Su entorno campesino y pueril, solo conocido en las montañas que la circundan, entre los dramas de la vida cotidiana, noble y sincera de sus habitantes que se mueven en el péndulo de los problemas y las pequeñas conquistas, fue modificado por la presencia constante de periodistas, fotógrafos, investigadores y curiosos que quieren conocer el proceso de transformación de sus sueños en una realidad objetiva con la que se destruyeron los paradigmas y estereotipos que caracterizaron la educación rural en el país.
Los viejos modelos para resolver problemas y avanzar en el conocimiento planteado en la escuela, en los que el aula es el eje del aprendizaje fueron rotos y los estudiantes salieron a otros escenarios como el río, la huerta y el laboratorio para confrontar una realidad y proponer cambios en el proceso formativo.
Apoyado en la racionalidad lógico-empírica de la investigación, el profesor Ramírez propuso enunciados y los contrastó paso a paso. “En particular, en el campo de las ciencias empíricas, se construyen hipótesis —o sistemas de teorías— y se contrastan con la experiencia por medio de observaciones y experimentos”, nos dijo durante una visita a la institución.
Agregó el profesor Luis Emiro que las ciencias empíricas se caracterizan por su método inductivo, y aunque la ciencia es inductiva en primera instancia, un aspecto importante también es la parte deductiva. Frente al problema de la inducción, algunos expertos proponen una serie de reglas metodológicas que permiten decidir cuándo se debe rechazar una hipótesis. Los expertos proponen un método por el cual se deducen las consecuencias observables y se ponen a prueba. Es lo que hacen los estudiantes, precisó el docente.
Asombrados por sus propios descubrimientos y guiados por el talento del profesor Luis Emiro, sus alumnos se enfrentaron al combate con las herramientas elementales de la investigación, una protoboard o también llamada Tabla de pruebas, una herramienta indispensable para el reconocimiento de las funciones de los diferentes circuitos electrónicos que crearon para las primeras investigaciones.
Para muchos, las primeras jornadas fueron de soledad y abandono, pero a medida que empezaron a encontrar aplicaciones prácticas, se despertaron su entusiasmo y su espíritu creativo.
Como dos amigos recién conocidos, los estudiantes y las protoboard estrecharon sus lazos y se tornaron pensativos y solemnes en ese momento de fusión, no solo en el aula sino también entre el viento y el frío de la huerta, y a la orilla del río Hacha que desciende espumoso entre piedras enormes a pocos metros de los salones de clase.
Allí, en presencia de los realizadores del programa radial “Puntos de Encuentro”, de la oficina de Paz-UDLA, probaron un sistema de alertas tempranas sobre el aumento del caudal, cuyo funcionamiento verificaron primero en el aula, a partir de sensores introducidos en un vaso con agua que activan un mecanismo de notificaciones del crecimiento del caudal. Automáticamente, el sistema puede hacer una llamada telefónica y activar una sirena.
La clorofila absorbe la luz del sol y la utiliza como su propia energía. Los niveles de clorofila son un indicador del estado del nitrógeno en las plantas. Aquellas plantas eficazmente fertilizadas con nitrógeno presentan un color más verde en sus hojas, en comparación con aquellas sometidas a una fertilización deficiente. Los estudiantes de la Institución Educativa El Caraño construyeron un pulsómetro para medir la cantidad de clorofila en las plantas y determinar su estado de salud. Es una herramienta portátil de diagnóstico que estima el contenido relativo de la clorofila sin afectar la planta. Empezaron a identificar las condiciones de las plantas del entorno y a diseñar soluciones.
Del mismo modo, desarrollaron un medidor de la humedad del suelo, con el que se pretende definir las condiciones del terreno y su aptitud para los distintos cultivos en la región. El monitoreo se ha extendido a varios predios y también comenzó el planteamiento de hipótesis para establecer el tipo de cultivos en los terrenos diagnosticados.
También construyeron una incubadora de huevos de gallina, con la cual aumentarán el rendimiento de la producción avícola. Un agujero en uno de los extremos de una caja de icopor, en el que colocaron una bombilla de 25 vatios y su respectivo casquillo. Con un instrumento digital diseñado por ellos mismos miden la temperatura -y en un futuro también la humedad- que son controladas de manera automática. Finalmente, con una ventana en la tapa de la caja, sujeta con cinta termina la construcción de la incubadora básica que será mejorada en el curso de la experimentación.
La Institución Educativa Avenida El Caraño liderará, del mismo modo, una investigación social, compartida con académicos de la Universidad de la Amazonia y su grupo de Memoria Histórica, dirigida a la prevención de la violencia juvenil y entre la comunidad. La profesora Aydée Otálora, responsable del proyecto, explicó que arrancará en los primeros días del entrante mes de marzo.
Por su parte, el profesor Jaime Parra, rector de la Institución, se declaró satisfecho por el renombre alcanzado y confió en que todos los procesos se conviertan en instrumentos que ayuden a la consolidación de la Paz en el Caquetá. Reivindicó para su plantel la condición de precursora de los laboratorios bio-sistémicos en el Caquetá, sobre los cuales el profesor Emiro desarrolló sus experimentaciones.
La región de El Caraño fue escenario de episodios violentos durante el conflicto armado y el sector de San Pacho fue el punto de concentración de los comerciantes que fueron llamados sucesivamente para entregar allí las “vacunas” o extorsiones de los actores armados.
El rompimiento de las matrices disciplinarias y de los paradigmas escolares que se desarrollaron en las escuelas rurales, les abrió los ojos a los estudiantes de El Caraño sobre los misterios ondeantes y tenebrosos de la vida y con el prematuro desenvolvimiento de sus condiciones de investigadores, muy pronto figurarán en el listado de los estudiantes más brillantes del país.
Porque la disciplina escolar férrea y la pedagogía mezquina, memorística, deformadora de almas y envilecedora de caracteres es un asunto del pasado.