miércoles, 27 de febrero de 2019

Rompiendo matrices disciplinarias y paradigmas escolares, brotan investigadores en “El Caraño”

 En una victoria colectiva, comandada por las directivas del plantel, secundada por sus docentes, interpretada de manera magistral por sus estudiantes, patrocinada por los padres de familia y dirigida por el inquieto profesor Luis Emiro Ramírez, la Institución Educativa Avenida El Caraño ha brillado en las últimas semanas en las páginas de los principales Medios escritos y su imagen se ha visto en los noticieros de televisión.
Su entorno campesino y pueril, solo conocido en las montañas que la circundan, entre los dramas de la vida cotidiana, noble y sincera de sus habitantes que se mueven en el péndulo de los problemas y las pequeñas conquistas, fue modificado por la presencia constante de periodistas, fotógrafos, investigadores y curiosos que quieren conocer el proceso de transformación de sus sueños en una realidad objetiva con la que se destruyeron los paradigmas y estereotipos que caracterizaron la educación rural en el país.
Los viejos modelos para resolver problemas y avanzar en el conocimiento planteado en la escuela, en los que el aula es el eje del aprendizaje fueron rotos y los estudiantes salieron a otros escenarios como el río, la huerta y el laboratorio para confrontar una realidad y proponer cambios en el proceso formativo.
Apoyado en la racionalidad lógico-empírica de la investigación, el profesor Ramírez  propuso enunciados y los contrastó paso a paso. “En particular, en el campo de las ciencias empíricas, se construyen hipótesis —o sistemas de teorías— y se contrastan con la experiencia por medio de observaciones y experimentos”, nos dijo durante una visita a la institución.
Agregó el profesor Luis Emiro que las ciencias empíricas se caracterizan por su método inductivo, y aunque la ciencia es inductiva en primera instancia, un aspecto importante también es la parte deductiva. Frente al problema de la inducción, algunos expertos proponen una serie de reglas metodológicas que permiten decidir cuándo se debe rechazar una hipótesis. Los expertos proponen un método por el cual se deducen las consecuencias observables y se ponen a prueba. Es lo que hacen los estudiantes, precisó el docente.
Asombrados por sus propios descubrimientos y guiados por el talento del profesor Luis Emiro, sus alumnos se enfrentaron al combate con las herramientas elementales de la investigación, una protoboard o también llamada Tabla de pruebas, una herramienta indispensable para el reconocimiento de las funciones de los diferentes circuitos electrónicos que crearon para las primeras investigaciones.
Para muchos, las primeras jornadas fueron de soledad y abandono, pero a medida que empezaron a encontrar aplicaciones prácticas, se despertaron su entusiasmo y su espíritu creativo. 
Como dos amigos recién conocidos, los estudiantes y las protoboard estrecharon sus lazos y se tornaron pensativos y solemnes en ese momento de fusión, no solo en el aula sino también entre el viento y el frío de la huerta, y a la orilla del río Hacha que desciende espumoso entre piedras enormes a pocos metros de los salones de clase.
Allí, en presencia de los realizadores del programa radial “Puntos de Encuentro”, de la oficina de Paz-UDLA, probaron un sistema de alertas tempranas sobre el aumento del caudal, cuyo funcionamiento verificaron primero en el aula, a partir de sensores introducidos en un vaso con agua que activan un mecanismo de notificaciones del crecimiento del caudal. Automáticamente, el sistema puede hacer una llamada telefónica y activar una sirena.
La clorofila absorbe la luz del sol y la utiliza como su propia energía.  Los niveles de clorofila son un indicador del estado del nitrógeno en las plantas.  Aquellas plantas eficazmente fertilizadas con nitrógeno presentan un color más verde en sus hojas, en comparación con aquellas sometidas a una fertilización deficiente. Los estudiantes de la Institución Educativa El Caraño construyeron un pulsómetro para medir la cantidad de clorofila en las plantas y determinar su estado de salud. Es una herramienta portátil de diagnóstico que estima el contenido relativo de la clorofila sin afectar la planta. Empezaron a identificar las condiciones de las plantas del entorno y a diseñar soluciones.
Del mismo modo, desarrollaron un medidor de la humedad del suelo, con el que se pretende definir las condiciones del terreno y su aptitud para los distintos cultivos en la región. El monitoreo se ha extendido a varios predios y también comenzó el planteamiento de hipótesis para establecer el tipo de cultivos en los terrenos diagnosticados.
También construyeron una incubadora de huevos de gallina, con la cual aumentarán el rendimiento de la producción avícola. Un agujero en uno de los extremos de una caja de icopor, en el que colocaron una bombilla de 25 vatios y su respectivo casquillo. Con un instrumento digital diseñado por ellos mismos miden la temperatura -y en un futuro también la humedad- que son controladas de manera automática. Finalmente, con una ventana en la tapa de la caja, sujeta con cinta termina la construcción de la incubadora básica que será mejorada en el curso de la experimentación.
La Institución Educativa Avenida El Caraño liderará, del mismo modo, una investigación social, compartida con académicos de la Universidad de la Amazonia y su grupo de Memoria Histórica, dirigida a la prevención de la violencia juvenil y entre la comunidad. La profesora Aydée Otálora, responsable del proyecto, explicó que arrancará en los primeros días del entrante mes de marzo.
Por su parte, el profesor Jaime Parra, rector de la Institución, se declaró satisfecho por el renombre alcanzado y confió en que todos los procesos se conviertan en instrumentos que ayuden a la consolidación de la Paz en el Caquetá. Reivindicó para su plantel la condición de precursora de los laboratorios bio-sistémicos en el Caquetá, sobre los cuales el profesor Emiro desarrolló sus experimentaciones.
La región de El Caraño fue escenario de episodios violentos durante el conflicto armado y el sector de San Pacho fue el punto de concentración de los comerciantes que fueron llamados sucesivamente para entregar allí las “vacunas” o extorsiones de los actores armados.
El rompimiento de las matrices disciplinarias y de los paradigmas escolares que se desarrollaron en las escuelas rurales, les abrió los ojos a los estudiantes de El Caraño sobre los misterios ondeantes y tenebrosos de la vida y con el prematuro desenvolvimiento de sus condiciones de investigadores, muy pronto figurarán en el listado de los estudiantes más brillantes del país.
Porque la disciplina escolar férrea y la pedagogía mezquina, memorística, deformadora de almas y envilecedora de caracteres es un asunto del pasado.

sábado, 2 de febrero de 2019

Gracias, te grita el Caquetá, profesor Jorge Reine Pulecio Yate


"Había un pajarito al medio día del camino,
tentado de alzar vuelo, volar y volar.
Había un camino hecho, contrahecho
desecho y vuelto a comenzar
Ahora somos dos pajaritos, un solo vuelo
y un camino por andar, andar y andar.



Este corto poema, puesto en la página 122 de su libro "Amor y Guerra en el Amazonas", parece ser la brújula que con fuerza magnética orienta el camino del economista, compañero y amigo, Jorge Reinel Pulecio Yate, quien tras dos años de largas, estremecidas y fructíferas veladas solitarias y en grupo, deja la coordinación de la Oficina de Paz de la Universidad de la Amazonia.
El valor de su trabajo, de los postulados e hipótesis demostradas o en ejecución, la palabra oral y escrita y en general el activismo que lideró en ese espacio de la UDLA, serán valorados de manera objetiva con el paso del tiempo porque se desarrollaron, justamente, en momentos en que la sombra  de la violencia empezó su devaluación por cuenta de los acuerdos de Paz firmados por el Estado colombiano y la guerrilla más antigua del mundo. Una tarea que será recordada y cuidada con esmero, como una foto vieja de la historia.
Su trabajo cauteloso, como un tigre detrás de su presa, reforzado por su rebeldía formidable, la inteligencia y los abundantes recursos académicos, despertó admiración a medida que la lucha avanzaba pero también los resplandores de la cotidianidad fueron opacados algunas veces por el insulto y la calumnia que siempre serán inferiores a los laureles cosechados.
Siento dolor por la partida de Pulecio porque, además, el trabajo a su lado nos empujó a la evocación de recuerdos queridos de la lucha sindical y social de hace 40 años, que recogimos como si fueran un ramo de rosas, los contemplamos repetidamente y corrimos el telón con el que el tiempo oculta las escenas de nuestra juventud idílica. Y entre esos recuerdos también encontramos insumos para el trabajo cotidiano.
Cálido, vehemente, persistentemente dudoso y crítico, algunas veces alto y hosco, tal vez por su naturaleza de excepción, por momentos sufre la transfiguración derivada de su severidad perfeccionista. Lo disfruto cuando vibra y deslumbra con sus posiciones de azote y sarcasmo, envuelto en el torbellino de la controversia, cegado por su elocuencia y sabiduría en temas económicos.
Su pluma tiene una rara combinación de garrote y zanahoria y en la cabina de radio, en el programa oficial de la Oficina de Paz, "Puntos de Encuentro" de la UDLA, se hizo muy familiar su posición con las brazos abiertos sobre la mesa de trabajo y su acento de pontífice, pero también de poeta.
Todos los huracanes perfumados de la selva soplan en sus escritos y en su oralidad agradable que, como en el mencionado libro "Amor y Guerra en el Amazonas, asciende a la altura de la soberbia y desciende hasta la conmiseración, tan rápido y tan fácil como los dedos de un guitarrista cambian de cuerdas en la ejecución de los tonos. Sus frases son oráculos para la historia de los pueblos amazónicos, oprimidos y olvidados y estoy seguro que Jorge Reinel guarda muchos secretos, como la misma selva amazónica. Y confío en que se retira para develarlos en nuevas jornadas en medio de la soledad, porque la noche siempre espera el amanecer.
Distintos sectores académicos e intelectuales reconocen que el trabajo de la Oficina de Paz le dio brillo a la Universidad de la Amazonia, que se hizo muy visible en el entorno universitario nacional al liderar la promoción y defensa de los acuerdos y por su constante presencia en todos los escenarios de la vida regional, nacional e internacional. La Oficina de Paz de la UDLA es referente de importancia en el sector académico y su funcionamiento ya es tema de análisis y ejemplo para distintos centros educativos de varios países.
Convencido de que la Verdad a medias es una forma de engaño, Pulecio se propuso poner en marcha un Medio para dejar constancia escrita de la búsqueda de la Verdad, precursora de la Libertad, para mirar siempre al fondo de la coyuntura social, económica y política y explorarla con actitud propositiva. Se fundó entonces, el periódico virtual AmazoniaypaZ.com, el cual, erguido, soberbio, bien escrito, ameno y en el que caben todas las opiniones, se convirtió en un otro componente del sueño por la Paz y la convivencia.

Cierro esta nota con otra alusión al libro de Jorge Reinel, "Amor y Guerra en el Amzonas"; en sus agradecimientos afirma que sus textos "se salvaron del olvido y el terror -terror al escarnio- gracias a que algunas vez los leyó Lucia Mantilla y se empeñó que debían salir a la luz pública. Luego también los corrigió con rigor. Mi hermano Herminzo contribuyó con los recuerdos enredados". Les pido, a los dos, en nombre de las letras, de la historia y de la Verdad, que empiecen a aletear sobre sobre su amigo y hermano para que lo hagan invulnerable al olvido y como una fanfarria permanente le griten los recuerdos de la selva...porque él lo dijo en su poema "caminito en voz de tango": ahora somos dos pajaritos, un solo vuelo y un camino por andar, andar, andar..."
¡¡Que se salven otros textos del misterio del silencio...que su retiro y la espera sean compensados con la emoción sagrada de la palabra, otro misterio, el misterio omnipotente de la escritura y de la vida!!!!