada por los cuyabros y por miles de  visitantes. Ahora es una gran superficie para homenajear a la negligencia y al desamor. La negligencia, principalmente, de la Sociedad de Mejoras Públicas que se olvidó de ese joven 36 años que hoy luce como un viejo que por cansado de tantas victorias, ya no merece  otras.


Entre la sombra de los guaduales y el gorjeo de los pájaros, nos sentimos como en medio de una pompa celestial y desde las ventanillas naturales por donde entra el sol, vimos garzas meditativas y muchos gansos que hunden sus plumas y sus picos en el lago tranquilo que empieza a recibir el tributo de las cascadas ficticias y silenciosas. Un ibis café oscuro se posó cerca al lago y con su pico curvo y largo nos trajo a la memoria la novela de Vargas Vila, en la que Teodoro, apasionadamente enamorado, es traicionado por Adela, su mujer. Como el pueblo, traicionado y burlado por los políticos que menosprecian la imporancia de este trofeo de la Naturaleza. Y en la densidad del follaje, una pareja que empieza la ceremonia tempestuosa del amor, tranquila, alejada de la vista del público, indiferente a los comentarios, en la sinfonía de las promesas, encendida por la pasión. El parque tiene todas las virtudes, comentamos .

Los pocos asistentes son rigurosamente disciplinados en el manejo de los desechos, pero los excrementos generados por la superpoblación de palomas se esparcen por todo el parque, como mancha grisácea.



Recobrada la calma y serenada la atmósfera, tomamos otro sendero que, poco a poco, pierde sus señales de transitabilidad, lleno de musgo y con tímidos signos de vegetación, nos indicó que el flujo de personas es poco, tal vez por la pérdida de atractivos. Al devolvernos, tomamos un nuevo rumbo que nos puso después de unos pocos minutos en la pista de patinaje, en donde resucitaron las sensaciones emocionantes, por su magnituid y belleza, por la espectacular vista del histórico cerro de las antenas y otros picos de la cordillera central, así como algunos edificios del norte de Armenia que con indiferencia se asoman en el paisaje.

El crepitante malabarismo de los patinadores de todas las edades nos elevó la pasión de esta visita y sus gritos triunfales refrendaron el éxito de la jornada mientras el sol avanzaba en su apoteosis de las 4 de la tarde.


Miles de personas visitaron el parque en diciembre, en las horas de la noche, atraídas por la campaña publicitaria Navidad Encantadora para disfrutar del espectáculo de luces y colores que las "Empresas Públicas" montan anualmente. Es decir, que la belleza del campo, la limpieza de su perspectiva, la novedad del paisaje, su vegetación, sus atractivos naturales y sus distintos espacios para la realización de eventos especiales y permanentes, ya son menos importantes que las luces artificiales.

El escenario principal es un tapete de excrementos de palomas, porque no existe agenda para que los artistas populares actúen diariamente, los espacios de exposición están vacíos, mientras artesanos, músicos, pintores y escultores exhiben sus trabajos en las calles.

Los estudiantes de las distintas Instituciones educativas deben ser los usuarios permanentes de sus instalaciones, pero es urgente la recuperación y aseo del parque. El tema de las palomas y su manejo debe ponerse al orden del día pues estas aves son transmisoras de graves enfermedades a través del contacto con sus heces, de forma directa o indirecta, pues los excrementos, al secarse y convertirse en polvo, pueden ser inhalado por las personas o contaminar las superficies, el agua o los alimentos, sostienen los expertos. Es urgente una labor interinstitucional para el manejo de la creciente densidad poblacional de esas aves y en general para la recuperación de esta joya medioambiental.

El parque es un joven enérgico que todavía ruge formidable,  con una rima de poema, que reclama una manito que le cambie su lúgubre encanto. Porque si persiste la negligencia y el desinterés, el texto de Alejandro Gonzáles, en el que se invita al funeral de la Naturaleza, podría ser, muy pronto, el epitafio para el parque de la Vida.

Con todo su irresponsable abandono, así descuidado, el parque conserva su esplendor magnífico y al momento de salir sentimos un aire de satisfacción al volver la mirada sobre este espacio ideal para los espíritus fatigados en busca de reposo. Disfrutamos ese paisaje, que aunque está a punto de convertirse en un antro tenebroso, es como un beso de placer, e imaginamos su belleza si fuera retocada por un gesto de solidaridad y responsabilidad del gobierno municipal.