viernes, 1 de diciembre de 2023

Pefiles. Misael Perilla Vaca, por fuera de todos los convencionalismos, capaz de conmoverse con las bellezas de la Naturaleza y con los problemas de la gente


Otro que coronó el séptimo piso, un amigo de los genuinos que llegaron a esa selva llamada Caquetá llenos de esperanza
Luis Ángel Sánchez

Desde un minifundio boyacense, muy cerca de la confluencia de los ríos Fuche y Mueche, con los dolores de la violencia y gérmenes de resistencia inscritos con sangre en su ADN por los machetes usados en las luchas de sus mayores, llegó Misael al Caquetá, jalonado por su hermano Gerardo, un visionario social, reclutador y preparador de luchadores durante el auge de la protesta social en la década de los años setenta en el Caquetá.

En su obra Casa Vieja, un  poema en prosa y en verso, que resume su vida y sus percepciones, Misael escribió:

De mi pueblo yo me vine

porque me quedó pequeño

como fue ya hace tiempo

ya soy boyacocaqueteño.

Sumido en la dura perplejidad de no saber cuál es más desalentadora, si la opresión de la llamada clase dirigente o la indiferencia de los oprimidos, bajo la guía rigurosa de su hermano y un grupo de muchachos abrazados a la utopía de la justicia de un país para todos, metido en la lectura y en la práctica social, el joven Misael se transformó en uno de los más fervientes trabajadores de la organización y capacitación social, fundamentales para construir una resistencia al despotismo y al olvido oficial de las regiones apartadas del país.

En una zona convulsionada y bajo la terrible vigencia del llamado Estatuto de Seguridad, pero con un proceso de lucha en crecimiento, sin perder sus condiciones de hombre emotivo y sensitivo con la Naturaleza, Misael también pulió su vena artística. En las reuniones, asambleas, en las protestas y en las recochas grupales, mostró sus producciones literarias que pronto le merecieron un reconocimiento colectivo. El libro citado, Casa Vieja es un estandarte de la creatividad y la imaginación. Personalmente, creo que ha sido insuficientemente analizado por los críticos literarios del departamento. Es un jardín de belleza y de insolencia, desde el corazón de la inconformidad. 


En Misael se funden el pensador, el poeta y el activista social, en una armonía perfecta, su capacidad de réplica es instantánea, son fogonazos, chispas incendiarias o reflexiones y análisis. Su talento siempre encontró en los contornos ingredientes para reforzar sus creaciones, lo que llaman ondas vibratorias que circundan a las personas. Porque hizo de un colectivo excepcional que, del mismo modo, no ha sido evaluado con rigor y del cual no existen relatos escritos a pesar de la inocultable influencia ejercida en el proceso de lucha, en la historia del Caquetá. 

Su vida cotidiana es simple pero al mismo tiempo elocuente y su gracia misteriosa, con el ritmo, que es la flecha del poeta, es un don especial imaginativo y sensitivo a la vez. Porque si una persona no es sensitiva y solidaria no pasa de ser un simple creador de ritmos verbales como es la costumbre. Construcciones gramaticales para adornar, sin producir imágenes vitales que muestren la realidad, agiten los sueños pero que también dejen la huella, el compromiso del autor con lo que define, escribe o canta.



La esencia de la palabra es cambiar la actitud de las personas que aprendieron a vivir en la opresión y en la explotación, es decir, dibujar una realidad, contarla y luchar por modificarla.
Muchos escritores se quedan en el trabajo meramente lingüístico de la descripción, engolosinan a los lectores con figuras literarias pero no dan el paso del protagonismo con sus acciones. Como los futbolistas destacados que viven del aplauso de las masas pero muy rara vez los vemos proponiendo acciones en favor de  esas masas o protestando por los abusos contra ellas..

Estas palabras escritas desde el corazón tienen el propósito de mostrar el perfil de un hombre ejemplar que se pulió, siguió el camino aprendido de la simplicidad, la unidad y la organización, como elementos fundamentales para remover ideas y llevarlas a costas ideológicas muy lejanas a partir de acciones correspondientes con el discurso. Me parece que en el caso de Misael es más elocuente su ejemplo, su responsabilidad absoluta que la ha dado a todos sus actos una significación ética, que nunca se dejó pervertir por el fanatismo, el sectarismo, el radicalismo y todos los ismos afines a la izquierda, tan nocivos en los proceso de lucha. Nos enseñó -y nos regañó- a quienes en ocasiones miramos la realidad a partir de prevenciones políticas o religiosas.

Ah, pero me olvidaba que su repentismo, además de sacar sonrisas, también hace pensar y hoy renuevo la invitación para que releamos a Casa Vieja , como dije, subvalorado por la falta de una crítica rigurosa por parte de los académicos especialiazados en esos temas.


Llegué donde don José

con mi vieja la María

su señora cómo yama

le dije yama María


Donde Luis me fui a comer

con mi amiga la Leonor

él me dijo cómo yama

yo le dije sí señor



Hace apenas unos meses le pregunté:

-Hermano, ¿por qué le gusta tanto la soledad?

-Porque en la soledad está la Libertad: ni se gobierna, ni se obedece, Catañito


Misael es un hombre genial, un curioso de todo; es también uno de los sobrevivientes más representativos y auténticos de una época de la historia del Caquetá considerada como la semilla que casi medio siglo después brotó desde el fango y los cementerios convertida en una flor de esperanza.

Como la serenidad se adquiere cuando la fuerza declina, tanto Misael como sus familiares y amigos históricos, de alguna manera, ya fatigados por mirar las luchas pasadas, vemos cómo nuestros descendientes se mueven por caminos nuevos, menos escabrosos que los nuestros, elaboran y pulen sus sueños a partir de una realidad política que ayudamos a construir. Porque, orgullosamente, tenemos que mostrar la Constitución del 91 como uno de los sueños por los que pusimos nuestras energías y nuestros muertos.

Entre las sombras de nuestros laureles marchitos por el tiempo reverdecen las luchas y se abren las semillas fecundadas por la movilización popular de los años setentas en Caquetá, en la que los pensamientos y acciones de Misasel Perilla Vaca avivaron la hoguera del inconformismo.



En el último párrafo del libro
Casa Vieja, Misael manifestó su aprecio por Chucho Cataño, y no ocultó el dolor por la indisciplina que me sacudió violentamente por la época de la publicación de sus textos. Mi mensaje de aliento y confianza en que podrá salir victorioso, escribió el compañero Misael. 

Ese día lloré como un niño, nunca se lo dije

Pero como dice Vito Corleone en El Padrino, al enemigo hay que tenerlo cerca para dominarlo, me abracé a mi dolor y lo vencí…Días después, Misael me vio victorioso y desde entonces renovamos la lucha que  compartimos en nuestra juventud. El vicio en general es una manifestación imperiosa, es un mandato del instinto y de esa manera es como debemos administrarlo. 

Los estereotipos negativos hacia la vejez y la muerte, que nos han vendido desde siempre, pueden generar fobias, como asociar la ancianidad con la enfermedad y con la muerte inminente. Setenta años no son nada y aunque vivamos cuadrando caja con los recuerdos, pienso que el mayor logro de nuestra vejez es estar vivos en un país particularmente violento, inequitativo, dominado y desgobernado por unos pocos clanes corruptos, infames y criminales.

No olvidemos que el genio no envejece y la palabra es eterna, llavecitas.



martes, 8 de agosto de 2023

Petroglifos "El Encanto": Voces de energía, de fertilidad, de vida y hasta de la muerte, destapadas por una inundación

 


Una avalancha del río Hacha que el 17 de agosto de 1962 causó la muerte de más de 100 personas en Florencia, Caquetá, también descobijó los petroglifos de El Encanto, numerosos mensajes misteriosos, todavía no interpretados, tallados sobre un alero rocoso, en predios del entonces Colegio Nacional La Salle.

El destape de los grabados rupestres produjo una conmoción particular, especialmente entre la comunidad educativa, tras el hallazgo hecho por estudiantes que habitualmente llegaban al lugar en actividades de recreo, como lo testimonian algunos exalumnos de la institución educativa, entre ellos Régulo Yanguas y Martín Velasco.

El arte rupestre es una de las más antiguas expresiones de la naturaleza del hombre, instintivamente marcada por el afán de comunicar sus percepciones, por revelar sentimientos y circunstancias que caracterizan su entorno. Es, del mismo modo, una confirmación de que todos tenemos una manera personal de sentir y una manera personal de expresar.

Imaginarnos las tareas de tallado por parte de sus autores, con hachas y cinceles primitivos, desgranando sus percepciones, poniéndolas de manera firme sobre las piedras en periodos de tiempo demasiado largos sin perder el proyecto inicial, solos con sus almas y sus fuerzas pero siendo los voceros del colectivo, es una tarea que debemos hacer y enseñar a nuestros descendientes. Porque es el comienzo del lazo universal de la escritura que nos une desde siempre y será el testimonio de nuestro paso por el planeta.

Sepultados bajo ruinas, entre escombros o en la superficie; enterrados o bajo el agua, los petroglifos son voces de profetas, son gritos cuyos ecos reverberan todavía con la misma intensidad que sonaron sus herramientas y sus gritos entre las selvas vírgenes. Son verdades reveladas que no hemos interpretado porque nos preocupamos más por asimilar las mentiras de la época contemporánea.

De acuerdo con el profesor William Saavedra, encargado de la administración de los temas relacionados con los petroglifos, en 1963 el arqueólogo Eliécer Silva certificó que efectivamente se trata de vestigios de comunidades originarias. A lo largo del tiempo, la institución educativa tuvo a cargo el lugar, pero solo desde hace algo más de 10 años se ha involucrado mayormente en las actividades del plantel y articulado con la formación académica de sus estudiantes.

Se trata, dijo el docente, de darle la talla de un proyecto educativo pedagógico significativo, que incluso, sea modelo nacional y, además, un referente en materia de cuidados del arte rupestre e imán para el turismo regional.

En ese sentido, y en coordinación con el programa “Ondas” de Minciencias, se han creado grupos de investigación y específicamente está en marcha un proyecto de rescate a través de la cultura, la danza, el baile y la poesía, en el que sus actores son niños de temprana edad, dijo la docente Yein Arias Arcila, asesora de la línea Minciencias en Caquetá.

En desarrollo de ese proyecto, el grupo participará en la próxima feria departamental de “Ondas”, prevista para el 25 de agosto, bajo la coordinación de la profesora Aracelly Pechené, quien aseguró que los padres de familia se han convertido en apoyo de los menores en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Durante la visita al lugar con el grupo de niños, el profesor Saavedra explicó que existe un mosaico de interpretaciones de los grabados, no hay catálogo para su lectura y por tanto, como en todos los casos, se presentan numerosas versiones y especulaciones. Su exposición estuvo dirigida a la descripción de las figuras antropomorfas, zoomorfas y anfibiomorfas presentes en las grabaciones y a señalar que predomina una manifestación matrilineal por la presencia reiterada de figuras femeninas, algunas en aparente estado de alumbramiento, lo que confirma que para los antepasados la fertilidad en general fue un asunto de mucha importancia.

Los responsables del programa establecieron dos días para las visitas, los martes entre las 10 y las 12 del mediodía y los viernes entre las 8 y las 10 a.m.

Se han adelantado conversaciones con las autoridades locales, departamentales y nacionales en la perspectiva de consolidar el proyecto con adecuaciones del sendero, medidas de seguridad y vigilancia porque los grabados han sido objeto de actos de vandalismo. Pero, como se sabe, este tipo de proyectos no está en la agenda gubernamental porque no generan dividendos electorales.


El hombre moderno, asfixiado por los desarrollos tecnológicos, no ha adquirido la capacidad para interpretar los códigos que contienen los mensajes tallados por individuos que en una línea del tiempo deben estar relativamente muy cercanos a los antropoides migratorios, a los caníbales antropófagos o a los ejemplares resultantes del aluvión de todas esas promiscuidades de la evolución.

La visión universal del mundo fue remplazada por la verdad individual y hoy cada hombre cree tener su propia verdad, a la que se apega ciegamente, sin permitir siquiera la posibilidad de escuchar los puntos de vista ajenos,  que por ser distintos son considerados  adversarios, propios de los enemigos a los que muchas veces hay que eliminar físicamente para asegurar la prevalencia de una “verdad”.

Desde el caníbal de Nueva Guinea, hasta “el bello animal rubio hiperbóreo”, como llama Nietzsche a los alemanes, el hombre se mueve por el interés de contar sus percepciones, sus conocimientos, sus anhelos, sus dudas, sus problemas. Es importante no dejar morir dicho interés, promoviendo la lectura y la escritura, todos tenemos una historia qué contar y una verdad que abrazar.

Muchísimos años después del génesis, siguen vigentes los pensamientos literalmente muy pulidos, muy limados, de nuestros antepasados, al contrario de los pensamientos modernos que aunque también se pulen, son mentirosos.

De regreso, escalando la loma casi perpendicular hasta la cancha de fútbol de la ahora IE La Salle, y entre bromas por las precarias condiciones del camino y el estado físico de los caminantes mayores, pensé que definitivamente me cambiaré al periodismo ecológico.

La variedad es el ENCANTO y el alma del paisaje.

-La Naturaleza es la única verdad inobjetable, pensé. Lo escribo aquí en esta pantalla, en donde los únicos cinceles que se ven son aquellos con los que los internautas semipensantes, traidores y silenciosos como la noche que descobijó los petroglifos, decapitan la Verdad.

miércoles, 12 de julio de 2023

Paula Andrea Galindo Murillo, la reina de un pueblo huérfano pero feliz

 

En medio del huracán de fiestas que a finales de junio sacude al llamado *Tolima Grande*, entre decoraciones pintorescas, folclóricas y espontáneas; en una fiesta de los colores, la música, el baile, el alcohol y los caballos, el pueblo de Solano se olvidó de sus problemas, de su pobreza, del desgobierno y hasta de los muchachos que persisten en la reimplantación de su modelo social que por décadas funcionó en las regiones olvidadas de Colombia.

Hasta las campanas de la iglesia se callaron y los servicios en los otros templos se aplazaron para dar paso a la lámpara sagrada de la danza, el jaleo, la parranda, el tumulto, la beba y el reinado. Porque Colombia es el país de los reinados. Incluidos el de la coca y el de la corrupción, que son permanentes.


El último día del golgorio, el pueblo reunido en el parque principal, como una inmensa mancha multicolor, en una apoteosis de entusiasmo, enloquecido con las canciones despechadas de la paisa Areliz Henao, eligió su reina, para holocausto del bacanal, la que será la candidata de este puerto al reinado departamental en Florencia, que a su vez escogerá la candidata del Caquetá al Festival y Reinado Nacional del Bambuco, el papá de las fiestas que cada vez tienen menos de folclóricas.

Paula Andrea Galindo Murillo, estudiante de psicología, inteligente, hermosa y simpática es como una primavera de promesas y esta mañana de miércoles me dijo que todavía estaba ensordecida por los aplausos que su talento arrancó al público la noche del domingo último, durante la velada de elección y coronación.

Mientras los ecos del bullicio suenan en los oídos de la Reina Paula Andrea, los habitantes del pueblo  se encontraron de nuevo con la realidad: vieron los altos niveles de turbiedad del agua impotable que les llega durante 3 horas, día de por medio; el restaurante escolar fuera de servicio porque no aparecen los alimentos del PAE; los padres de familia haciendo colas para entregar los alimentos. El día cívico decretado para pasar la resaca transcurrió en un apagón que duró un día y medio, y el operador dominante de la telefonía celular no tuvo señal durante el mismo tiempo porque, como a la pobre viejecita, no tiene dinero para reparar su plata generadora de energía.


Vieron, del mismo modo, a su alcalde desgastado, ya con el sol a la espalda, a quien rechiflaron y acusaron de mentiroso durante una de sus salidas a caballo. Varios politiqueros que ya prendieron motores de cara al botín de los próximos 4 años también estuvieron de cacería.

Y, desde luego, los campesinos, colonos e indígenas, que constituyen la mayor población, casi no pueden regresar a sus parcelas porque el invierno tiene descompuestas las trochas que ellos mismos construyeron pero que el Estado no ha incorporado al sistema vial Nacional y por tanto no ha sido posible su reparación, adecuación y mantenimiento. Y que el *Patrón de Patrones*, gobernador de Caquetá, reivindicó como obra suya.

Bueno, pese a los dolores del pueblo y de su gente, Paula Andrea es la Reina y como tal le corresponde ser vocera de sus paisanos no solo ante los organismos asociados con el folclor y la cultura, sino también ante los organismos seccionales y nacionales, para mostrar las necesidades de la región y denunciar los abusos que por acción y omisión se cometen, aparentemente sin que nadie lo sepa.

Paula Andrea puede convertirse en la primea Reina distinta, que se deslinde de los patrones clásicos que se les atribuyen a ellas y se meta en asuntos que realmente son de interés popular. La voz de una Reina será siempre escuchada por el gobierno y hasta por los políticos.

Porque las telas de los grandes sueños también pueden ser tejidas por las manos de una Reina, Paula Andrea.




martes, 30 de mayo de 2023

Paso a paso nos acercamos a la ventanilla muda y oscura

 




En medio de la recocha que habitualmente armamos en familia durante las comidas, con pinceladas de oralidad para armonizar las fuerzas de la vida, y en momentos en que hablábamos con cierta morbosidad despectiva sobre algunos amigos muy mayores, mi hijo Oscar Fernando soltó un dardo que se metió hasta las entrañas y sentí un leve estremecimiento de pavor a pesar de que en mi alma ya no existe lugar para la sorpresa:

-Pa, tu cumplirás 73 este martes, sentenció

Me encontré –así de sopetón- frente a un sarcófago vacío y hasta vi mis propias cenizas, pero reaccioné y me di cuenta que todavía –aunque ya casi de cuclillas- no he perdido el amor por la vida.

En Solano, a la orilla del portentoso río Caquetá a donde regresé fatigado por la vida, he tomado posesión de la soledad que deriva en tranquilidad, y a pesar de mi vida tormentosa sigo subido en el ring de la palabra, por momentos contra las cuerdas pero siempre será mi única ocupación productiva, oculto a los ojos de la gente y de unos pocos que me leen sin conocerme, porque lo que escribo es lo que me mantiene vivo y me mantendrá cuando me abrace a la parca.




Soy, quizá, el único periodista que en Caquetá fue odiado y amado a la vez. Odiado por una clase dirigente en decadencia, perversa, corrupta, infame, muchas veces aliada con los violentos, legales e ilegales. Y amado por un pueblo por el que libré constantes combates desde la radio y la prensa escrita, con el que viví los mejores momentos de la lucha por la Libertad. Pero siempre he preferido el monopolio del odio que el de la lambonería.
Cuando nos acercamos a la playa de la tranquilidad, con el sol oblicuo, que aquí en este pueblo extiende su llamarada vespertina a través de las aguas turbulentas del padre de la hidrografía regional, vemos con mayor claridad los recuerdos, aparentemente porque es lo único que ya tenemos. Al llegar al atrio de la parca, puedo proclamar, orgulloso, que durante mi ejercicio profesional no fui contaminado por el miedo, ni por el desaliento, ni seducido por la fama, ni por los sobornos. Desafortunadamente, tengo que confesarlo, cedí ante las intimidaciones, más por cuidar a mi familia que a mi propio pellejo. Soy otra víctima no indemnizada.
Cuando le mentira mundial invade al planeta y particularmente está de moda contra el gobierno del presidente Petro, recuerdo con nostalgia la lucha por la verdad y a los esclavos que periódicamente renuevan las credenciales de sus amos; en la prensa venal derivada cuantificación del valor de la información; cuando la Verdad se convirtió en una mercancía, me retiré de los grandes Medios de comunicación que, inevitablemente, expresan la voluntad de sus propietarios. Los periodistas de hoy y especialmente los de provincia, se ven obligados a reforzar sus penosos salarios con los “engrases”, la pauta oficial y la política que los transforma en poderosos incensarios.
También dibujé con cierto lirismo las cosas invisibles y las historias de vida de cientos de personas invisibilizadas por los grupos dominantes de la sociedad. Utilicé los Medios de comunicación para promover el activismo social y mostré a los verdaderos personajes de la vida cotidiana, los héroe del tejido social.
Mi vuelo por la vida, que ha sido una cascada de negaciones, entró en zona de huracanes en la cual la única certidumbre es la horrible soledad que atrapa a quienes vemos morir, despacio pero de manera inevitable, la tarde de la vida.
Del mismo modo, se cierran los horizontes de la esperanza y con tristeza observo que a estas alturas del viaje, la vida se metió por una larga avenida de cruces de mis amigos y parientes, de Jesusma, mi padre; de Concho, mi hermano y la más reciente, cuyas flores no se han marchitado: la de mamá Alicia, rodeadas de árboles desnudados por el viento y el paso de los años, en uno de cuyos recodos se embosca la parca con su arco envenenado. Es el espanto de quien ha visto morir no solo a sus seres querido sino también sus ilusiones.
Está pendiente el incendio que destruirá los males colombianos. Será una llamarada, una gran columna de fuego. Y no es solo un deseo romántico porque ya se escuchan voces juveniles amantes de la libertad. Como me lo dijo una tarde de agosto de 1982 Jaime Bateman, el insigne comandante del M-19, en selvas ecuatorianas: "Mientras exista una sola persona dispuesta a morir por una causa justa, habrá esperanzas".

Para distraer la soledad en esta hora crepuscular del viaje terrenal, revivo mis sueños rebeldes que siempre escoltaron mi juventud batalladora y como único deleite y compañía vivo en contacto con la naturaleza y escribo sobre los sitios mágicos que visito. El sol, el azul del firmamento, las montañas, el jardín del eje cafetero, la calma del atardecer, las promesas de la aurora, el mar que lo contiene todo, el corazón de la selva caqueteña, el desierto de La Tatacoa, las aves pensativas en reposo y en vuelo; la gente, la coyuntura política nacional caracterizada por la mentira, la vanidad, el miedo, el odio y el conformismo; las expectativas de paz, los ríos y en general el milagro de la belleza natural, me empujan hasta las páginas en blanco del computador para "garrapatear"  mis impresiones.


Experimentando temores, principalmente asociados a la búsqueda de una vejez menos traumática, con buena salud y en pleno uso de mis capacidades, este cumpleaños me puso en la ventana por donde se miran los cambios y el deterioro que afectan las condiciones sensoriales. En nuestro medio, la vejez no es un proceso natural, sino provocado por los sufrimientos derivados de la violencia, la inequidad, las privaciones, las discriminaciones y las injusticias. Y en mi caso, disfrutada por la dulce indisciplina. En Colombia, el envejecimiento es más cruel que la misma muerte y un alto porcentaje de los ancianos no piensa sino en morirse.
Un día boté a mi esposa, a mis hijos, a mi familia toda, a mis mejores amigos, a mis pensamientos y mi dinero, pero no pude botar el miedo para también botar la vida. Me autoflagelé, me fundí con las personas que viven en la desesperación por no tener nada, ni siquiera esperanzas Pero también un día me reencontré con las fuerzas latentes que animaron mi espíritu fatigado y, con los dramas de la desgracia humana pasando por mi mente a borbotones, regresé a mi entorno natural.
Pienso que el mayor logro de mi vejez es estar vivo en un país particularmente violento, inequitativo, dominado y desgobernado por unos pocos clanes corruptos, infames y criminales.
Uno de mis proyectos principales ha sido la transformación  del huracán de la vida en armonía permanente a través de la risa porque el mamagallismo es el abrevadero de los genios. Quienes saben reír y, especialmente quienes sabemos reírnos de nosotros mismos, tenemos un seguro contra la tristeza. Reír es muy fácil, es un adorno en la personalidad de la gente, una compañía en la soledad y un descanso en las fatigas de la cotidianidad.
Bueno, ya en la vejez no nos queda sino la opción de cortejar la muerte…espero que ella se resista, llavecitas.

 

 

viernes, 17 de febrero de 2023

Con una patada en el estómago que le dieron a su creador, comenzó la devaluación del uso de la bandera del Caquetá


 “Los símbolos patrios son la base de la identidad de una Nación”, repiten constantemente los fanáticos del patrioterismo, “esos que alardean de manera excesiva e inoportuna de su falso patriotismo y amor a la Nación”, escribió Rafael Uribe Uribe, de los Uribe buenos.

Con patriotismo, hay que admitir, efectivamente, que la bandera, al lado del himno y el escudo, son elementos representativos que de cierta manera sustentan la identidad y unidad de un territorio o comunidad.

Sin profundizar en la vexilología de las banderas ni en los signos de su semiótica, las banderas existen desde cuando surgió la necesidad del entendimiento y de la comunicación no verbal entre los humanos.

El Decreto 1967 de 1991 reglamentó el uso de los símbolos patrios: la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional, pero de manera progresiva se han prostituido y banalizado esos emblemas, hemos perdido elementos distintivos de nuestra identidad nacional, como algunas costumbres, valores, elementos culturales y tradiciones, lo que se conoce como el sentimiento de pertenencia por lo colectivo. El individualismo y el desprestigio de la clase política nacional, que vende la patria y modifica la verdad histórica, motivan el desinterés hacia los elementos representativos de la unidad nacional. La indiferencia, la resignación, el conformismo y, peor, el silencio ante la realidad nacional son una caracteerística de las masas colombianas que saben de quién huir pero no a dónde llegar. Conocen a sus enemigos pero, por causa de los sucesivos engaños, les cuesta demasiado confiar en eventuales nuevos amigos.

En los actos oficiales, se les brindan “homenajes”,  a los símbolos patrios, pero son meramente protocolarios, sin sentimiento.A los jóvenes, por su parte, les importan poco, mejor, desprecian esos actos oficiales porque saben que son manifestaciones hipócritas. 

-"Mientras piden respeto por un himno, una banderaa, un escudo o un minuto de silencio, matan a quien opine distinto al Estableccimiento", me dijo un muchacho cuando le hablé del tema.

 Los inspiradores y creadores de los himnos, escudos y banderas, son artistas, esas personas singulares que son capaces de pintar la muerte sin sentirla, que le dan inmortalidad a lo que tocan o escriben, así sea en los himnos, las banderas y los escudos de los pueblos de la “otra Colombia”.

En 1980, durante la campaña de departamentalización del Caquetá, se hizo una convocatoria a los productores intelectuales con el fin de encontrar el diseño, simbología y colores de la bandera del territorio que, a la postre se convirtió en nuevo departamento. El reconocido artista de la época, Mario Vela Herrera, ganó el concurso y recibió las palmaditas en el hombro y el beneplácito de la dirigencia política y cultural de la época.En la fotos, Luis Angel Nieto y Amparo Ossa, en momentos de entregar el reconocimiento al creador de la bandera del Caquetá, en 1980.

Muy pronto pasó el entusiasmo, “como el del caballo capón”, decía mi papá Jesusma para expresar de manera gráfica las alegrías pasajeras. Cuarenta y tres años después del acto de reconocimiento, acurrucado en su soledad, Mario Vela Herrera, creador de la bandera del Caquetá, devora la ingratitud de la dirigencia política y cultural de su departamento, siente que su arte fue lapidado y que, definitivamente, las leyendas también envejecen.

Con actitud tranquila, pero nostálgico, frente a las actitudes altaneras de sus coterráneos, Vela cree que la gente lo mira con los ojos horribes del desprecio. Entonces, le habla por celular a su hermano Rodolfo, reconocido gestor cultural del Caquetá:

-“Con el paso de los años su nombre ha quedado en el olvido, desconociendo su importante legado; algo que la historia no puede pasar por alto y que, para él, a sus 70 años, significa demasiado”, relata Rodolfo en un tono combinado de enojo e impotencia. “Lo que él quiere es que se le reconozca lo que hizo, porque se lo ganó”, agrega.

Mario es uno de los diez hijos de Hernando Vela Cabrera y María Emma Herrera Herrera, colonos huilenses que aportaron a la fundación de Morelia, y después se trasladaron a Florencia en la búsqueda de mejores oportunidades, como en efecto las encontraron, empezando por el acceso a la educación en el Colegio Nacional La Salle.

Desde pequeño, Mario mostró sus habilidades para el dibujo y la pintura; eso le abrió un panorama halagador, que le facilitó incorporarse a la vida laboral con algunos privilegios. Ganador del concurso, la bandera que hoy enarbola el departamento, con sus 16 estrellas y las siete franjas horizontales, es de su autoría, como se lo reconocieron en su momento (1980) el entonces Intendente Nacional del Caquetá, Félix Tovar Zambrano, el Consejo Intendencial y el Comité Prodepartamentalización del Caquetá, con su presidente, el abogado Floresmiro Robles Rojas. entre otros.


Vive en Barranquilla, mermado por los años y las secuelas de un accidente que le afectó su movilidad desde joven, reclama un reconocimiento porque, de manera increíbe, en ninguna instancia oficial, ni siquiera en Wikipedia, aparece su nombre como creador de la bandera. Ninguna entidad del resorte departamental pudo explicar las razones de esa cachetada contra el artista. Muchos funcionarios ignoran el origen de la bandera y algunos especularon sobre su creador.


El hondo desprecio que los artistas le inspiran a la clase política después de haberlos usado, es una conducta predominante que muchos de quienes trabajamos con la palabra debemos combatir, a punta de no caer en sus expediciones de egoísmo e hipocresía, porque muchas veces necesitamos más virtudes para describir el dolor de los demás, que para contar los nuestros. Las tragedias ajenas no les duelen a los políticos, pero sí las usan para ganar votos.

Aunque en el departamento del Caquetá, seis meses después de la posesión del presidente Petro no se ha sentido el cambio en el alto gobierno, se percibe la esperanza de alcanzar la dignidadad, para que todos seamos tratados en condición de igualdad, que podamos gozar de los derechos fundamentales que de ella se derivan.

Un artista, desarrapado o en un santuario, siempre tendrá el valor de la imaginación y la belleza de su elocuencia…

…son el fiambre de su expedición terrenal…

Algunos pueden escribir notas demoledoras, azotes para quienes los desconocen, pero prefieren castigarlos con su desprecio.

 

 

           

jueves, 9 de febrero de 2023

Saludo a los periodistas colombianos

 

Aquellos que madrugan todos los días a levantarse la noticia de cada día, la que es igual al pan de cada día. Al romántico canalla que tiene que golpear las puertas del comercio local para poder financiar con la pauta del tendero su programa de noticias, de variedades, de opinión, de música o de deportes.

Por: Fernando Calderón España


Y otros. A aquel que tiene que perseguir la manipuladora pauta del gobierno de turno para poder pagarle al concesionario, dueño de nada porque el Estado sigue siendo dueño del espectro, el espacio arrendado con el que hace periodismo radial y de paso hace el mercado para poder alimentar a su familia y llevar una vida mas o menos digna.

En Colombia, la dignidad es más o menos. Depende de lo que se tenga en el bolsillo. A ese que tiene que perseguir al político de turno o al ex-político bien colocado en el turno oficial, para arrancarle un patrocinio para esa renta con la que muchos "radio-comercializadores", igualmente auspiciados por la transacción política con la que consiguieron la frecuencia, adquirieron pedigrí y, tambien, otra vida digna.

A esos que luchan por el aviso de mitad de cuarto de página, con que a duras penas se paga la impresión. A ese que anda a pie y que cuando le pagan, anda en bus o buseta. A los más ricos que en esos pueblos alejados de la gran capital, andan en bicicleta.

A los que la sociedad convertida en oyente, señala en muchas ocasiones como culpables de los muchos males que afectan a Colombia, pero que gracias a ellos, la misma sociedad convertida en oyente, sabe de las maniobras habilidosas convertidas en delitos, protagonizadas por esa parte de la sociedad que ha sido elegida. A los que pisan la alfombra o el mármol de los salones de cocteles y luego salen a "agarrar el bus" o cualquier transporte popular. A los que comen más y beben más en esos mismos cocteles e, incluso, "agarran" una manzana para aguantar el viaje de regreso a casa.

A los que crean ilusiones en un país sin fantasía. A los que cada día se la juegan por la verdad en medio de las mentiras.¡ A los que no pudieron convertir sus deseos en su propia gran noticia!".



Premios de periodismo: chantajes ocultos y rapiña por el dinero de los ganadores

 El único premio para los trabajadores de la palabra es el placer que produce la escritura cuando se cumple con el deber verdadero, con la pasión por la Justicia y por la Libertad. 


Los "premios" inventados por el gobierno y los políticos son una mentira y hacen parte de las dádivas ofrecidas a cambio de actitudes acríticas y complacientes, es decir, son un soborno disfrazado que reproduce constantemente el estereotipo del periodismo costeado por los poderosos y ejercido por canarios que les cantan, les ponen incienso, construyen calumnias y, cuando menos, guardan silencio sobre sus mentiras sustentadoras de la  tiranía progresiva que asfixia a los colombianos. El triunfo de la verdad es, por sí solo, un aplauso apoteósico, el mejor reconocimiento para el periodista. Lo demás es un asunto de vanidad y de chantaje. 


Aunque todo acto de exhibición del deber cumplido es innecesario, en Colombia los únicos premios de periodismo que pasan, son los del CPB, porque son reconocimientos creados por periodistas, para periodistas. Ese espíritu funcionaría de manera más práctica y pedagógica si al mismo tiempo con los premios se definiera un decálogo de castigos para señalar las faltas contra el ejercicio de la profesión.

 Los criterios universales para la calificación de los trabajos que presentan los candidatos a premios de Periodismo son: Originalidad del enfoque, Innovación en el uso de lenguajes y medios; Impacto en la opinión pública, Rigor investigativo y Ética en el manejo de la información.

No obstante, gobernaciones, alcaldías, Concejos, Asambleas y otras entidades públicas y privadas, han establecido Premios de Periodismo, como propuestas surgidas de sus debilidades, para acorazarse ante la prensa libre que les puede poner el ojo, porque temen que sus actos de inmoralidad y corrupción sean descubiertos. Entonces, poco importa la calidad de los trabajos porque en la práctica eso no cuenta y siempre se cuidan en la conformación de los jurados para asegurarse que los ganadores sean siempre aquellos acólitos más fervorosos del patrocinador. Hay un dicho muy popular: "quien paga la orquesta, decide la clase de música que se toca".

Tales "premios" tienen una retribución en dinero, proveniente del impuesto de los contribuyentes, y son utilizados en la mayoría de los casos por gobernantes y caciques políticos para seducir a periodistas, o al menos, neutralizarlos. Los "premios" y la pauta oficial son los vientos que hacen sonar las flautas en las cabinas de radio y en las redacciones de los periódicos. Son los mismos vientos que ahogan el Derecho de la información. Muchas veces -tristemente, la mayoría- logran comprar periodistas que, acosados por los bajos salarios y por las crisis económicas, quedan encadenados a la pauta e, irónicamente, deben dedicar más tiempo a las ventas de publicidad que a sus investigaciones. Entonces los operadores semánticos que convertían  hechos en noticias se transforman  en asesores comerciales. Los periodistas se vuelven propagandistas. Y la información, una mercancía.

Y por causa de la cultura violenta que se entronizó con más fuerza que el "Corazon de Jesús" en todos los colombianos, si no funciona la mordaza de los premios y las pautas, al periodista le ponen el tapabocas definitivo con las intimidaciones desestabilizadoras o con la eliminación física. Es más importante tener habilidades para las ventas de pautas que para la escritura y la fonética.

En la provincia, principalmente, los "engrases" a los periodistas se hacen a través de medios escritos cuyos editores muchas veces imprimen solamente la cantidad de ejemplares requeridos para la presentación de las cuentas de cobro, y en programas radiales que escasamente son escuchados por el personal de la planta transmisora. No son proyectos periodísticos sino "machetes" para sobrevivir e incensarios para "progresar". En algunos casos, se puede configurar un detrimento patrimonial por parte de funcionarios oficiales y ejecutivos "vitrineros" de empresas privadas. 

Recientemente, cuando comenté este tema con algunos colegas del departamento de Caquetá, recordamos que el Premio de Periodismo Diosa del Chairá, establecido por el gobierno regional, también ha sentido las garras de los políticos y de la corrupción. Hace algunos años, "traicionados" por el jurado calificador, y nadando en las aguas de la ilegalidad, los políticos de la época modificaron el acta de premiación. El caso no tuvo la resonancia debida precisamente por la condición lacaya de algunos colegas y por el miedo a las represalias.

También se conocieron casos de jefes de prensa que "vendieron humo" a precios altos para mover sus influencias a favor de algunos periodistas, candidatos a obtener premios oficiales.
Pero la más perversa aberración en la historia de los premios Diosa del Chairá, como “Yarupayí”, el dios malo que en la leyenda llevaba en sus brazos a la doncella para su sacrificio, es la rapiña de los propietarios de los Medios en los que se han publicado trabajos premiados, para despojar a los ganadores del billete retribuido por el patrocinador.

Los mismos periodistas saben -y lo ratificaron durante la tertulia- de casos en que el dueño de la publicación presiona al periodista ganador para que le transfiera el dinero, parcial o totalmente. Como en la misma leyenda de la Diosa del Chairá, en la que era necesario sacrificar a la mejor de las mujeres, el periodista es expoliado con iniquidad y no pasa nada porque para el dueño del concurso es más importante el comerciante que el periodista.
 En un sano ejercicio periodístico, para los editores, los  premios deben ser un estímulo y un orgullo y el único rédito debe ser la etiqueta o pegatina que lo identifica como Medio ganador de la distinción.
Parodiando a la leyenda de la Diosa del Chairá, que inspiró el premio, podemos decir que los dueños de algunos Medios en el Caquetá, ejercen el nuevo reinado al dios supremo del dinero, pero es muy posible que antes de terminar la próxima luna, los periodistas no estén listos para la boda sino para el divorcio. 
El sequito divino hace su aparición y ocupa los respectivos tronos. ”Usianamú”, dios supremo, inicia la ceremonia y cuando el Chairá se levanta del trono nupcial para recibir el billete, reaparecerá la silueta del periodista saliendo de las aguas para decorar su dignidad.