¡Hola, muchacho! : durante aquellos tiempos de la ingenuidad infantil te escribí muchas cartas con los rasgos confusos de mi caligrafía escolar, reveladora de anhelos imprecisos, de energías contenidas y de serios indicios sobre la naciente inconformidad de mi alma rebelde.
Con el paso del tiempo,empecé a preocuparme porque nunca me complaciste y, año tras año, sentí la frustración y el enojo derivado de la insatisfacción. El amanecer de todas las navidades estuvo marcado por fuerzas hostiles, inexplicables para los niños pobres que sufrimos mucho, que lloramos sin consuelo porque comprobamos que solamente complacías a los niños ricos que dejaban su peticiones en los grandes pesebres de las mansiones lujosas.
Cuando te pedí un triciclo, me trajiste un camión, pero de juguete; cuando te pedí un pantalón fino para mi primera comunión, me diste una pelota de letras; cuando te imploré por una sanción para mi profesor Ramón Velásquez quien me hizo arrodillar sobre granos de maíz, me regalaste unas rodilleras; cuando te pedí un viaje a Cali para ver al glorioso deportivo Cali, me pusiste una boleta de sol en el estadio San José para el partido Sadiscos vs Once Amigos; cuando te rogué para que la niña de enseguida me diera un beso, me diste un insulto de su papá. Y cuando no asistí a una de las novenas de aguinaldo, me sacaste “de taquito” y hasta me privaste de la natilla y los buñuelos.
Sufrí mucho con esa actitud, me conmoví y hasta me sentí como un niño vencido, derrotado por las imposiciones pero, ya entrado en la adolescencia, busqué razones por encima de las tristezas y de las hipocresías sociales que pugnaban por ocultarse. Y en medio de ese silencio dominador, mi resolución inquebrantable de buscar la Verdad me puso en el camino de las batallas, miré al futuro, hablé alto y sin miedo y empecé a desenredar la madeja de las mentiras oficiales y familiares.
Hoy, cuando siento nostalgia al recordar aquellos años ya lejanos en medio de la candidez, entre el absurdo de mi papá posando como “Niño dios” y la realidad de insignificantes regalos navideños para los pobres y suntuosos obsequios para los niños ricos, te presento un petitorio escrito con los inventos tecnológicos que sí puedes satisfacer porque ahora ya no son ni mi padre ni mi madre los que se tienen que meter la mano al bolsillo. Eres tú, muchacho, quien debes responderme porque eres un artista de verdad, eres el gregario de tu papá, el jefe supremo.
Como no puede haber nada insignificante en tus gestos ni en tus palabras, empieza a modelar la obra de arte que te pido, así te toque aislarte de todas las fuerzas mundanas para cumplirme, para que lo logres como un milagro en la gloria de tu soledad.
Como pastorcito que eres, debes cuidar el rebaño, contagiado por la epizootia de la corrupción y, por favor, sácame de él para no mancharme. Libérame de las cadenas del conformismo, del yugo de la resignación y de las sombras de los ídolos espirituales y reales como el expresidente Uribeño y el monstruoso procuraGODO Ordoñez.
Ayúdame a mejorar mi palabra para darle a los demás el pensamiento de libertad, la filosofía de la Verdad y la belleza del paisaje; hazme un decorador exquisito de la realidad, dame el poder sugestivo de las creaciones y quítame del camino a los hipócritas politiqueros.
Protege al rebaño de las fieras que merodean como hienas desde ahora en busca de los contratos en las nuevas administraciones locales y regionales para alimentar sus ambiciones personales.
Por favor, ilumina a los gobernadores y alcaldes para que se aparten del camino de la corrupción y de su mediocridad y dales el poder de llevar a sus pueblo por los parajes encantados del desarrollo. Permítele, del mismo modo, a la alcaldesa de Florencia, permanecer en la cárcel, pura como un cristal y tranquila como un lago, observando a la distancia el cadáver insepulto de su pueblo destrozado.
Asimismo, conserva al exdirector de Comfamiliar Huila, Armando Ariza, en la calma infinita de la Picota y permítele periódicamente ver el cielo azul teñido por pinceladas violáceas, en una decoración como de ensueño, igual a la que tuvo en la cárcel de Neiva.
Invoco tu presencia en los funerales del civismo, desaparecido en medio de las fiestas de la politiquería insaciable cuyas cabelleras cubren el cinismo de los electores que, aplaudiendo, fueron recientemente a las mesas de votación como los becerros de engorde a los abrevaderos. Y no te olvides de los “periodistas” que ante el espectáculo de horror, callan o aplauden como cómplices cobardes mientras la gente impotente sigue ahí, en la olla. Dáles más contratos y asesorías de imagen para que fortalezcan su idiotismo amable y dáles también cepillos con los que no solo lustren los perfiles que inventan sino que también les sirvan para la limpieza de sus reclinatorios.
Te pido fervorosamente que prepares la cuna en donde nacerá el nuevo año, en la cual gemirá el niño parido entre la guerra, la injusticia, la corrupción, los escándalos y las negociaciones eternas entre dos bandos que redujeron la búsqueda de la paz a la firma de un acuerdo y se olvidaron que mientras no exista justicia social siempre persistirá la confrontación. Recuerda cavar la tumba en la que caerá este 2015, sangriento,mentiroso y hasta chistosito por las promesas absurdas que hacen para ejecutar en el "postconflicto".
Y, te lo suplico, sálvanos de los indiferentes, de aquellos que no son ni creyentes, ni incrédulos; ni bárbaros ni civilizados; ni anárquicos, ni ordenados; ni tranquilos, ni revoltosos. Son los seres más peligrosos porque en los momentos cruciales se maman sin vergüenza…y como para el mamón no hay ley.
Bueno, “Niño dios”, te imploro tu gestión para que elimines el miedo que es actualmente el centinela de muchos labios, de mucha gente que no cree en los cambios y duda del poder soberano del pueblo para modificar el manejo de los asuntos públicos. Finalmente, déjame un espacio en la tumba del año viejo para sembrar la esperanza porque tengo la ilusión de que las olas de la barbarie se retiren y baje la marea del crimen en Colombia.
Finalmente, por favor, devuélvele la corona de miss universe a la colombiana, despojada de ella de manera tan irregular, grosera y extravagante como Pastrana, el viejo, le robó las elecciones a Rojas Pinilla en 1970. Son tan contagiosos los efectos de ese "despojo" que muchas personas pueden dudar de tu nacimiento el 24, o de las bondades del nuevo salario mínimo. Hasta podrían ser convencidas de que el ganador de las elecciones en Neiva fue Gorky Muñoz, que el campeón del fútbol fue Junior, que Uribe no fue el precursor del paramilitarismo o que "El Paisa", comandante de la "Teófilo Forero" se va a sumar al proceso de paz.
Y como esta carta fue elaborada como una nota para las redes sociales -una tormenta vertiginosa de la tecnología- te pido, también de rodillas, que me libres de quienes me mandan solicitudes de juegos.
Aunque tengo mis dudas, te dejo estas humildes peticiones pues 50 años después de mis cartas manuscritas miro con enojo que los hijos de los ricos –como Tom y Jerry Uribe, los Galán, los Gaviria, los Santos, los López, los Pastrana- entre otros, siguen recibiendo los regalos que piden.
Espero tus respuestas en mi correo electrónico pues tanto han cambiado las cosas que en mi casa este año ya no hubo pesebre.