sábado, 2 de noviembre de 2024

Luis Ángel Sánchez, Eusajo, culto apasionado y trepidante de la oralidad y el mamagallismo

Una de las tareas más frecuentes durante mi ejercicio periodístico fue la fabricación de perfiles, muchos de ellos evidentemente inflados, porque hicieron parte de la vitrina en la que son expuestos, como maniquíes, por los grandes Medios de comunicación, los falsos personajes de la vida nacional, principalmente de la política. Pero, del mismo modo, algo aprendí para la construcción de perfiles de cientos de personas justas que merecen un reconocimiento por sus victorias. Son los verdaderos personajes de la vida cotidiana.

Cuando hace poco más de un mes me informaron que Luis Ángel Sánchez, el popular Eusajo, cumpliría 70 años en noviembre, me sentí "metido en la grande", como decíamos de jóvenes cuando nos planteaban un gran reto. Porque ya lo he dicho, hay momentos en la vida cuando uno lo siente todo pero no puede decir nada, cuando las emociones son tan fuertes que tardamos más tiempo para asimilar la complacencia que se nos sale de los sentidos. 

Tengo la misma sensación de impotencia verbal que cuando me propuse la elaboración del perfil de mamá Alicia, con motivo de sus 90 años. Porque, de alguna manera, Lucho también ha sido mi mamá, mi papá, mi Maestro y mi hermano del alma en mis tristezas, en mis tragedias, en los laberintos de mi vida y en mis pocas victorias. 
Se trata dibujar el perfil de un personaje que fue estrella durante la locura colectiva que asaltó el alma del pueblo caqueteño después de que otros amigos inquietos convirtieron en teoría política el pensamiento del obispo Ángel Cuniberti, a partir de sus homilías y mensajes episcopales dirigidos principalmente a los campesinos, en los que les mostró la importancia de la organización como herramienta para defender sus derechos.

Pero es que también Lucho es un apasionado del pensamiento, de la oralidad y del mamagallismo; un reconocido caracterizador de personas y momentos; un filósofo de la vida, un insolente con los vencedores y un reclamador vehemente de los derechos de los vencidos.

En momentos en que el país vive una desbandada de los ideales, el paisa Luis ha estado a punto de sucumbir ante una indigestión producida por la revoltura de sus chistes, anécdotas, opiniones y su escepticismo burlón, reprimidos  en su cabeza durante años porque, dice, "ya no tenemos tiempo para temas trascendentales, tenemos que bajarnos de aquella profundidad que nos privó de muchas cosas buenas...un fiambre pequeño nos alcanza para el corto camino que nos queda".

Reconocido por su informalidad extrema que algunas veces invade los terrenos de la imprudencia, sostiene que muchas personas, incluidos algunos amigos suyos y nuestros, son esclavos de las reglas y los convencionalismos; que viven en una especie de servidumbre y esclavitud mental; que se empeñan en imponer sus puntos de vista a quienes los rodean.

Siempre fue un rebelde indomable...pero ya, definitivamente está domado, porque las ilusiones idealistas del jovencito profesor del poblado de Remolinos del Orteguaza en los años 70´s del siglo pasado, ya son apenas una pintura de crepúsculos sensitivos bajo el yugo del tiempo. Pero su esencia, lo que siempre lo caracterizó, su innata destreza para las frases y las actitudes equívocas y maliciosas, antes que disolverse, se ha robustecido con el paso implacable del tiempo y actualmente es una de sus virtudes candorosas, como dicen las damas: tan querido don Luis, siempre tiene una anécdota, un apunte para alegrar el día.

Es increíble, pero gracias a esa facilidad para el gracejo, me gradué como normalista superior en 1977...Es la historia de un fraude académico que arrancó de un impulso espontáneo de “Eusajo” y desembocó de manera no deliberada en la validación de mi nota de Educación Física, requerida para la graduación como bachiller Normalista. Perdí  la materia por inasistencia absoluta; el profesor de Educación física nunca  vio mi rostro. De paso por la Normal de Florencia, en desarrollo de los formalismos para su grado, también de Normalista, Lucho vio mi nombre en una lista de estudiantes con deudas académicas y, entonces, empujado por su habilidad para divertirse, se presentó ante el profesor, después de cancelar los derechos de validación, en una genial usurpación de mi deber académico y deliberada suplantación de identidad.
-Dele 50 vueltas a la cancha de baloncesto, le dijo el titular de edufísica.  Dos horas después, en la sede de AICA, en el barrio 7 de Agosto, con la cara adusta me reprendió severamente por mi supuesta "irresponsabilidad como estudiante y mal ejemplo como dirigente del magisterio". Cuando mi réplica se endureció por su crítica, soltó esa risotada congénita que lo caracteriza, me enteró de su exitosa picardía y me cobró los $20 de entonces que pagó como valor por la validación. Sacando pecho, me gradué como Normalista y ascendí en el escalafón docente.

Atendiendo peticiones de sus amigos y familiares cercanos, “El sombrerón de la Mentira”, como también le decimos, puso, por fin, el aguijón y la chispa sobre el computador y comenzó la escritura de sus paisajes. Nos quiere demostrar que no solo su palabra hablada tiene poder…también, escribiendo, nos produce las emociones que despierta con su pensamiento audaz y sus metáforas atrevidas.

Caracterizado  por su mamagallismo, que es algo más serio de lo que la gente cree, sin un ejercicio en la escritura y menos en la literatura, apoyado por su memoria prodigiosa, empezó a pagar la deuda que tiene con sus amigos cercanos, quienes desde hace muchos años le hemos pedido que comparta las fantasías completas correspondientes a los fragmentos que relata durante las charlas con la gente.

La chispa repentista y creativa que posee Lucho produce frases que recogen la cotidianidad de manera simple pero explosiva que, irremediablemente arrancan sonrisas y aproximan a sus interlocutores. Y muchas veces, del mismo modo, son  tempestades devoradoras llenas de sátiras implacables que destruyen monumentos ideológicos y posiciones políticas.

En la decoración personal de Lucho, y entre los sueños desvanecidos de la lucha social por la posibilidad de construir sociedades ideales, sobrevive su capacidad para acercarse a las personas tocadas por la soledad y el abandono. El dolor ajeno lo pone pensativo y hasta solemne; personalmente, lo he visto demasiado sensible con asuntos penosos que aunque no son de su incumbencia les pone el alma con la misma actitud imperiosa e infatigable que tiene para sus asuntos personales y familiares.

Su rigurosa disciplina lo marcó como uno de los dirigentes sindicales y políticos distintos, ajeno al licor y a las farras, con una constante pedagogía sobre la mística que debían cultivar quienes defendían la utopía de convertirse en elementos fundamentales para reflexionar sobre la sociedad, la política y la naturaleza humana. La utopía de la justicia y la igualdad. 

Ha sido un animador permanente de reuniones y encuentros de amigos y académicos porque es un idólatra de la fuerza y de la sublimidad del afecto que, del mismo modo, le permitió la construcción de una familia vigorosamente unida no solo en los momentos tormentosos sino en los éxitos profesionales y comerciales.

Hoy, cuando la mayoría de sus coetáneos –que fuimos volcanes rugientes- estamos transformados en inofensivos “cuchachos” líricos que rumiamos recuerdos; cuando el paso del tiempo nos transformó en gocetas observadores de laureles y dolores, el querido Eusajo nos quiere acompañar con sus relatos, en la casa o durante los viajes. Es como otro canto que se les agrega al manual del buen vivir.

Secretos que hace 45 años fueron parte de la Seguridad Nacional y de la guerra misma del Estado contra los rebeldes armados, y de estos contra las instituciones, ya se pueden hacer públicos, del mismo modo como el fraude académico mencionado. Sueños, pilatunas, amores, arrepentimientos, imprudencias y una que otra infidencia respetuosa, desfilan iluminados por la chispa o por la tiranía, ambas exquisitas, del viejo Lucho, con destino a todo público, pero principalmente para los individuos de su generación que hemos llegado a la época de la vida cuando comienza el desaprendizaje y el olvido forzoso por cuenta del enemigo alemán. Para quienes disfrutamos de las buenas conversaciones, para quienes saben reír y, especialmente, para quienes sabemos reírnos de nosotros mismos. Porque el buen humor es una expresión de la genialidad para las personas que charlamos por pasatiempo, que le otorgamos demasiada importancia al hecho de reír con los demás y a quienes nos gusta, igualmente, volvernos objetos mismos de la risa. Como una selfie del mamagallismo.


Para quienes hemos sobrevivido a la violencia y a las injusticias, y hoy cultivamos la más alta forma de la belleza y la armonía que se llama amistad. Estoy seguro que estas ilustraciones de Eusajo serán escoltadas por la risa y la gratitud, que son las sombras de este viejo parsimonioso que todavía lleva en su interior una cordillera volcánica con las llamas y el humo de  sus propias combustiones.

Estamos seguros de que sus textos tienen el vértigo misterioso e hipnotizante, derivado de la influencia notoria recibida por Eusajo de la tragedia griega; de Homero con sus héroes de 15 codos de altos, o de Esquilo, cuyo tema predilecto es el sufrimiento humano. El contagio del genio es imposible de ocultar.


Muchos lingüístas afirman que el mamagallismo es una de las formas remotas de la seriedad. El caso de Lucho es la comprobación de esa teoría pues con su disciplina, laboriosidad, imaginación y análisis, logró forjar, con su hermano Hernando, la empresa símbolo de los huilenses, Gaseosas Cóndor, que logró sobrevivir a pesar de los ataques leoninos de los empresarios del monopolio en el mercado de las gaseosas. A punto de sucumbir, Lucho convirtió la empresa en un referente comercial y, lo más importante, la metió en el corazón de los opitas. Es decir que, muy seriamente, les mamó gallo a Postobón y a Coca-Cola.
La informalidad de Lucho también desemboca en la simplicidad y es repetitivo sobre la necesidad de fomentar el gusto por las cosas y temas aparentemente elementales, detrás de los cuales se esconden muchas historias, emociones, frustraciones, dramas e ilusiones. Aunque simple, cada cuadro de la realidad y principalmente del paisaje, tiene trascendencia. Con frecuencia, se pregunta: ¿dónde encontrarán placer aquellos que no le dan importancia a las cosas sencillas, aquellos que no tienen sensibilidad para disfrutar el olor del bosque, el color de los animales, el perfume de las flores, el golpe del viento y la voluptuosidad de la neblina?; quienes viven pegados a los bienes materiales, los que luchan por cosas que no necesitan, aquellas personas solemnes, excesivamente formales, que solo tienen tiempo para sufrir, que van por la vida a toda velocidad?. Y los exhibicionistas o "vitrineros" que vuelan con los vientos de la publicidad?
Al ver las sombras del crepúsculo que se prolongan de manera vertiginosa, muchos sentimos la fuerza de atracción misteriosa de la muerte y vemos impotentes cómo avanza la cola hacia la ventanilla de la eternidad. Pero, de ninguna manera, seremos vencidos prematuramente porque existen personas como Eusajo que le ponen palos a las ruedas de la parca, que nos animan para no perder las ilusiones, ni la memoria que nos permite disfrutar de los laureles cosechados...y también de los dolores sufridos.

Porque la sabiduría de Lucho nos repite con frecuencia que los paisajes, las personas, acontecimientos y especialmente las risas, alcanzan dimensiones formidables con la recordación, aunque muchas veces un vaho doloroso se escapa de las praderas del recuerdo y hace temblar las voces de los relatores...

Es un gran contraste con los campos ya lejanos de la juventud bajo el sol efervescente de la lucha, del heroísmo, del sacrificio por un ideal de justicia social que no pudimos materializar mediante la movilización de voluntades y de masas, y nos puso a dudar sobre el secreto de los veredictos históricos arrancados con la fuerza de las armas. 

Hoy, al recorrer la vida de Lucho, me atropelló una gran duda, sin resolución: ¿Las luchas fueron miserablemente estériles  porque, igualmente, fueron cándidamente heroicas?


Con las manos en el teclado, mirando el último párrafo de esta nota de cumpleaños para Lucho Sánchez me consolé:
-¡La soledad no es refugio seguro para nuestras almas...y menos para la parca!!!  
Imitemos a Lucho y transformemos el huracán de la vida en armonía permanente a través de la risa. 
Porque el mamagallismo es el abrevadero de los genios!!.








sábado, 17 de agosto de 2024

¡Hasta pronto, Richmond!!

 Llegamos a USA por segunda vez hace tres meses. La aproximación al aeropuerto internacional Washington-Dulles nos muestra los principales íconos del poder gringo dispersos sobre la meseta del río Potomac: el obelisco blanco de 169 metros que amenaza con chuzar el avión; la Casa Blanca, el Capitolio y otros muchos edificios de arquitectura clásica también sobresalen en la panorámica de la capital. Tras el aterrizaje, las primeras imágenes están asociadas al nuevo entorno, en lo visual, en el lenguaje, en la organización, en la pulcritud.  Con nuestro inglés caquetindio pasamos los lentos protocolos de inmigración en los que gastamos más de dos horas, entre quejas y reclamos, porque como dice Inés, mi esposa, "después del ciclismo, ese es tu deporte favorito". Y el de ella, ¡tirar la jaquima!!.

Una broma de mi hermana Nena, quien se ocultó por instantes a la salida de la terminal aérea, nos hizo sentir como campesinos perdidos en la gran ciudad, desamparados como un niño perdido de su mamá. Pero su esposo Alberto nos rescató mientras ella salía del tumulto con una carcajada y varias fotos de los "niños sin mama".

Mientras avanzamos hacia el llamado "Nacional Mall", corazón de la ciudad, las vías y las megaobras nos hablan de manera efectiva sobre el desarrollo y nos dibujan la cara de este país. Mientras nuestros anfitriones nos describen algunos rasgos y mencionan con nombres los distintos sitios por donde transitamos, percibimos una espontánea explicación a la  influencia política, ideológica, cultural y económica que ejerce USA a escala mundial. Y de la dinámica de la historia, construida sobre un enfrentamiento de fuerzas, cuya correlación siempre estará determinada por el capital, el trabajo y los medios de producción. Por quienes se han convertido en los dueños de los países y del planeta.

En un agitado recorrido por los sitios emblemáticos, nos emocionamos con la siluetas de los campanarios, de las casas grandes, de las telarañas de puentes y avenidas; de algunos museos y otros sitios sobrios en Washington; de muchos edificios que parecen hundirse en las riberas del majetuoso Potomac. Desde lejos, en ese marco especial, también vi, con nostalgia, a la patria amada, como a una madre desolada llamando a sus hijos dispersos por el huracán de la violencia, la politiquería y la corrupción, invocando a sus hijos rebeldes para defender los cambios que necesita el país después de 200 años de despotismo y exclusión.

De la nostalgia, a la vergüenza por los casi 8 mil colados a la final de la Copa América, en medio de sonados disturbios en los que, además, el encopetado presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Ramón Jesurún y su hijo, Ramón, fueron detenidos y llevados a juicio. La trampa, heredada de los narcos y ejercitada por politicos corruptos, permeó a la sociedad y ya es una marquilla con la que se asocia a los colombianos en muchas partes del mundo. De verdad, aquí se siente vergüenza y hasta temor por ser colombiano.

Llegamos a Richmond, el destino principal de nuestro viaje y una de las ciudades más grandes y antiguas de los Estados Unidos, en donde se inció la guerra de independencia del país, tras el incendiario y célebre discurso de Patrick Henry y su vehemente exhortación "denme la libertad o denme la muerte". Fue la capital de la Confederación durante la guerra civil y su localización, en la línea de caída del río James, donde los barcos ya no podían avanzar río arriba debido a los rápidos formados por el cambio de elevación, fue estratégica durante el conflicto.

El paseo por el Jamestown Settlement, un museo que explora el mundo de la primera colonia inglesa permanente de Estados Unidos en 1607, fue nuestra primera expedición. Los indios de Virginia que ocuparon el paisaje durante siglos y las circunstancias de los primeros africanos registrados en 1619.

Hicimos dos visitas al Parque Estatal Pocahontas, un impresionante espacio muy cerca del centro de Richmond, invitados por "La casa de la Salud", una fraternidad de latinos. Se siente el vértigo del bosque homogéneo horadado por un laberinto de carreteras. Muchas viviendas de Chesterfied, VA, son refugios en medio de bosques vírgenes muy cercanos a las grandes avenidas interestatales. Los árboles le dan vida a nuestra vejez.

Tambié fuimos al Museo de Arte de Virginia, en cuyo entorno vimos paisajes que, por sus imágenes, son dignos de vaciar el alma sobre ellos. Y los disfrutamos montados en una flaca, mejorada en un taller especializado, animado y acompañado por mi sobrina Karina, con quien durante la temporada rodamos, al menos, 100 millas por la esplendorosa Virginia Capital Trail. Esta ciclo-vía de 50 millas me cautivó, la contemplé amorosamente y la disfruté apasionadamente; rodando sobre ella, pude meditar más tranquilamente que sobre mi computadora y muchas veces pensé que la belleza solo se le revela ante quienes tenemos la capacidad para admirarla. Algunos artistas tienen la capacidad privilegiada de producirla.

Entre los perfumes que se desprenden de su paisaje -que es un refugio de la Naturaleza para recibir ciclistas entusiastas como holocausto- percibimos, el aroma del respeto y la honestidad: los granjeros dejan sus productos expuestos, los consumidores los recogen y depositan el dinero en la caja, en un acto de increíble confianza. Gracias al culto que le rendí, el derroche de resistencia provocó también un derroche de lirismo heroico porque cada día fueron mayores mis emociones montado sobre la *flaca* gringa.


En una visita relámpago a La Gran Manzana, después de 6 horas por la colosal carretera interestatal 91, visitamos a Gladys, la hermana mayor, y disfrutamos la belleza y precisión de las obras vanidosas y soberbias construidas por el hombre para acomodarse armónicamente en el planeta. Los titanes del diseño y la ingeniería son la encarnación de lo formidable.

Manhattan es un conjunto de dioses narcisistas y soberbios que se miran en las aguas del brillante río Hudson, con su moles de acero, hierro, vidrio y cemento, que se imponen en su cielo casi siempre de un azul nítido. Y nos tomamos fotos con el soberano de las alturas neoyorkinas destronado hace 45 años pero el más legendario: el "Empire State Building", construido en 1930, con 381 metros en sus 102 pisos, más los 62 metros de su pináculo y las 21 mil personas que trabajan en su interior.


 En casa  de mi hermana Gladys vimos nuevos paisajes decorativos de otra belleza, la espiritual, bordados en su alma solitaria y solidaria por los grandes escenógrafos: papá Jesusma y mamá Alicia con el esmero que despierta un primogénito.
Solitaria, cada día más lejos de la gente y más cerca de su dios, como vuelta de espalda a la vida, llegando a la desesperanza, nos acercó con fuerza a su cuerpo menudo y con la mirada nostálgica nos dijo lo mucho que ha amado a toda la familia.
Acompañamos a los colombianos en su reunión anual en el parque Flushing y visitamos la Estatua de la Libertad, monumento Patrimonio de la humanidad y caminamos, además, 11 kms.


Como el ciclismo, el arte, la escritura y la oralidad, son manifestaciones del fanatismo por la belleza, nos fuimos al Museo de las Bellas Artes de Virginia y confirmamos la capacidad que tienen los artistas para mover el cerebro y el corazón con su poder encantador. Toda obra de arte es un misterio, todas las fuerzas físicas y mentales residen en ella, las manos de los artistas tocan en un pentagrama milagroso que produce notas eternas, un tropel de símbolos que pueden convertirse en un huracán o en una caricia. Y los espectadores sufrimos de impotencia idiomática para describir lo que vemos.



Por causa de una tempestad, nuestro reencuentro con el charco grande fue efímero en Virginia Beach , pero disfrutamos con la raya del horizonte infinito degollando las nubes y sentimos la  eternidad auténtica y viva que envía voces incesantes y rumorosas desde sus entrañas.



Por feroces que sean, todas las olas se devalúan, inevitablemente, en la playa. Las mareas de grandes olas no solo se mueven en el mar, también en el continente. Eso explica la vigencia de las distintas pasiones: heroicas y salvadoras,  viles e infames, que se mueven en el planeta y dan identidad a los humanos que la mayoría de las veces no son capaces de resolver sus diferencias a través del diálogo. 

Estamos a pocas horas de convertirnos en fugitivos de la costa este de USA y por siempre soñaremos con sus rascacielos, sus avenidas, sus puentes colgados por la magia de la ingeniería, por debajo de los cuales circulan miles de vehículos -en los que viaja casi siempre una sola persona- empujados por el frenesí de la modernidad.

Este país es, del mismo modo, la sede del reinado del diseño, la ingeniería, la arquitectura, las comunicaciones, la alta cocina, los negocios y la delincuencia de alta alcurnia, que influyen en las decisiones de todo el mundo a través de sofisticados sistemas y aparatos ideológicos. 

Son  generadores de políticas que tienen por objetivo principal la provocación de oleajes conductuales para manipular la humanidad, para modificar hasta su sangre y administrar todas sus desgracias. Cuando no pueden persuadir sobre una tendencia o una decisión, la imponen por la fuerza inapelable de las armas.


  Llenos de un placer enorme y fatigados por la maratón turística, es momento para expresar la gratitud con quienes nos acogieron y nos llevaron de la mano durante casi 3 meses. El trofeo de la hospitalidad y la generosidad para mi hermana Nena y su esposo Alberto, un hombre tranquilo, silencioso, excepcionalmente riguroso en el cumplimiento de las normas, independiente, inmune a las opiniones ajenas y profundamente enamorado de su familia. Y para mi otra hermana, Adiela, una verdadera carabinera de la oralidad, espontánea, la síntesis del lenguaje coloquial directo pero cariñoso, una lengua libre para una mujer guerrera que ha luchado contra los afanes derivados de la viudez y últimamente contra los de su salud.

Desde luego a mis sobrinas Lily y Karina, simpáticas y ambiciosas, que trabajan duro y ordenadas, con la perspectiva de abrir surcos nuevos en terrenos distintos, pero siempre juntas. Karina, conocedora de mi pasión por la bicicleta, me animó y acompañó en las jornadas con la flaca y me puso a gozar y a pensar en la inolvidable Virginia Capital Trail.

El contacto con la Naturaleza nos transforma y nos aumenta la sensibilidad para percibir su belleza, para aumentar el espíritu de Libertad que nos libre de los vientos tenebrosos y vertiginosos de la hora crepuscular.

¿A  quién podrá interesarle todo esto?

Pregunta sin respuesta.






lunes, 12 de agosto de 2024

Feliz día de los zurdos, otra minoría discriminada

Las personas zurdas sufrimos de una forma de discriminación que no necesariamente está ligada a la raza o al color, a la ideología, a la religión o la política



Pero es un tipo de discriminación que efectivamente nos pone en condiciones de inferioridad en relación con los Diestros, palabra que tiene la connotación de “sagrado”. Desde la niñez me dijeron que “Cristo, el hijo de dios. está sentado a la diestra del Padre”.

La rapidez vertiginosa con la que comencé esta nota se apaciguó cuando me tocó detenerme para mover el “ratón” desde el lado derecho a mi sitio de confort, en el izquierdo. Alguna persona *Derecha* usó mi computador y, entonces, como sucede con frecuencia, me enfrenté a un mundo dispuesto para los diestros.
Como me tocó enfrentarme en la niñez cuando mis padres y algunos familiares forzaron la “corrección” con el uso de la mano derecha para coger la cuchara, para santiguarme, para el uso de los cubiertos, las herramientas y para la escritura. “La izquierda es la mano del diablo”, me dijeron muchas veces, para explicar su opresión, represión y hostilidad no deliberadas. Me transformé en lo que los especialistas llaman como un “zurdo contrariado”, o sea un zurdo corregido por castigo y por ignorancia que desarrolla la capacidad de uso de su “diestra”.
En ocasiones, sostienen los expertos, “las personas forzadas a ir contra su naturaleza pueden sufrir una notable disminución de su autoestima y productividad”. Con el paso de los años, comprendí por qué mi vida se volvió ilegítima en donde todo fue hostil, todo fue como una atmósfera de mentiras sentidas y consentidas, por causa de la ignorancia derivada de la dominación.  Apóstoles que predican sus dogmas sin interpretarlos.Y quizás esa percepción de los vacíos dejados por las correcciones forzadas, también produjo cambios positivos en los hemisferios, que me hicieron más verbal, más intuitivo, más emocional, más musical.
Pero también más contestatario. Siento una voluptuosa tendencia a oponerme a los convencionalismos, diría que hasta a lo “legal” que, como me dijo Estefanía Ciro en una entrevista, “no siempre es legítimo y viceversa, muchas cosas ilegales son legítimas”.
Las mujeres y niños; los  migrantes, desplazados y refugiados; la población negra, indígena y demás grupos étnicos; campesinos, población LGTBI+ y los extranjeros, son los grupos de personas que más sufren la discriminación, pero los zurdos también somos objeto de burlas, incomprensión y maltrato corrector. Mientras se habla de Derechos Humanos, del Derecho como sustento de la legalidad; de la destreza como la plenitud de algunas competencias, la palabra izquierdo(a), se refiere a lo malo, lo siniestro, el infortunio, la debilidad y hasta la torpeza. Para algunas personas y grupos sociales, la utilización de la mano zurda es augurio de mala suerte. En la India, no se admiten nueras con esta característica por ser de mal presagio, y en Japón no se permiten casamientos con estas personas. Hasta en política, la izquierda tiene la connotación de los “malos”...y solo son sectarios, fanáticos y caníbales, políticamente.
Pero, además, existen otras formas de discriminación, entre las cuales la más traumática es la escritura, de izquierda a derecha, y en general el uso de tijeras, molinos de mano, llaves de tocador y de baño, las palancas de cambio en los vehículos, las perillas de los relojes y los pupitres en escuelas y colegios, entre otras.
Aunque en los últimos años las presiones y satanización de los zurdos han disminuido por la constante lucha contra todo tipo de discriminación, en las redes sociales no se han incorporado emoticones con manos zurdas y persisten aforismos populares como “me levanté con el pie izquierdo” y se utiliza el término “siniestro” para referirse a un accidente, como sinónimos de la condición maldita de la izquierda.
En general, el grupo de personas zurdas hemos tenido que sobrevivir a adversidades sucesivas y crueles, como la persecución de la "Santa Inquisición", desde dónde se trataba de acabar con ellos llegando a quemar vivas las personas zurdas por considerarlas "servidoras de Satán".
El psiquiatra Osvaldo Castillo Contreras sostiene que “la dextralidad ni la sinestralidad han podido ser explicadas suficientemente, como tampoco por qué el predominio del  hemisferio cerebral izquierdo es más común, aún en la mayoría de los zurdos”. Y nos da un dato: “las manos van acordes hasta llevarnos a la posición bípeda que permitió la conquista del planeta: herramientas, armas, vehículos y en general todo ha dependido de la coordinación entre el cerebro y las manos”. Cita a Aristóteles cuando aseguró que “el hombre es inteligente porque tiene manos y tiene manos porque es inteligente”.
“El niño manipula al mundo: toca, acaricia, explora su cuerpo y lo que lo rodea, succiona sus dedos, esculca y coge. Pero la capacidad de ser diestro o zurdo es cuestión de grado. En todas las sociedades han existido zurdos, pero todas han  tendido a ser diestras”, agrega el psiquiatra Castillo.
La condición de zurdo me afirmó en la lucha para no permitir que se prostituya la individualidad por la imposición de leyes y cánones de comportamiento, de paradigmas acomodados. Pese a las correcciones sufridas, tengo la certeza de que mantengo, al menos, un átomo indestructible de mi personalidad y permanezco activo y feliz con mis lateralizaciones combinadas.
El exrector de la Universidad de la Amazonia, Gerardo Castrillón, pasó cerca a mi escritorio, le llamé la atención, le extendí la mano zurda para saludarlo y, aunque extrañado, me saludó cortés.
-Hoy es el día de los zurdos, le dije para explicarle el gesto inusual. Tenemos una forma personal de sentir la vida y una manera muy particular de expresarla.
Aunque seamos un grupo de almas incomprendidas, somos incondicionales servidores de la lucha contra todo tipo de discriminación.
Nuestra condición también nos otorgó algunas ventajas pues tuvimos que ocultar la mano dominante por temor a burlas y esto creó lo que los expertos denominan como una ventaja universal. Según estudios de la Universidad de Adelaide (Australia), los zurdos saben escribir mejor con la derecha, coger los cubiertos y dominar el hemisferio derecho. Cosa que los diestros, poco y nada pueden dominar.
La revistacompartió las ventajas principales que tenemos los zurdos sobre los diestros:
Según estudios, los zurdos tienen ventajas en deportes como fútbol, baloncesto, ping pong, entre otros, debido a que los diestros no están acostumbrados a enfrentarlos.
El hecho de vivir en un mundo hecho para diestros ha hecho que los zurdos estén forzados a resolver problemas y piensen en las consecuencias de sus decisiones, o al menos así lo revela la Universidad de Abertay, en Reino Unido.
Los zurdos no tienen un hemisferio preferido, a diferencia de los diestros. Esto genera que la gestión de emociones se divida en los dos hemisferios y no puedan controlar sus estados de tristeza o rabia, lo que en otras palabras los convierten en personas sensibles y sinceras.
Según el doctor Nick Cherbuin, los zurdos son capaces de controlar con mayor facilidad los dos hemisferios por lo que el deterioro cognitivo y motor se neutraliza más que lo que sucede con los diestros.

Zurdos famosos:
Ned Flanders, Marilyn Monroe, Angelina Jolie, Bill Gates, Barack Obam, Jimi Hendrix, Nicole Kidman, Ringo Starr, Leonel Messi y la nueva estrella del Barcelona, Lamine Yamal; también científicos como Marie Curie, Isaac Newton, Albert Einstein o Alan Turing; los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin; artistas como Van Gogh, Leonardo da Vinci o Beethoven; los músicos Jimi Hendrix, Paul McCartney, David Bowie, Kurt Cobain y Bob Dylan; los actores y actrices Jim Carrey. Charles Chaplin, Robert De Niro. Fran Drescher. Greta Garbo, Judy Garland. Y, desde luego, Jesús María y Martha Cataño Espinosa e Inés Vargas Fajardo.
  • -Señor, usted es zurdo?
-No señorita, Yo escucho perfectamente!!

jueves, 27 de junio de 2024

Día Nacional del café. El cafetal desnudó mis recuerdos, dolores y alegrías


Un tinto es la destilación del péndulo eterno de la cultura cafetera que oscila suspendido en los hilos del trabajo y la honradez, con los altibajos y brincos tan comunes como su geografía. Es el sudor de los caficultores en un país tocado por una insensata tendencia hacia la injusticia.


En una loma pequeña, pero empinada, de la finca Kajamarca, municipio de Salento, en medio del rumor de las aguas del río Quindío, los golpes fantásticos de un pájaro carpintero copete rojo, repetidos por el eco desde la cañada, y la algarabía de un grupo de chapoleras y recolectores, sentí el regreso a mi vida pasada al percibir el olor indefinible de la miel de un grano de café maduro que le arrebaté a una planta y llevé a mi nariz.
¡Cómo es de bella la vida cuando al oscurecerse se llena de gratos recuerdos!, pensé, como ese momento cuando el néctar de la pepa roja me puso sobre un gigante arbusto de café arábigo en la vereda El Caimo de Armenia, en donde viví mi mejor infancia y en donde sentí los primeros impulsos de mi imaginación creadora.
Metiendo la mano dentro del "coco" que remplazó al histórico canasto de los recolectores, y siempre con el olor y los matices del grano maduro, entre arena, astillas, hormigas y hojas secas, comparé cada pepa que cae al recipiente con las palabras que también se desprenden desde el cerebro y caen a la pantalla en blanco del computador.
Los recuerdos empezaron a caer de la misma manera y como una velada solitaria vi a mis padres en el "tajo" y en la cocina, las noches estremecidas por el miedo, agrandado por el sonido de la sirena instalada en la alcoba; la misteriosa zanja defensiva, cuya desembocadura nunca conocí y las noticias de la radio sobre las últimas incursiones de "Sangrenegra", "El mosco" y otros "bandoleros" que se movieron por el eje cafetero, relatadas por las voces magistrales de Julián Ospina Mercado y Armando Osorio Herrera en el famoso e igualmente legendario "Reporter Esso". 
Pero, asimismo, los pintorescos relatos de los labriegos mientras tomaban su cena -inevitablemente con fríjoles- en una mesa larga, y después el llamado de mamá Alicia al grupo familiar para dar la gracias por "las bendiciones de este día". Cuando la noche empezaba a extender sus alas sobre los guaduales, guamos, plataneras y palos de café arábigo, mi mamá Alicia nos llamaba a la mesa de tablas, en donde media hora antes habían comido 25 recolectores de café y en medio de la frijolada hacía una corta oración de agradecimiento por “el pan de este día”.
En verano, verano, el sol se escondía entre una llamarada y desde la finca de la vereda Golconda, se observaban las luces intermitentes de Armenia. En el horizonte se perfilaban las siluetas del alto de la línea. Un tinto humeante unía al grupo antes de las 8, en un ritual inaplazable, mientras una a una aparecían las estrellas como mariposas gigantes. Uno a uno, los labriegos iban soltando apuntes de su cotidianidad, reciente o lejana, de sus encuentros amorosos, de sus afanes en el surco, del drama de la jornada, de los “galones” de café recolectados; de la penuria para traerlos hasta la tolva, del chocolate derramado, del filo de su machete, del sombrero roto, de la culebra, del gusano “pollo” que los pringó; de la arepa quemada, del caballo colorado, de la enjalma rota, de la muchacha de la cocina que a veces les echaba dos carnes al desayuno; del encuentro con los guatines o guaras del Huila y Caquetá. 
Los más imaginativos mencionaban las peleas con el tigrillo y la danta y los más pequeños gozábamos con esas historias. Las mujeres cosían y hasta bordaban a la luz de las velas moribundas. 
Algunas se aventuraban a contar sus picardías, expuestas a los regaños de las mayores. Mi hermano mayor y otros muchachos mostraban los trompos y las bolas de cristal ganadas en la escuela y yo mencionaba las carreras en la juega de “la lleva”, para distraer la atención de quienes me vieron en el rajadero de leña con la prima que llegó de Ulloa al comienzo de la semana. Con apenas 7 años, descubrí, entonces, que todos tenemos una historia para contar y quedé marcado por ese ensueño infantil, como la visión impresionante de una rosa que se abre en nuestra presencia; fue como el primer beso con los relatos, con la tradición oral, con las "películas" de la gente.

Además del fascinante perfume de la baba pegajosa del café maduro, en diciembre último -68 años después- volví a emocionarme con el olor de la hierba recién cortada, con el pico de marfil del pájaro carpintero, con el aire campesino y con el lenguaje procaz de los recolectores, verdaderos personajes de la vida cotidiana.
Es la cultura de lo inmediato, la vivencia del día a día, de todo a
quello que tiene que ver con la vida de la gente, con su trabajo, con sus idilios, con sus anhelos, con sus fatigas y con sus conquistas. Es la cultura de un pueblo, es la cultura cafetera, son los corazones de todas las personas que se mueven alrededor del grano; de los antecesores que hicieron rugir la selva y soportaron todas las tempestades
; que convirtieron a Colombia en un territorio fértil para las cosechas y para la convivencia. Del mismo modo, las historias de otros personajes complementarios de la actividad cafetera: del chofer, del comprador, la profesora de la escuela veredal, del negociante de plátano y naranja, y hasta del sacerdote que esperaba a los campesinos en la misa de 10 de  la mañana todos los domingos.

Me estremecí con los recuerdos de las páginas infantiles que llegaron impulsadas por el viento de la mañana y sentí el calor de las cenizas de los años quemados. Escuché el rumor de los cuentos y los viví como un poema; sentí la música interior de aquel ensueño y vi cómo los cafetos se sacudieron con el aterrizaje de las invocaciones, como un conjuro que trajo la belleza de las cosas muertas.

Ante el avance acelerado del crepúsculo de la vida, me aferré a este momento, percibí el cafetal como mi entorno natural, sentí que un rocío de ternuras caía sobre mi y reviví las primeras caricias y besos que me dieron debajo de un frondoso cafeto algunos años después. 
Me emocioné con el proceso organizativo y de luchas del pueblo, cuando los campesinos, docentes, trabajadores, algunos sacerdotes y religiosas se unieron y con una vitalidad de fuerza reclamaron con vehemencia sus derechos y propusieron opciones para caminar hacia el bienestar de la comunidad.
Por momentos necesité valor para recordar mi vida pasada, específicamente cuando la película pasó por los años violentos de la llamada "guerra del Caquetá", el narcotráfico y los últimos años del conflicto armado.
"Una taza de café es el proceso o la cadena que se inicia desde la genética del árbol, el cultivo, la recolección, el beneficio y la misma preparación", me dijo mi sobrino Javier, reconocido como uno de los personajes que más conocen de cultura cafetera en el Quindío. "La mejor taza de café la definen las preferencias, los gustos del consumidor, pero por lo general se busca un café que tenga un balance entre el ácido, el dulce y el cuerpo, añadió tomándose un sorbo de un café filtrado que prepara con meticulosidad, en un ceremonial repetido que incluye el precalentamiento de los pocillos, la preinfusión de la bebida para disfrutar los aromas y el servido con aristocrática atención. Y como sabe de mis preferencia por el espresso sencillo, me puso el néctar de los 14 gramos con la temperatura y  presión adecuadas. En cuanto a los cafés especiales me explicó que reciben ese nombre porque son cultivados en zonas especiales, con cuidados igualmente especiales, con tecnologías de procesamiento y producción únicas, que no tienen defectos y por tanto dan una taza exclusiva.
Aunque para muchos, en el crepúsculo de la vida todo se oscurece y sus asuntos se tiñen de miedos y negruras, personalmente me siento feliz entre los perfumes del café, cuya cosecha ya comienza, entre pétalos de flores que encuentro en el camino, entre el canto de los pájaros que llenan el alma, como el Mochilero en el Caquetá, y el Carpintero en esta región cafetera.

Por la noche, en medio de chistes y chismes, hice una pausa y les recordé la escena dolorosa que presencié en una escuela del Caquetá durante las recordadas movilizaciones cafeteras del 2015, violentamente reprimidas por el gobiero de Santos: un niño precoz me mostró la foto de mano cercenada de uno de los manifestantes del movimiento cafetero de Calarcá, que amplio y pegó en una cartulina para pedirle explicaciones a su profesora. No me pude tomar el café y simplemente le dije al niño: no creo que tu profesora pueda explicarte lo de la mano.
Con el pocillo pequeño de mi café espresso en la mano zurda, les mencioné una sentencia según a cual los dolores provocan fraternidades pasajeras. Fraternidades nada más, porque los colombianos somos incapaces de construir verdaderos lazos de solidaridad para enfrentar los males comunes. Del tinto, a la tinta sangre.